2016 será recordado como el año en el que Square-Enix nos trajo una nueva entrega de la franquicia Star Ocean, donde en poco más de un mes recibiremos la siguiente aventura de Adam Jensen con Deus Ex: Mankind Divided y cuyo ciclo cerrará con broche de oro estrenando, tras diez años de desarrollo, el esperado Final Fantasy XV. Con propuestas roleras de tan alto calibre, francamente resultaba un tanto desconcertante la llegada de un título de la naturaleza de I am Setsuna.

Una nueva propiedad intelectual, un mundo enorme, jugabilidad compleja e historia única, eran las mayores pretensiones del proyecto firmado por el estudio Tokyo RPG Factory durante su presentación. Sin duda alguna un terreno peligroso debido a la continua amenaza de convertirse en un juego lleno de buenas intenciones pero irregular en gran parte de los elementos que lo conforman, sobre todo a la hora de inevitablemente compararlo con títulos de presupuestos mucho más elevados.

Lanzado durante febrero pasado en tierras niponas, la obra también conocida como Ikenie to Yuki no Setsuna, finalmente aterrizó en Europa y América tanto para PlayStation 4 como ordenadores. Tras decenas de horas tomando el control mientras atestiguo el relato protagonizado por Setsuna y Endir, puedo decir que I am Setsuna se levanta como uno de los videojuegos más valientes y memorables del año, sumergiéndonos en una historia preciosa la cual utiliza la tristeza como el principal sentimiento por el cual se desarrollan sus personajes y propio universo. Sin duda alguna, una de las más gratas sorpresas del año, ofreciendo una experiencia que nadie debería pasar por alto.

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Yo soy el sacrificio

I am Setsuna nos introduce en un mundo azotado por un aparente eterno y crudo invierno, rápidamente conocemos a Endir, nuestro joven protagonista y miembro de un clan de mercenarios caracterizados por llevar una máscara cubriéndoles gran parte del rostro. Tras completar una más de tantas misiones y eliminar varios monstruos, Endir recibe la visita de un hombre misterioso y de aura tétrica, quien le encomienda la tarea de asesinar a una chica en un pueblo lejano.

Nuestro antihéroe acepta el encargo y viaja a aquel enigmático lugar, allí se encuentra con su objetivo: Setsuna. Sin embargo, después de una serie de eventos, Endir descubre que la chica ha sido seleccionada para ser sacrificada con tal de mantener la paz y estabilidad entre los humanos y bestias que amenazan la vida de estos. De esta manera, sin olvidar su misión principal, acompañará a Setsuna en un largo y apasionante viaje donde enfrentarán hordas de enemigos, conocerán decenas de personajes de los cuales algunos se sumarán a su cruzada. Todo mientras nuestro protagonista se cuestionará la forma en la que ha vivido su vida hasta ahora y si realmente es correcto que ejecute la tarea que lo ha llevado hasta allí.

Con esa introducción se da el banderazo de salida a la historia que no reúne en esta ocasión, la cual nos exigirá alrededor de 20 horas completarla. El guion nos regala un relato conmovedor, lleno de momentos que tocará el corazón de los más sensibles en donde la tristeza, dolor y soledad de cada uno de sus protagonistas logra atravesar la pantalla para estremecer las emociones de los jugadores. Los diálogos son breves pero poderosos, más cercanos a una novela visual que a una producción cinematográfica, suficientemente precisos y acertados como para permitirnos echar un vistazo a la propia mente y espíritu de los carismáticos personajes en pantalla, logrando así la creación de un auténtico vínculo entre los jugadores y los personajes. Es inevitable comprender y preocuparse por la personalidad de los héroes y lo que podría significar para ellos el final de su viaje. El desarrollo personal de cada uno, así como con los demás miembros del grupo es pausado, por lo que se siente natural, creíble, y muy convincente. Aunque cada personaje presenta rasgos típicos de los animes o producciones similares, al no verse nunca involucrados en una situación exagerada, encajan a la perfección en un mundo que a pesar de sus dotes de fantasía se siente francamente real.

En otras palabras, I am Setsuna posee una historia maravillosa que nos cuenta lo difícil que es mantenernos firmes haciendo lo correo a pesar de lo que hayamos o estemos por perder. Sin duda, una de las experiencias más deliciosas y enriquecedoras que podremos encontrar en tiendas actualmente. No está de más decir que no defraudará a nadie que tenga el privilegio de sumergirse en este universo de fantasía, seas o no, amante de los JRPG.

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El largo camino hacia el ritual

No sólo el guion es de las partes más increíbles de la obra de Tokyo RPG Factory. Primero que nada, el apartado gráfico, si bien es cierto que indudablemente no puede competir contra otros referentes del género, el estudio hizo un trabajo admirable al representar un mundo muy bien cuidado, de una preciosa dirección artística, y en donde la atmósfera fría y los colores tristes son pilares fundamentales para transportarnos a las ficticias tierras donde se desarrolla el juego.

Los escenarios no son muy extensos, pero son lo suficientemente variados como para tener mucho por explorar para así conseguir recursos u objetos que nos ayudarán en nuestro viaje, sin embargo de esto hablaré más a fondo después. Así mismo, nos encontramos con un buen número de locaciones distintas que van desde pueblos, ciudades, bosques, y cavernas. Cada una con sus elementos característicos como enemigos y propia personalidad de sus habitantes, con los cuales puedes interactuar en breves conversaciones, ya sea para completar con mayor facilidad una misión otorgándote pistas o simplemente para conocer más el contexto por el cual se desarrolla I am Setsuna.

El diseño de los personajes, tal como nos tienen acostumbrados en Square-Enix cuando se trata de propuestas provenientes de Japón, son muy llamativos para el ojo, inmediatamente captura tu atención ante lo sofisticada de su vestimenta y atractivo de su aspecto facial. Todos los personajes,  además de su propia personalidad, consiguen transmitir su propia forma de ser a través de su ropa. Por ejemplo, Eldir, lleva una máscara y no deja de ser un reflejo de su gris comportamiento que utiliza como medio para ocultar sus verdaderas intenciones. Setsuna, dueña de un encantador y sobrio vestido que la hace sobresalir del resto como eje central de nuestra historia. O Aeterna, cuyas prendas son espejo hacia su espíritu libre y ferocidad a la hora de combatir.

Por otro lado, los enemigos, parecen ser criaturas desechadas de algún Final Fantasy debido a lo similar que son en comparación a las criaturas que pudimos enfrentar en la trilogía de Lightning, por dar un rápido ejemplo de ello. Afortunadamente, los principales antagonistas comparten la frescura del elenco protagonista para sentirse novedosos, en cuanto al resto, me habría gustado ver un poco más de inspiración por parte del estudio.

Gráficamente el programa presenta un más que notable nivel, cuyo estilo hace lucir tanto la apariencia de sus personajes y criaturas como lo único de sus paisajes y locaciones. Sin embargo, alguna que otra textura de baja resolución termina restándole puntos al resultado final. De igual forma, ciertos movimientos especiales de nuestro equipo logran sacudir la pantalla con un gran juego de luces y sombras, haciendo lucir el motor gráfico. Sin embargo, el mayor logro en este apartado es el propio clima o, más bien, la capacidad de los creadores en dar esa sensación de temperatura dependiendo del lugar donde se desarrolla el juego. En exteriores, la nieve cae y se dejan ver nuestras pisadas  en el camino, mientras que en interiores, una simple vela transmite paz, armonía y, por supuesto, calor. Los colores utilizados para cada situación han sido aprovechados sabiamente, consiguiendo una inmersión fabulosa sobre todo tras pasar varias horas continuas frente al televisor.

Si la producción del título no pudiera ser mejor, la música compuesta por Tomoki Miyoshi es un triunfo en toda la extensión de la palabra.  Las melodías son, en su mayoría, melancólicas y tiernas, pero emocionantes y poderosas cuando deben serlo. No importa si conoces o no el argumento de I am Setsuna, reproducir la banda sonora del juego es una experiencia por la que todos deberían pasar al menos una vez. El trabajo de Miyoshi es tan bello que logra robar las lágrimas por sí solo. Definitivamente, uno de los mejores soundtracks del año, sin importar el medio audiovisual que tengamos en cuenta.

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«Siento que era nuestro destino conocernos»

Tras poner sobre la mesa las bondades técnicas y argumentales de las que es dueña I am Setsuna, finalmente es hora de hablar del aspecto fundamental para que un videojuego sea considerado éxito o fracaso: Su jugabilidad. Y me da mucho gusto decir que el título de Tokyo RPG Factory sale muy bien parado en este rubro, tal como en los anteriores. A continuación las razones.

I am Setsuna basa su jugabilidad en una experiencia que recuerda a clásicos como las primeras entregas de Final Fantasy o el aclamado Chrono Trigger. Primero que nada, tal como mencionaba anteriormente, la obra invita a la exploración. Tenemos un gran mundo que descubrir y, sobre todo, edificaciones a las cuales entrar. Ya sea esparcidos por el mapa o escondidos en cofres, una de nuestras tareas permanentes será la de ir recolectando materia prima y demás objetos, los cuales podremos utilizar, principalmente, para vender o equipar a nuestros personajes.

Tal como ocurre en todos los RPGs, desde un inicio contaremos con un arma básica, una serie de accesorios y un poco de dinero, siendo este último el que deberemos gastar y trabajar cuidadosamente para adquirir armas más avanzadas para infringir mayor daño a los enemigos, accesorios como collares y piedras mágicas que ejercerán algún efecto en nuestro equipo a la hora de entrar en combate, como por ejemplo, resistir ataques mágicos, o acortar el tiempo de espera entre un ataque y otro, además de que podremos adquirir movimientos especiales que nos ofrecerán ciertas ventajas en batalla. Un ejemplo de este último punto es la posibilidad de darle el poder a un personaje de curar a más de un compañero de equipo en un mismo turno, cuando inicialmente sólo podría sanar a uno.

No está de más decir que es indispensable estar al pendiente de las estadísticas de cada personaje ya que cada uno se especializa en un estilo de combate. Eldir, es el más equilibrado de la plantilla, puede aprender casi todo. Sin embargo, Setsuna, tiene gran poder para ejercer maldiciones o efectos mágicos, pero su fuerza de pelea es casi nulo. Por otro lado, Kir, no posee gran ataque físico pero sí mágico. De nueva cuenta, es indispensable tener ello en mente, sobre todo a la hora de enfrentar a los jefes más poderos, los cuales son muy inteligentes y difíciles de vencer, por lo que habrá que seleccionar con cuidado a quienes llevarás a pelear. Al final de tu viaje, podrás controlar poco menos de una decena de personajes, pero sólo podrás llevar tres a cada batalla. Así que piénsalo dos veces a menos de que quieras ser vencido una y otra vez.

Hablando de los combates, estos son muy intensos, los enemigos son, en su mayoría, sencillos de derrotar, pero el mínimo descuido hará que pases más de un susto. Indudablemente los enfrentamientos más memorables son contra los jefes, siendo estos muy resistentes, inteligentes y peligrosos ante su capacidad física y mágica. Cuando peleas, tomas el rol de los tres personajes elegidos, pudiendo intercambiar a quien elegir en cualquier momento. El que se trate de un juego de batalla por turnos añade gran tensión a los combates, exigiendo toda la atención del jugador y, de esta manera, incrementando la adrenalina.

Al pelear, además de cambiar el personaje, se nos presentan tres opciones: Ataque normal, Ataque especial y un apartado de objetos. El primero, tal como su nombre lo menciona, no es más que una ofensiva de corte física. El segundo es más interesante, ya que aquí podemos ejecutar ataques físicos o mágicos mucho más poderosos, pero su uso es limitado, ya que cada movimiento requerirá invertir un número determinado de energía especial, la cual de llegar a cero o a cualquier otro número insuficiente para hacer el “gasto”, no podremos utilizarlo y en momentos críticos podría resultar en nuestra ruina. Es obligado saber cuándo realizar los ataques normales y especiales. Finalmente, en objetos, tenemos todos los accesorios que necesitaremos si algo va mal en combate. Por ejemplo, podemos llevar un elixir que reanimará a nuestros compañeros que hayan sido vencidos, otro objeto restablece al 100% nuestra energía, permitiéndonos hacer más ataques especiales, o una simple poción que restablecerá nuestra salud.

El único punto débil que consideré importante en cuanto a la jugabilidad del título, fue a la hora de desplazarnos de una locación a otra. Cuando salimos de una zona determinada, el escenario se abre y tenemos que desplazar a nuestros personajes por el mundo hasta la nueva zona deseada. Al principio los recorridos son cortos y disfrutables, en gran medida gracias a la música, pero rápidamente el mapa triplica su tamaño e ir de un punto a otro se vuelve aburrido y hasta tortuoso. Más adelante se facilita una opción para viajar más rápido, pero en su mayoría habrá que soportar ir, venir y regresar en más de una ocasión. De igual forma, al no haber gran margen de movimiento, es muy complicado evitar enfrentamientos contra bestias de menor nivel. Lo cual igualmente resulta molesto, sobre todo cuando ya no estás juntando puntos de experiencia.

Sin embargo, a pesar de aquel problema que resulta muy presente en el juego, finalmente lo que respecta a la personalización de los miembros del equipo, así como las opciones a la hora de pelear, nos encontramos ante un título que ha sabido bien qué elementos copiar y pulir de propuestas similares, haciéndolo una experiencia fácil de entender pero muy difícil de dominar, sobre todo al percatarnos del gran número de armas, accesorios y movimientos con los que podemos dotar al equipo. Las posibilidades son prácticamente infinitas.

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I am Setsuna es una compra obligada para los amentes de los RPG y una experiencia que vale completamente la pena a pesar de lo limitado que parecería. Sí, tiene sus fallos, como ya mencionamos, nos habría gustado ver un poco de mayor originalidad por parte de sus creadores como mecánicas más novedosas en su jugabilidad o en el diseño de sus monstruos que parecen muy reciclados. Sin embargo, no deja de ser una propuesta muy sólida que manifiesta que hoy en día es posible ofrecer una obra tan demandante como disfrutable sin importar si eres veterano o nuevo en esta clase de títulos.

El juego de Tokyo RPG Factory es un viaje memorable, lleno de personajes carismáticos, locaciones extraordinarias y un relato que no defrauda de principio a fin, sin duda alguna, inolvidable. Un producto que grita calidad en cada uno de los aspectos que lo conforman y que solo pide jugadores que se den la oportunidad de adentrarse en él. Súmate a Endir y a sus compañeros. Cuiden, defiendan y sean testigos de la maravillosa historia del sacrificio de Setsuna. ¿Serás capaz de acompañarla hasta el final?

IAS