Xbox One se vuelve ahora más potente gracias a la mejora del SDK de la consola la cual permite a los desarrolladores hacer uso del séptimo núcleo de la máquina a cambio de prescindir de las funcionalidades que brinda Kinect. Eso haría a la máquina capaz de reconocer únicamente los comandos de voz por defecto del sistema como el apagado de la consola por ejemplo; sin embargo, esto implica que automáticamente se consumiría un 50% de recursos de ese núcleo, algo que los programadores tendrán que tener en consideración.
Los programadores entonces, podrán hacer uso de una mayor potencia en el Xbox One pero omitiendo ciertas funciones en sus juegos que podían ser realizadas con kinect; el séptimo núcleo de su CPU se encargaba enteramente de soportar el sensor de la consola. Lógicamente, si los desarrolladores deciden hacer uso de este beneficio que les ofrece Xbox One, sus juegos lucirán mucho mejor pudiendo llegar incluso a los 1080p y 60fps.
Esta limitación, aclara la compañía, será temporal, ya que tienen previsto mejorar esta implementación con el fin de que se exploten todos y cada uno de los recursos de la consola. ¿Qué les parece?