El cómic por el que empecé a leer cómics; razón suficiente para que lo firme quien yo quiera

Durante la primera conferencia de Conque 2017, Mark Waid (Kingdom Come, Champions) habló sobre la importancia de las historias en los cómics, pero lo que el lector en realidad recuerda es el momento en el que leyó dicha historia. Y sí, yo recuerdo el lugar, lo que hacía y a dónde iba, luego de que mi mamá me comprara Civil War #02 de Editorial Televisa hace 10 años.

Civil War es por mucho mi cómic favorito, independientemente de su trama, la pelea inmensa llena de personajes emblemáticos de Marvel o que se haya vuelto una especie de fenómeno mediático durante su publicación en Estados Unidos. Yo recuerdo Civil War por convertirse en el cómic por el que empecé a leer cómics, admirar escritores y dibujantes, así como por el que me adentré al increíble universo Marvel.

Luego de acompañar a mi mamá a pagar su tarjeta de Inbursa en la Torre Latino e ir de regresó al camión que nos llevaría a casa, pasamos por el puesto de periódicos frente al bar/antro/teibol Azteka y ahí, solo y junto a la revista H, había un número 2 de Civil War. La portada era un misterio: medio rostro de Spider-Man, usando el traje de Iron-Spider, con Iron Man y Reed Richards a su izquierda; la contraportada con la otra mitad de Spidey, en su traje normal, y el Capitán América a su derecha; debajo de ellos un blanco predominante con pocas palabras: “Civil War” y “Un acontecimiento de Marvel Comics en siete partes”.

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Mis pocos conocimientos de inglés e historia me dieron a entender que era un conflicto entre personajes del mismo bando, en este caso entre los héroes de Marvel. Con mi entendimiento básico y la increíble portada, le pedí a mi mamá que me lo comprará, y después de unos segundos ahí estaba yo; entre Izazaga y Vizcaínas, frente al Azteka con mi primer cómic. Compré los siguientes dos… bueno solo uno, porque el 4 me lo compró mi abuelita.

A pesar del boom de Marvel en 2007 por Editorial Televisa, en mi salón de clases yo era el único que leía cómics. Al menos en mi taller de electrónica un par de amigos lo leían conmigo y especulábamos sobre el futuro de la serie… pero hasta ahí. Me quede en el número 4 de Civil War, seguramente olvide comprar el 5 o simplemente me clave en FIFA 07 o GTA San Andreas. Un par de años después me enteré del desenlace de la serie por el número especial de una revista llamada Virtual Kids.

Es el cómic por el que empecé a leer cómics… pero no empecé a leer de manera inmediata. Fue hasta 2010 que leí toda la Guerra Civil en mi iPod Touch… un poco ilegal, pero con suficiente fuerza para no dejar el habito. Como sea, le tengo mucho cariño a Civil War por lo que ocasionó en mi la primera vez que lo leí. No recuerdo cómo me sentí cuando me enteré que Darth Vader es el padre de Luke, pero recuerdo perfectamente cómo fue ver a Spider-Man develar su identidad ante la prensa al final de Civil War #02.

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En 2012 compré, por 400 pesos, el monster edition de Civil War, también de editorial Televisa. En ese momento lo busque tras el madrazo que había dejado en mi la primera The Avengers, y aunque me costó más de lo que debería, sentía que debía tener dicho cómic en español, como lo leí por primera vez. Caro y sin ningún valor coleccionable, pero soñaba con tener firmado ese cómic por los artistas del mismo, y sí, también por Stan Lee, porque eran sus personajes (la mayoría), porque es mi primer cómic y porque se volvió mi historia favorita.

Pasaron algunos años, leí el cómic en distintas ocasiones, una figura de Marcus Fénix le cayó encima luego de un temblor y se dobló un poco cuando se cayó de una repisa, pero se mantenía como una de mis posesiones más valiosas en el librero. La noche antes de salir a Conque, sin haber comprado el autógrafo de Stan Lee, vi mis cómics y películas pensando en que llevar para la firma.

No tengo ningún cómic primera edición de los años en que Stan Lee escribía en Marvel, mucho menos alguno dónde una de sus creaciones debutara y tampoco una recopilación importante en inglés. Así que estaba entre el Civil War del que he estado escribiendo y el omnibus de Secret Wars, también de Televisa… por suerte elegí el Civil War y de paso el Blu-Ray de The Avengers. En cualquiera de los casos la firma me haría muy feliz.

El cómic por el que empecé a leer cómics. #CivilWar #StanLee #Conque

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El primer día de Conque la fila fue únicamente para los que ya tenían pagado autógrafo y foto con Stan Lee, “por pendejo” pensé. Al siguiente día mi hermano se enteró que habría una nueva firma de Stan para quien no la hubiese comprado. Por suerte había dejado el cómic en la mochila y con más suerte aún juntamos los 2,500 pesos de la firma. La decisión fue complicada pero satisfactoria para todos: mi hermano pasaría al autógrafo, vería de cerca a la leyenda y le entregaría mi Civil War para la firma.

Unos minutos después mi hermano saldría con una cara un tanto escéptica y con el cómic firmado por Stan Lee. Con manos temblorosas tomé el cómic y vi la firma debajo de Wolverine, le soplamos para que no se borrará y lo metimos a la mochila. Luego de unos minutos escuché cosas como le hubieras dado otro cómic, “con lo que pagaste te alcanza para algo mejor”, “Stan Lee ni siquiera creó al Capitán América” y mi favorita personal “no lo vas a poder vender”.

Al día siguiente Stan Lee salió a dar su conferencia, que básicamente fue responder a las preguntas del público. Y aunque no lo tuve tan cerca como mi hermano, pude verlo mientras contaba el origen de Spider-Man (mi superhéroe favorito), así como lo escuchaba y pensaba en su voz dentro del juego de Spider-Man de PlayStation One o el final de la serie noventera del Hombre Araña. Estaba compartiendo el mismo reciento que el “sobrevalorado” co-creador de Spider-Man, Iron Man, Hulk, Los Cuatro Fantásticos, Cyclops, Dr. Strange y muchos otros personajes que forman parte del conflicto que da vida al cómic que hoy tengo plasmado con su firma.

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En Conque conocí personas de Venezuela, Argentina y Colombia que viajaron a México para conocer a Stan Lee. Yo llegué desde la Ciudad de México, con un pase de prensa que me ahorró la entrada al evento, me sentiría como un idiota de no haber pagado esos 2,500 pesos por la firma. De por sí ya me siento mal por no haber pagado la foto u otra firma para el Blu-ray de The Avengers.

Hoy tengo mi cómic en el mismo lugar del que lo tomé antes de salir a Conque y me estremezco al pensar que lo pude haber dejado ahí todo el fin de semana. Supongo que el siguiente paso es buscar a Mark Millar y Steve McNiven… ya sea en Conque o en cualquier parte del mundo.