El último en salir que apague la luz. Recojan el confeti, pasen la escoba junto a la resaca que se acabó la fiesta. Debemos esperar un efímero año para ser «sorprendidos» nuevamente ante el bombardeo de anuncios que solo la Exposición de Entretenimiento Electrónico es capaz de proporcionarnos…¿O no?
A ver, dejémonos de rodeos: el E3 es una tradición, una costumbre, un elemento referente del videojuego no solo norteamericano sino mundial. Posamos nuestra miradas en él con la esperanza de ser asombrados con anuncios imposibles y promesas inesperadas (cual niños) concebimos momentos vibrantes, emocionantes, que el regocijo desborde nuestras expectativas, como cuando nos levantábamos ilusionados esperando encontrar nuestros deseos hechos realidad en forma de cajas postradas junto al árbol navideño. Más allá de satisfacer nuestros anhelos materiales, lo excitante es la expectativa por y para la sorpresa, tal cual ocurre con el E3.
En ese sentido les pregunto: ¿Ha sido este E3 emocionante? ¿Les ha generado la misma expectativa que años anteriores? Admito que es juego sucio al comparar el presente con añorados recuerdos de nuestra incomparable infancia, todo tiempo pasado fue mejor (solo en nuestra mente claro) porque ellos literalmente no se pueden comparar con ningún otro, están allí enmarcados en nuestra memoria como una imagen difusa que nunca es exacta sino mutable conforme a nuestros sentimientos y experiencias. Así que ningún E3 será como los de antes, no volverán los trailers de MGS 1, 2 y 3, nunca más viviremos ese vídeo de Twilight Princess o esa demostración técnica en forma de remake de Final Fantasy VII, pero no solo por subjetividad las anteriores ferias han sido mejores, también por hechos.
Las filtraciones que sufrió esta edición han sido sin lugar a dudas las más feroces de la historia: se filtró integro el emotivo vídeo de MGS V, ya se sabía de Bloodborne (aunque no con ese nombre) antes de su anuncio, se filtró el registro de los 2 nuevos Tomb Raider, no olvidar el poster completo de MK X, y más aún, se llegaron a colar las listas integras de cada juego a presentar por compañía (que no se cumplieron a cabalidad por supuesto) pero aun así tuvieron muchos aciertos. El terrorífico binomio internet/smartphone resulta mortal para el resguardo de secretos, sino pregúntenle a Ubisoft que decidió anunciar Far Cry 4 días antes de la feria, así como Microsoft, haciendo lo propio con Halo 5 Guardians.
Nuevamente (ya hasta estoy cansado de repetirlo) la explosión informacional permitida por el desborde de la world wide web en conjunto con las redes sociales ha supuesto una seria amenaza para el resguardo de anuncios secretos, el envoltorio multicolorido del E3 hace aguas como la calidad de Rare, buena parte de esta culpa la tienen tanto el periodista inescrupuloso que no duda en plagiar, subir y gritar un anuncio para ganar visitas a costa de la ilusión de millones, como nosotros mismos siempre deseosos de más rumores, filtraciones y secretos desvelados.
Aunque duela admitirlo el E3 es, a día de hoy, prácticamente inútil. En 1995 era necesaria una gran y costosa conferencia para garantizar la atención mundial y así desvelar cómodamente los proyectos a futuro de cada compañía, eso funcionaba cuando un anuncio no le daba la vuelta al mundo en segundos. Ya los comunicadores no necesitan forzosamente trasladarse in situ para cubrir la noticia, la todopoderosa web lo hace hoy todo posible. El problema entonces con las tradiciones es que tienden a permanecer invariable a pesar de los cambios contextuales, aun respetando la esencia de la celebración (la gran fiesta anual videojuegil) necesitan adaptarse a los tiempos que corren y los tiempos le exigen al E3 una profunda adecuación, comenzando por ejemplo por asumir su rol internacional y desprenderse de ese Centro de Convenciones en Los Angeles. Es ahora una feria mundial, así que mundiales deben ser sus sedes.
Ya que los VGA (o VGX como sea, en realidad no importa) han resultado ser el soberano chiste sin gracia que son hoy en día, el E3 podría asumir parte de su responsabilidad y empezar a conceder premios a la élite viodelúdica en condiciones, premiando la calidad por encima de las ventas como debería ser y no como lo hace esa payasada triste que quieren hacer pasar por premiación. Nintendo ya entendió muy bien (y a fuerza de recortes ciertamente) que no hace falta realizar una costosa conferencia para ganar la atención mundial, basta con puntualizar fecha y hora en un evento digital. Al E3 le urge un cambio, estructural, esencial, organizativo o lo que quieran, pero cambio.
El año que viene cumple 20 años de celebración, ya anunciado para el mismo lugar y casi las mismas fechas (del 16 a 18 de Junio)…no puedo esperar…
A que se adapte.