Hace varios minutos que termino el tráiler de Umbrella Corps y sin embargo permanezco inmutable delante de la pantalla con la mirada perdida en la negrura del reproductor, como esperando un milagro emerger de los abismos de la tragedia. Lo más agrio de la esperanza es desprenderse de ella cuando te lastima, cuando no valen los hubiera, cuando debes afrontar la descarnada realidad en su versión más desgarradora. La realidad impone ante nosotros un Resident Evil salvajemente reconvertido en Call of Duty, ultrajado sin piedad, manido hasta el cansancio y zarandeado bruscamente cual esclavo animal como una infortunada doncella caída en manos equivocadas, alguna vez tétricamente hermosa pero hoy no es más que la sumatoria de sus desdichas al cuadrado, el resultante de sus consecuencias, una repugnante criatura que como Frankenstein trata de justificar su horrenda monstruosidad.
Hablar de Resident Evil actualmente es invocar una contradicción, una que contrasta la alargada sombran del pasado con el diminuto cuerpo del presente. Sensaciones agridulces. El que fuera padre de un género y emblema de una generación se arrastra hoy detrás de las modas tratando de vender dignidad por atención, no se da cuenta que es preferible morir siendo héroe que vivir lo suficiente para convertirse en payaso. Todo inicio con una entrega que edificaría imponentes estructuras (como lo hacen las grandes obras maestras) que, aunque su continuación lograría expandir significativamente al final serian demolidas por el peso de su propia incompetencia. La explotación ha sido (y continua siendo) una autentica maldición para la supervivencia de tan ilustre saga. Es debido a esto que luego de sentar bases las reversiones han sido su único acierto.
El remake y Resident Evil 4 dictan cátedra en sus respectivas materias: rehacer y reinterpretar (justo admitir que cuando lo hacen bien no tienen paragón). Pero entonces ¿Que es esencialmente Resident Evil? ¿De dónde proviene su prestigio? Solo 1, 2, remake, y 4 parece acreditar una saga próxima a cumplir 20 años (vale que existen otros capítulos perfectamente rescatables como Zero, Code Veronica o Revelations pero aún insuficientes). El departamento de Marketing ha hecho un excelente trabajo gestionando la fama de una franquicia con tan escasa demostración de talento (algo así como las Kardashian). Es por eso que hay tantas películas, mangas, novelas, ropas o figuras porque lo importante es que haya y no tanto el que o para que hay.
Volvamos al deprimente presente o al como no se ha sabido desarrollar la acertada reinterpretación (ese parece otro síntoma de la maldición: absoluta incapacidad de construir continuaciones apropiadas). Las reminiscencias al terror tratan de mantenerse así sea con calzador aunque el verdadero genero haya evolucionado por rumbos completamente distintos. Lo cierto es que la franquicia no logra entenderse siquiera encontrarse, perdió su camino hace mucho tiempo, es incapaz de acoplarse a los compases actuales. Se limita a divagar en el limbo entre lo que trata y lo que consigue. Pensé que se había tocado fondo con Operation Raccoon City pero el 6 me hizo cambiar de opinión, ahora Umbrella Corps me obliga a cuestionarme la existencia de algún fondo que tocar.
No basta con contentar a los más puristas con el anuncio de un nuevo Remake (cuyo correcto funcionamiento representa todo un desafió a día de hoy por cierto) Umbrella Corps no merecía vestir ese traje, su contradictoria ambientación es perjudicial tanto para la franquicia como para el propio juego (que ademas se percibe terriblemente derivativo reciclando ideas de Titanfall), ah pero ayuda a vender y eso es lo único que en realidad importa.