Han pasado 15 años desde que Uncharted hizo su debut en PS3. Naughty Dog regresó a las selvas, cuevas y ruinas ancestrales de Crash Bandicoot, pero con un personaje completamente nuevo y una historia más madura. Uncharted dejó atrás las plataformas, apostando por la acción en tercera persona que años atrás habían popularizado Resident Evil 4 y Gears of War. Aquella primera iteración de la serie nos permitió conocer a Nathan Drake, un joven cazatesoros que deseaba encontrar la ciudad perdida de El Dorado, y con ello comenzó una de las aventuras más icónicas en los videojuegos de los últimos años.
Después de cuatro juegos que lucharon por el GOTY en sus respectivos años y tras el enorme poder mediático que consiguió Naughty Dog por Uncharted y The Last of Us, llega a las salas de cine la primera película live-action de PlayStation Productions: Uncharted: Fuera del Mapa. Protagonizada por Tom Holland y Mark Walhberg, esta historia apuesta por presentar una suerte de precuela a los eventos del primer juego, Uncharted: Drake’s Fortune, sin ligarse al canon de las consolas, pero aprovechando la popularidad de todos los personajes involucrados.
Uncharted: Fuera del Mapa nos muestra una combinación entre Uncharted 2 y Uncharted 4, siendo este último el que pone sobre la mesa los elementos dramáticos más relevantes, mientras que la segunda parte dicta un poco del ritmo para las secuencias de acción y las relaciones de los personajes. A grandes rasgos, y porque la cinta va muy rápido, nos encontramos con un Nathan Drake que fue separado desde hace más de 10 años de su hermano Sam, por lo que ha tenido que crecer en solitario, sobreviviendo al mundo a través de sus habilidades como un talentoso ladrón de Nueva York.
Sin ahondar mucho en las razones, Victor Sullivan aparece para reclutar a Nathan, pues anteriormente trabajó con su hermano Sam, y tiene la sospecha de que el menor de los Drake tiene una pista para encontrar el tesoro oculto de Magallanes. Intrigado por saber más de su hermano, Nathan acepta ayudar a Sully y termina inmiscuido en una lucha de poder entre Sully y un multimillonario español que reclama el tesoro de Magallanes apoyado por su una pequeña milicia privada y varios miles de millones de dólares en juego. De Nueva York a España, y después por otras partes del mundo, Uncharted toma un poco del dinamismo de los videojuegos para contar una historia entretenida, pero, sobre todo, muy divertida.
A diferencia de los videojuegos, Uncharted no tiene secuencias de acción memorables, y todas las persecuciones, balaceras y escenas de riesgo están apenas por encima de la media. La cinta logra sobrevivir por la química entre Holland y Walhberg, las conveniencias del guion (que sí se sienten como de videojuego) y varias referencias bien cuidadas sobre el trabajo de Naughty Dog, como los momentos donde se escucha el tema de Nate o eventos particulares como lo qué pasa con el tesoro. Sin ser una comedia, Uncharted es muy divertida, no vas a querer salir de la sala y tus recuerdos sobre los 4 juegos principales están a salvo.
Teniendo en cuenta que esta es la primera producción de PlayStation, se agradecen los cuidados a las historia y personajes del videojuego. Se siente que la película quiere quedar bien con el fan, pero sin descuidar la apertura para una audiencia mucho más amplia. Hay grandes intenciones por parte de Sony para hacer de esta cinta una franquicia, y si la taquilla lo permite, seguramente veremos una Uncharted 2 más clavada en la personalidad del Nathan Drake que conocemos de los videojuegos. Por ahora, el futuro de PlayStation luce prometedor, y la siguiente parada es otra gran propiedad de Naughty Dog: The Last of Us.