El papá, el hijo y el nieto, de la familia más conflictiva de la industria, en el capítulo final de su historia
Con más de 20 años alimentando el odio, Bandai Namco ha dejado en Tekken 7 el final de una de las rivalidades más importantes de los juegos de pelea, misma que, aunque parece discreta dentro del género, ha acompañado a PlayStation a lo largo de su historia y se ha fortalecido con la madurez de los jugadores. El legado de los Mishima tiene su esperada conclusión, mientras que los jugadores tenemos al verdadero Rey del Puño de Hierro en nuestras manos.
Mishima Zaibatsu vs. G Corp
Siguiendo los acontecimientos de Tekken 6, los integrantes de la familia Mishima se encuentran dispersos a lo largo del mundo intentando recuperar terreno en una guerra que ha acabado con millones de vidas inocentes. Jin sigue perdido tras su enfrentamiento con Azazel; Heihachi ha regresado al control Mishima Zaibatsu; y Kazuya es el único rayo de esperanza en la terrible guerra que comenzara su hijo.
Tekken 7 tiene como principal atractivo el poner fin al feudo de la familia Mishima, y aunque la historia se queda corta en comparación de lo presentado en seis juegos anteriores, los fanáticos de la serie podrán encontrar la calma luego del último combate. Bandai Namco apostó por concentrar las acciones en los personajes principales de la saga en un arco argumental bastante contenido. Lo suficiente para poner fin al legado de forma rápida y letal.
Para que lo anterior tuviera un impacto más contundente en la industria, se optó por invitar al temible Akuma como una especie de juez para los Mishima. La presencia del peleador de Street Fighter tiene un enorme significado para el género de peleas, y aunque dentro de la narrativa funciona, hubiera preferido ver que el peso del invitado cayera en alguno de los personajes recurrentes de la serie; Jinpachi, Azazel, Ogre, Devil, peleadores similares sobran en Tekken.
Mientras que las acciones de la historia son presentadas de forma espectacular por medio de grandes cinemáticas y los combates son el plato fuerte de toda la narrativa, existe un elemento extraño durante la campaña. El final de los Mishima está en medio de un narrador que ha perdido todo por culpa de los protagonistas, su deseo de venganza lo ha llevado a investigar todo sobre Hiehachi y sus descendientes, pero su historia es apenas interesante en ningún momento logra consolidar su participación.
Mención aparte merecen las historias del resto de peleadores en Tekken 7, las cuales son contadas en parejas con algunas diferencias en los finales, pero con una idea similar al estilo Tag Tournament. Dichas historias sustituyen a los clásicos videos del modo arcade y hacen que la apariencia de los personajes tenga sentido durante los modos de juego tradicionales. Y sí, dan continuidad a la historia de la serie.
A pesar de que Tekken 7 lleva más de dos años disponible en los arcade de Japón, el modo historia del juego es exclusivo de consolas y la PC. Lo anterior es quizá el problema de la campaña, misma que -repito- es efectiva para el jugador, pero se siente un tanto apresurada y por debajo del nivel presentado en el gameplay. Los Mishima si tienen un gran final dentro de Tekken 7, pero la presentación de ese fin es la que no termina por convencernos.
The King of Iron Fist Tournament
Donde Tekken 7 no tiene falla es en su sistema de juego. Lo realizado por Bandai Namco y Tekken Project es la culminación de ideas, actualizaciones y mejoras al Tekken 7 lanzado en Japón hace un par de años. Incluso se percibe como la evolución natural de un sistema de juego que ya era increíble en el primer PlayStation y que solo ha sido actualizado para poder disfrutarse en un PlayStation 4 o Xbox One.
Junto a Soul Calibur y Dead or Alive, Tekken ha logrado utilizar los escenarios en 3D dentro de un género que no logro que sus mayores exponentes dieran un paso perfecto a las tres dimensiones. La naturaleza de Tekken le ha permitido conseguir un gameplay único y dinámico, al que es más fácil adentrarse como un jugador sin experiencia y que quizá no lo ha logrado con Street Fighter o The King of Fighters.
Tekken 7 tiene lo ya mencionado de forma bastante amigable. En primer lugar, tenemos las clásicas combinaciones de botones en las que podemos ir hilando ataques fuertes y espectaculares, al mismo tiempo que vamos dominando y aprendiendo secuencias más largas y potentes. Dependiendo de tu experiencia en la serie podrás sentir que el juego es un tanto sencillo, por suerte la dificultad va en aumento, ya sea en la historia o en el modo arcade podrás encontrar al rival perfecto.
37 personajes disponibles permiten tener un juego equilibrado para todos, conservando las características más importantes de la serie. Por ejemplo, a diferencia de otros juegos del género, Tekken incluye peleadores que, a pesar de resaltar por sus patadas, poseen ataques poderosos con los puños. Ese equilibrio se mantiene incluso con un Akuma que se ha logrado adaptar a los escenarios en 3D, con todo y sus ataques a distancia y la barra de Super.
Para hacer más accesibles -y complejos- los combates, se han integrado tres mecánicas nuevas para los momentos cruciales del encuentro. Una vez que la barra de vida llega casi al final se activa automáticamente el modo Rage, éste nos permite realizar un Rage Art, ataque especial que infringe mucho daño al rival con solo oprimir un botón; o Power Crush, ideal para romper el combo del rival en un momento de inminente derrota y con el efecto de una cámara lenta que puede resaltar nuestra victoria o perdición.
Al aparecer ambas opciones con la barra de vida por debajo de lo aceptable en un combate, el poder del Rage se convierte en algo decisivo y que debe efectuarse en el momento correcto. De manera similar en la campaña existen golpes predeterminados que convierten los combates en algo más atractivo para el jugador. Dichas secuencias rompen la dinámica del juego y facilitan nuestro avance en la historia, por lo que depende de uno el disfrutar o no de la campaña.
Mientras que Tekken 7 parece accesible para cualquier clase de jugador, el juego tiene suficiente contenido para complicar la experiencia del más veterano de la serie. Desde la dificultad, hasta la posibilidad de jugar con más de 30 personajes. Si bien los modos de juego son limitados a un arcade bastante corto y una adictiva búsqueda de tesoros, es la progresión que tenemos como jugadores lo que hace valiosa a esta entrega, evidentemente pensada para modos competitivos profesionales.
Dominar Tekken 7 es una cuestión muy diferente a pasar la historia, conseguir una larga racha en el Treasure Battle y hasta tener una buena tarde en los modos en línea. La obra de Harada y compañía presenta un juego simple para pasar el rato, pero con potencial para adentrarnos por semanas a perfeccionar a nuestro estilo de juego; independientemente de si jugamos en modo local u online.
Get Ready For The Next Battle
Aunque los gráficos lucen un poco desmejorados al nivel actual de la industria, los diseños de escenarios, personajes, atuendos y demás, logran salvar dicho apartado de buena manera. Incluso se agradece la integración de los videos de juegos anteriores en la historia de Tekken 7, dando un golpe a la nostalgia al mismo tiempo que combinan los recuerdos entre el jugador y el protagonista.
En cuanto a la música tenemos una banda sonora discreta en cuanto a efectividad, pero que seguro recordaremos con el paso de los años. De igual manera que en los visuales, se agradece el trabajo realizado para combinar idiomas en la campaña, haciendo que el personaje italiano hable italiano, así como el japonés o el coreano hacen lo propio. En la narrativa es extraño, pues la conversación es en idiomas diferentes, pero es un gran detalle técnico.
Regresando al punto de la nostalgia, Tekken 7 nos permite desbloquear todos los videos de juegos anteriores, atuendos, accesorios y la música de toda la serie, con dinero del juego. Dichos créditos los obtenemos al jugar, sin necesidad de insertar una tarjeta de crédito y con una buena cantidad de dinero ganado sin pasar horas y horas en las arenas de combate. Lo anterior, además de nostálgico, nos ayuda a recapitular la historia de los Mishima para antes o después de haber jugador la campaña.
La séptima parte de Tekken es el mejor juego de peleas que hemos visto este año, con todo y el buen trabajo de Injustice 2. Si bien el modo campaña podría dejar insatisfechos a los más cercanos a la historia de los Mishima, el resto de opciones disponibles son suficientes para perdonar el desenlace y adentrarnos a lo más profundo de su sistema de juego.
Tekken 7 nos recuerda la primera vez que le pusimos las manos encima a la serie, pero con cambios suficientes para mantenerse vigente ante las exigencias actuales de la industria. Sí, es el final de los Mishima, pero estamos muy lejos de ver el final de Tekken.