Las consolas no van a dejar de existir, pero es un hecho que sus días están contados.
Google anunció durante la pasada Game Developers Conference su plataforma dedicada exclusivamente a videojuegos. Stadia, que no ha mostrado mucho desde su presentación, es básicamente un “Netflix de videojuegos”; nombre que durante varios años compañías como PlayStation y Xbox han buscado adjudicarse sin mucho éxito. Sin embargo, la idea detrás de Stadia va mucho más allá ser un servicio extra en el catálogo de Google, pues las apuestas en la industria apuntan a que las consolas dejarán de existir y los juegos podrán ser disfrutados en prácticamente cualquier dispositivo con acceso a internet.
Google es la primera compañía en dar un paso firme en este aspecto, siendo esta la principal razón de que las críticas alrededor de su presentación se salieran de contexto tanto a favor como en contra. El problema es que se le está tratando de la misma forma que a una nueva consola de Xbox o Nintendo, cuando su concepto es más parecido al de Netflix y Spotify.
La inmediatez que ofrecen los servicios de streaming está presente en la industria del cine, la televisión y la música, pero en los videojuegos los intentos han pasado desapercibidos por culpa de las barreras tecnológicas a las que se enfrentan los desarrolladores, publishers y jugadores; siendo la conexión a internet y la interacción con el juego los principales problemas para una buena experiencia. Por lo tanto, Stadia tiene mayor sentido cuando es Google la compañía detrás del proyecto.
De entrada, el servicio parece una extensión de YouTube: streaming inmediato, acceso directo al juego desde un video con el título en cuestión y una idea básica de entrar, cambiar y salir de un videojuego como si se tratase de un video. Google no busca complicarse la vida con Stadia, solo quiere tener presencia en un mercado que no ha explorado con una presentación que todos conocen. Y claro, que Google esté presente en millones de dispositivos Android y computadoras lo hacen sumamente identificable para un público ajeno a los videojuegos.
¿Google lleva la ventaja?
La idea de ampliar el mercado de los videojuegos no es para nada una novedad. De Nintendo a Apple hemos visto intentos por trascender entre los “jugadores causales” con controles que se asemejan al de la televisión y juegos que solo cuestan un dólar, pero ninguna compañía se había atrevido a eliminar la barrera de las consolas para seguir adelante. El intento más reciente parece ser Xbox SAD con un catálogo virtual en combinación con Xbox Game Pass, pero sigues necesitando un dispositivo Xbox para jugar.
Stadia promete que podrás jugar desde el navegador de Chrome en tu laptop, computadora de escritorio, tablet o smartphone y pasar de manera inmediato a una experiencia “tradicional” en la televisión de tu sala con ayuda de un Chromecast Plus. No necesitas nada extra a lo que ya tienes en tu casa u oficina; hasta puedes usar el control de PlayStation 4 o Xbox One. Al ser un servicio en la nube es muy probable que otros dispositivos se sumen a la experiencia: las tres consolas que hay actualmente en el mercado, televisores inteligentes o un Apple TV, Stadia estaría peleando por tu atención de la misma forma en que lo hacen Netflix, Spotify, Amazon Video o Apple Music.
Con las tendencias de consumo actuales tenemos un mercado lleno de posibilidades para un servicio como Stadia. Desde usuarios que buscan las experiencias más nuevas de la industria hasta aquellos que solo quieren revivir su infancia con algún clásico de Super Nintendo. Encontrar un juego, jugarlo y pasar a otro debe ser tan fácil y tan rápido como la cuenta regresiva para iniciar un nuevo episodio de Stranger Things. Stadia no quiere ser la nueva Nintendo, Stadia quiere que Google signifique algo para los gamers.
Sin meternos a analizar las especificaciones para que algo como Stadia funcione en México o incluso especular sobre el éxito de este servicio, podemos decir que Stadia es apenas la primera de muchas aplicaciones similares que tendremos en los próximos años. PlayStation Now, el servicio de streaming de videojuegos de PlayStation, debutó desde 2014 en PS4, PS3 y televisores de Sony, pero ni la recepción del público y mucho menos el desempeño de la aplicación fueron los esperados por parte de los japoneses.
Por otro lado, Xbox se prepara para dar el salto a la nube con XCloud, un servicio con características similares a las de Stadia, pero con la presencia de franquicias muy queridas entre los jugadores como Gears of War, Forza y Halo, así como el enorme ecosistema de dispositivos con Windows. Xbox ya comprobó que las suscripciones son una buena jugada y, además de contar con la infraestructura para el servicio en lugares como México y América Latina, tiene la aprobación de los gamers desde hace más de 15 años… incluso tras la mala racha de Xbox One.
El poder de la nube
Recientemente salió a la luz que Sony y Microsoft han llegado a un acuerdo para colabora entre sí. Los dueños de PlayStation podrán usar la infraestructura en la nube de los de Redmond, Microsoft Azure, para potencializar los servicios que Sony ofrece a sus clientes en temas como videojuegos y transmisión de contenido. Más allá de trabajar en conjunto contra Google, la alianza de ambas compañías responde a la necesidad de un mercado que se dirige al streaming por completo. No veremos God of War en Windows o Gears en PS5, pero sí un esfuerzo en conjunto para dejar atrás el formato físico.
Xbox es la marca menos clavada con la idea de mantener los videojuegos en un nicho específico. Casi todas sus series se han desarrollado bajo parámetros de Hollywood y con miras a un futuro fuera de su plataforma. La idea de Xbox One era mantenerse en línea 24/7, con un montón de aplicaciones ofreciendo contenido bajo demanda y la posibilidad de comerciar con el contenido digital de manera sencilla para el usuario. Por su parte, las buenas ventas de PlayStation 4 le dieron un respiro a Sony que le ha servido para preparar su próxima consola, con parámetros tecnológicos en favor de un procesamiento superior al del PS4 PRO, gráficos de nueva generación y compatibilidad total con servicios en la nube.
El futuro del cloud gaming en los videojuegos no depende de Stadia, pues todo el mundo seguirá su camino. Lo que sí depende de Google es dar una buena primera impresión a una audiencia que buscará encontrarse con los videojuegos de la misma forma en que ya lo hace con el cine, la música y el porno. Más allá de la nostalgia por una caja con manual o una edición especial, los videojuegos se tienen que adaptar a un mercado que prefiere pagar mensualmente por un servicio que comprar juegos de $1,300 que nunca van a terminar.
No se trata de un cambio radical, cuando volteamos a nuestro alrededor nos damos cuenta de los esfuerzos de compañías como Steam o Electronic Arts quienes han colocado los videojuegos de forma más simple ante una masa de jugadores que solo conocen el formato digital. Todo lo que tienes en Steam podría llegar de manera súper sencilla a un servicio de streaming con una app oficial. Incluso EA, que para muchos es la peor compañía de la industria, fue la primera en ofrecer juegos «bajo demanda» con EA Access en 2014.
Ya sea por Stadia, PS Now o XCloud, los cambios de paradigma en los videojuegos comenzaron a reflejarse este mismo año. Nuevos jugadores se unirán a la experiencia gracias a que ya tienen el dispositivo donde podrán jugar al nuevo FIFA o Street Fighter. Las consolas no van a desaparecer de inmediato, pero su tiempo de vida se recortará conforme crezca el número de suscriptores de Google o Microsoft.
Allá fuera hay más de 250 millones de personas jugando Fortnite en consolas, computadoras, tablets y smartphones, mientras que Red Dead Redemption 2 (el juego más vendido de 2018) apenas logró distribuir 23 millones de unidades entre Xbox One y PlayStation 4. La industria de los videojuegos tiene que abrirse a nuevos caminos y este es el momento perfecto para cambiar la jugada.