El evento más importante del mundo ha terminado y como era de esperar las reacciones se han hecho presentes y nos topamos con más pesimismo del habitual
El sexto mes de cada año es el momento que la industria del videojuego elije para que tenga lugar el evento más importante del sector, el Electronic Entertainment Expo (E3). Desde semanas previas a la fecha de arranque de la feria toda la prensa especializada y los jugadores estamos especulando sobre lo que se mostrará, lo que faltará y los sueños imposibles que puedan darse. Se le suele exigir mucho a las grandes compañías, lo cual me parece acertado ya que como consumidores de sus productos estamos en la obligación de exigir calidad. Una vez el evento ha culminado empiezan a llegar las críticas, los halagos y la opinión de todo tipo sobre lo mostrado en las conferencias. Acto seguido se da uno de los tópicos más recurrentes y es el denominado ‘han vendido humo’. Evidentemente la edición de este año también generó tal situación, quizás más acentuada que otras veces.
Recordemos que afrontábamos las conferencias con expectativas muy altas. Microsoft por fin revelaría el precio y diseño del conocido Project Scorpio, Sony ha estado teniendo un año espectacular y quizás por eso esperabamos ver cosas de igual calidad a los Ni-Oh!, Horizon: Zero Dawn, Yakuza y demás juegazos que habían visto la luz en la primera parte del año; mientras que Nintendo se enfrentaba al primer E3 en donde la protagonista sería su flamante nueva consola. En el terreno de las thirds parties; Bethesda generaba la curiosidad de ver si harían un evento a la altura de sus previas conferencias, Ubisoft es la compañía que se convirtió en meme gracias a presentaciones como la del primer Watch Dogs o el conocido The Division, así que queríamos ver si de nuevo iban a intentar algo parecido o apostarían por enseñarnos cosas más apegadas a las versiones finales de sus títulos. Por su parte EA, luego de que Mirror’s Edge: Catalyst y Mass Effect: Andromeda causaran tanta decepción, intentaría sorprendernos y mostrarnos los proyectos con los que explotarán la licencia Star Wars, así como sus conocidas entregas deportivas y alguna cosita más que nadie tuviera presupuestado ver. El resto de compañías, pues las afrontábamos esperando ver lo que enseñaran en las presentaciones de los fabricantes de consolas. Ese era el ambiente previo, una vez terminados la feria y las conferencias el resultado, aunque interesante, parece no estar a la altura de lo que la comunidad se esperaba.
En mi opinión personal, tras ver las conferencias y los posteriores streamings realizados por las propias compañías, este año fue un E3 de muchos juegos muy interesantes; pero parece ser que mi opinión se distancia mucho de la resto del mundo. Leo y escucho en casi todos lados que ha sido un E3 decepcionante. Simplemente no lo entiendo. En el año 2015, el mundo estaba vuelto loco por lo mostrado en las conferencias en aquel año. Incluso se le tildó como ‘uno de los mejores E3 de la historia’. Unas conferencias donde se mostró Final Fantasy VII Remake, Kingdom Hearts III, Shenmue 3, Scalebound, Phantom Dust, Fable Legends, Project Spark y algunos otros juegos que a día de hoy, o no han salido o no se sabe nada de ellos o directamente han sido cancelados; pero entonces decir que habían venido humo era ser un amargado que no te gusta nada. No obstante hoy la historia es otra. Ahora lo que se dice es que se ha vendido humo con los anuncios de, por ejemplo, Beyond Good & Evil, Metroid Prime 4 o el Pokémon RPG que va en camino a Switch y decir lo contrario a eso es ‘ser un iluso’.
Repito, entiendo la exigencia de la comunidad y la aplaudo; pero criticar de sobremanera el E3 con el único argumento del ‘humo’ es negarse a ver lo que el evento realmente es y lo que representa. Las conferencias, salvo Nintendo, tienen lugar en los días previos a la feria y es en el marco de la misma en donde la prensa puede probar algunos de los títulos mostrados, mientras que nosotros tenemos la posibilidad de seguirlos mediante streamings realizados por las propias compañías, y por la prensa, para conocer más sobre esos juegos. Todo esto debido a que el E3 es, ha sido y siempre será una serie de comerciales. Oportunidades para que las compañías puedan convencernos de comprar sus productos. En ese sentido la diferencia en la estrategia de los fabricantes de consolas y las empresas que solo distribuyen juegos es evidente. Para EA es irrelevante en que plataforma nos compremos el FIFA de turno, lo que les importa es vender; mientras que Microsoft quiere vendernos State of Decay II, pero también quiere que nos compremos la Xbox One, cualquiera de sus modelos, y como consecuencia adquiramos el Anthem, por ejemplo, en su plataforma.
Tomando eso como punto de partida, el mote de ‘ganador del E3’ lo asignamos tomando en cuenta que compañía logró ilusionarnos más. Quizás con eso que denomina, de forma equivocada, ‘humo’. Quizás con juegos que van a salir ya o quizás con políticas interesantes. Dicho esto, queda claro que para cada uno puede ser que sea una u otra sea la conferencia que le ilusionó y motivó más. Alguien puede sentir que Sony ha sido la mejor por el anuncio de Shadow of the Colossus porque eso le alegra más que cualquier otra novedad que hayan anunciado, de la misma forma alguien puede considerar que Nintendo destacó más al anunciar que trabaja en un nuevo Metroid Prime y al dejar caer que la saga principal de Pokémon está en camino para Switch, esto porque en ambos casos no había certeza de que dichos proyectos fuesen a existir. Por esa regla de tres, también puede ser que a alguien le entusiasme más Bethesda porque todo lo que anunció saldrá dentro de poco o quizás se decante por Microsoft porque el PC no le interesa y quiere una máquina que le ofrezca potencia.
Naturalmente no todo es perfecto, hay muchas cosas cuestionables cada año en el evento. Sin ir muy lejos, podemos debatir respecto a porque Sony no anunció nada nuevo para más allá de 2018. Será que no ven que la PS4 como plataforma vaya a tener vida más allá de ese entonces o simplemente es que se lo quisieron guardar todo para su evento propio a final de año. Microsoft no se queda corta y mucho se hablará respecto a la forma en que intentar vender Xbox One X, así como su deformación al concepto de exclusivo, y aún más importante los juegos con los que quieren venderla. Mientras que Nintendo nos emocionó con los dos anuncios antes mencionados, pero la forma de comunicarlos fue, cómo mínimo, poco inspirada. Si le buscamos, todas las conferencias tendrán algo que podremos criticar, y tendremos razón y podríamos utilizar argumentos validos, pero el E3 no se trata de eso.
Debemos dejarnos ilusionar, tener el beneficio de la duda y la misma vez tener un ojo crítico y ser exigentes. Podrán gustarnos más o gustarnos menos, pero juegos ha habido muchos. Hoy es el momento de celebrar los anuncios y tener un poco de ilusión, si termina siendo ‘humo’ lo que se nos mostró o si terminan engañándonos o siendo malos juegos, pues lo diremos. Lo criticaremos con la dureza que sea necesario, pero mientras ese día llega, hoy toca estar contentos y recordar que la industria del videojuego está teniendo un año fantástico y las cosas que vienen en camino son prometedoras. Realmente estamos en una época en la que es un gran momento para ser gamer. El E3 supone la oportunidad perfecta para ver el vaso medio lleno y dejarnos llevar por el hype.