Una verdadera hazaña digna de admirarse la que realizó este sujeto sin vida social que se hace llamar PangeaPangea, quien no sólo osó terminar este clásico videojuego de Super Nintendo en poco más de 25 minutos, sino que además, se vendó los ojos para darle sabor al asunto.
Imaginen nada más las horas invertidas para perfeccionar esta proeza; toda la destreza que derrocha este jugador, así como su respetable memoria tanto visual como auditiva que crean en él un conjunto perfecto a fin de que, en lugar de utilizarlo para algo más productivo en su vida, lo utilice para pasar los diferentes niveles de esta aventura, como debe ser… supongo.
Eso sí, también cabe destacar que el diseño no-aleatorio que presenta el juego le facilita el aprenderse de memoria cada rincón de Super Mario World, e incluso de otros título de antaño; cada enemigo, cada movimiento, cada detalle, obedece a una programación establecida, pero aún con todo esto, no deja de ser una acción sorprendente.
[youtube id=»Aj-Mf0ZVoGs» width=»620″ height=»360″]