Luego de una semana bastante peligrosa para la industria de los videojuegos, Donald Trump fue derrotado.
Hace unos días vivimos uno de los crossovers más importantes de la industria de los videojuegos cuando Xbox, PlayStation y Nintendo tuvieron un enemigo en común: Donald Trump.
El presidente de los Estados Unidos se mantuvo bastante firme la semana pasada en la cuestión de incrementar en hasta un 25% los aranceles para productos fabricados en China, situación que pondría en muy mala situación a las consolas de videojuegos que se fabrican en dicho territorio… cantidad que supera el 90% de consolas que se venden en EEUU.
¡Avengers Assemble! 🎮 pic.twitter.com/EXCTRBVsKJ
— Joystick Cloud (@JoystickCloud) June 28, 2019
Afortunadamente los problemas se disiparon (de forma momentánea) tras el encuentro entre el presidente de Donald Trump y su similar de China Xi Jinping en la cumbre del G20. Esta misma disputa, entre otras cuestiones que van más allá del comercio, llevaron a que empresas norteamericanas cortaran relaciones con compañías chinas, siendo el caso de Google y Huawei el más mencionado en semanas anteriores.
De hecho, gracias a las pláticas entre los presidentes de Estados Unidos y China, la relación Google – Huawei ha sido retomada. Por otro lado, EEUU se comprometió a anular los aranceles a los productos provenientes de china y el país de Asia se comprometió a exportar grandes cantidades de producto agrícola americano. No nos vamos a meter en más detalles, pero por ahora todo marcha bien para las compañías de videojuegos.
¿Qué papel jugó la carta de Xbox, PlayStation y Nintendo en el acuerdo? Probablemente nunca lo sabremos. Así como seguramente no fue algo tan relevante como nos gustaría, pero seguramente se mencionó en la reunión de ambos mandatarios. Y claro, un poco de la presión mundial en la cumbre del G20 seguramente ayudó a que Trump cediera, pero siempre hay que tener cuidado con el presidente de EEUU.
Esperemos que el futuro inmediato no nos sorprenda con una situación similar. Al menos podremos rescatar este momento como la unión más grande que hemos visto en la industria de los videojuegos.