Destiny estaba planeado originalmente para llegar a principios del presente año, pero Activision y Bungie decidieron retrasar su lanzamiento para tener un producto a la altura de las expectativas, algo que requería más trabajo y por supuesto la opinión y retroalimentación de la comunidad, gracias al retraso también fue posible realizar una fase beta para obtener todo este tipo de elementos.
En la compañía se muestran contentos y seguros de que la decisión de haber pospuesto el juego fue la correcta. Estas fueron las palabras de Eric Hirshberg, presidente de Activison:
El retrasar el videojuego fue la decisión correcta, porque no tienes una segunda oportunidad a la hora de lanzar un videojuego nuevo y de causar una buena impresión con él. Obviamente queríamos dar prioridad a conseguir tener el videojuego debidamente terminado y listo para la visión de diez años vista que tenemos para Destiny.