Es el año 1715. Los piratas gobiernan las aguas del Caribe y han establecido una República sin ley. Entre estos forajidos sedientos de Ron y riquezas, un joven llamado Edward Kenway logra sobre salir en el apogeo de la Piratería. Sus hazañas notables, no solo ganan el respeto de grandes leyendas como Barbanegra, sino que lo arrastran también a una antigua guerra, una más allá de su comprensión, siglos de lucha en el pasado, una guerra que puede destruir todo lo que los piratas han construido para sí mismos y más.
Ésta es la historia de Edward Kenway, el primer asesino en ser el último en entrar al credo, un pirata aventurero, cínico, egoísta y altamente simpático, su gran ambición por los mares de La Habana, Kingston y Nassau, lo embarcan a una aventura que jamás imaginó.
Todo esta en la historia y los secretos de la humanidad están a tu disposición gracias a los recuerdos genéticos que te proporcionamos.
Con una vista en primera persona, comenzamos el juego siendo parte del equipo de Abstergo Entertainment, una industria que se nos presenta como una importante desarrolladora, basta de tenología, para la creación de entretenimiento en base a recuerdos del pasado, reclutan gente como tu y yo que donen su material genético para reescribir así la historia confinada en lo mas profundo de nuestro ADN, somos principiantes y Abstergo plantea como los Asesinos son los corruptos de la historia, pero gracias a la ayuda de Rebbeca y Shawn seremos obligados a redescubrir la verdad, encontraremos situaciones retrospectivas pertenecientes a otras entregas de la saga que nos mostrarán todo por lo que el credo de Asesinos ha luchado siglos y siglos atrás, tendremos la oportunidad de descubrir por nuestras propias hazañas, los intereses personales detrás de la aparentemente simple “Abstergo Entertainment”.
Veremos el mundo y la historia detrás de los ojos de los que hasta ahora han sido los enemigos, conoceremos más sobre Altaïr, Ezio, Connor, El Sujeto 1, el Sujeto 0 (entre otros), de la única forma en la que un templario puede hacerlo. Y algo que ha sido siempre la esencia de Assassin’s Creed, la asimilación de sucesos irreales con hechos históricos de talla global, podremos conocer las investigaciones ficticias a fondo sobre realidades del mundo como el Triángulo de las Bermudas o los misterios que, según la saga, envuelve Chichén Itzá, la Isla de Pascua o el lago Vostok, como evidencia de la primera civilización de la que tanto se ha hablado en Assassin’s Creed.
Nuestro trabajo en la empresa es revivir las aventuras que el capitán Edward Kenway desarrolló en una de las etapas mas importantes de su vida, este se considera una ramificación del llamado «Proyecto del Sujeto 17» (Desmond Miles), nuestra entrada en el Animus recopilará imágenes, videos y datos para lograr ambientar el desarrollo de un protocolo de simulación para que la gente reviva «en carne propia» la edad de oro de los piratas, pero como es de suponerse, al recopilar material genético e historias circundantes a éste, Abstergo busca más que solo entretenimiento.
Nada es verdad, Todo está permitido.
La historia: es bastante directa, sin tanto rodeo, a diferencia de la que nos plantean con Connor, en la cual podía llegar a resultar incluso tediosa. La impresión que se tiene durante los primeros pasos del juego, nos lleva a apreciar lo certero el realismo del entorno, el cual exploraremos con el acompañamiento de algunas mejoras en las habilidades de nuestro personaje. Presenciamos una historia poco convencional para un futuro Asesino del credo. A continuación enlistaré algunos de los aspectos más sobresalientes a primera impresión.
- Saltos de Fe más realistas: Esto es visualmente atractivo ya que contamos con el acompañamiento de la perspectiva de la cámara con el personaje durante los saltos de Fe.
- Vista de Águila mejorada: una vez que localizamos a nuestros objetivos, podremos seguirles visualmente incluso detrás de las paredes, esto nos mantendrá al tanto de sus movimientos para poder llevar a cabo nuestros asesinatos con un sigilo aún mayor.
- Modos de combate muy al estilo de Edward Kenway: El personaje tiene una reacción completamente natural al realizar sus ataques, es decir, con una velocidad adecuada, ni precipitada, ni retardada. Las peleas no aportan nada nuevo a los jugadores más experimentados, lo que le da variedad a cada encuentro es el uso de las nuevas armas que al personaje se le proporcionan así como los disparos simultáneos los cuales, usados correctamente, alimentan de atractivo visual cada contienda.
- Misiones Principales: Pueden ser un poco extensas pero no por esto son aburridas (desde mi punto de vista), además de que, al no completar las sincronizaciones opcionales de cada misión, no te restan el 50% como anteriormente se hacía, pues ahora cada objetivo extra tiene un valor de el 10% y son más sencillas de realizar que en el anterior Assassin’s Creed, aunque si no comparten mi opinión, pueden formar parte de la encuesta general realizada a partir de la opción de Puntuar Misiones que nos aparece al final de cada acción principal durante el juego. Dicha puntuación se basa en un rating de 1 a 5 estrellas donde ustedes podrán calificar la calidad, según su criterio, de la misión que cursaron.
- Mapa y Misiones secundarias: Si alguna vez jugaste Red Dead Redemption y te convertiste en un Busca Tesoros veterano, te diré que los mapas que nos señalan en Assassin’s Creed IV no son tan diferentes de éste modo de búsqueda, añadiendo a esto que te brindan las coordenadas exactas de su localización, lo cual hace de ésta actividad secundaria algo más fácil de completar. La posibilidad de interactuar con el entorno es más amplia, pues podrás encontrar desde fragmentos del Animus, estelas mayas (que desbloquearán un atuendo exclusivo para Edward), hasta las clásicas botellas con mensajes encallados en las orillas del mar con información curiosa en su interior, también cabe destacar que las cerraduras de los cofres de tesoros encontrados, no deben ser forzadas para saquearlas, esto en Assassin’s Creed III aunque llegó a resultar en un principio interesante, terminaba por ser algo tedioso o molesto. Las actividades como la caza y la pesca son un tanto indispensables si quieres obtener todas las mejoras para el personaje, ya sea incrementar la capacidad de la bolsa de municiones o protecciones para aumentar tu salud, pues con las pieles de los animales que cazas se harán estas mejoras. El buceo es algo sumamente emocionante ya que lo único que limita tu exploración es la carencia de oxígeno, aquí y en el resto de las locaciones, lo detallado del ambiente y las reacciones completamente naturales del entorno, se destacan en todo momento, el movimiento de las mareas, la dirección del viento, el realismo de la vida silvestre, e incluso vemos como todos los detalles se extienden hasta en los personajes incidentales, cuyas voces e idiomas varían dependiendo de la influencia extranjera que predomine en su sitio, ésta vez no hay un lenguaje universal que acompañe a nuestro personaje principal como en los anteriores Assassin’s Creed. Con todos estos aspectos, no importa que hayas terminado las secuencias correspondientes a la historia, tendrás Assassin’s Creed IV para mucho rato.
- Navegando en alta mar: Lo más importante de este aspecto, es que no hay corte de escena en los abordajes ni en el traslado, lo que hace una batalla naval de lo más realista, la escena está completamente ligada tanto en el momento del acecho, el de el ataque y el de el abordaje, para al final terminar venciendo (si estás bien preparado) contra el enemigo, y es que no importa cuantas veces hayas navegado o cuanto hayas visto en Assassin’s Creed III, en Black Flag, cada experiencia al mando de tu barco es increíble, luchando contra lo que la naturaleza y el hombre te ponga enfrente. Además de que llevar control del barco es más maleable, a mi parecer, porque tratamos con un navío más pequeño a comparación de la Aquila que lideraba Connor, pero una vez que te acostumbras será difícil dejar de hundir y saquear navíos enemigos para extraer su carga de recursos para con ello mejorar el Jackdaw. ¿Con que motivo? Un reto personal, si así lo quieren ver, para los mas minuciosos: Derrotar a los navíos españoles más poderosos que circundan esos mares, un verdadero reto el hundir barcos con más de 140 cañones disparando una bala por cada uno simultáneamente. Además de que, si queremos conquistar territorio capturando los fuertes enemigos, las mejoras de nuestro barco se convertirán en algo primordial.
Me atrevo a decir que este juego se lleva bien un merecido elogio, pues es de esas entregas que no solo puedes reconocerle o no, si no que debes saber porque se le reconoce. No vale cerrarse a la idea de que es una entrega más, y tampoco vale compararlo con la grandeza de sus antecesores como el aclamado Assassin’s Creed II, ya que cada título debe ser apreciado por su contexto, su personaje así como la realidad que este vive, y todo aquel factor que el juego se tome la libertad de tomar como suyo. Pensemos que si ésta fuera una historia o tuviera un desarrollo similar a alguna otra entrega entonces si podríamos bien decir que es solo un juego más. Sin duda, la total apreciación de Assassin’s Creed IV: Black Flag está dirigida para el público más meticuloso, ya que muchos aspectos no pueden ser reducidos a explicaciones o palabras, debe uno jugarlo para entender de lo que varios se están perdiendo.
En tanto a nuestro carismático personaje, como decía, es el primer asesino en ser el último en entrar al credo, más allá del egoísmo e intereses propios, logra entender y con el tiempo enmendar todo el que ha hecho, la perdida y traición de los que eran amigos y colegas, lo hacen ver que la causa de los asesinos es una causa honorable, más allá de la ambición, y no hay decisión más sabia que la que antes se cuestiona. ¿Si nada es cierto, entonces para que creer en algo, y si todo está permitido porque no perseguir cualquier antojo? Edward Kenway, tiene mucho por aprender.