Nunca pierdas la oportunidad de ir a llorar al cine o de ver una película con un nombre extraño.
Una de las grandes virtudes de la animación japonesa es su universalidad. Fácilmente uno puede sentirse identificado con los torneos de fútbol de Captain Tsubasa o con la escuela de Cardcaptor Sakura, pues más allá de las evidentes diferencias, la presentación de la obra logra conectar con los sentimientos correctos en escenarios que no se apartan mucha de nuestra cotidianidad.
Lo anterior no solo está enfocado en un escenario o situación específica, pero sin lugar a duda ayuda mucho el hecho de que la escuela y el factor social de ese lugar se coloquen como principales referentes para la trama. Es así como llegamos a Me Quiero Comer tu Páncreas, una película que parece no tener relación entre su título y el póster, pero que una vez que lo entendemos solo podemos estremecernos por culpa de su significado.
En la película seguimos los pasos de un joven estudiante que encuentra un libro llamado “Conviviendo con la Muerte”… en la sala de espera de un hospital. Rápidamente nuestro protagonista descubre que el peculiar libro le pertenece a una chica llamada Sakura Yamauchi y que lo que acaba de encontrar es en realidad su diario.
Resulta que Sakura está a punto de morir, pues una enfermedad en su páncreas está acabando con su vida y usa su diario para dejar testimonio de sus últimos días. Y es aquí donde la historia comienza a cobrar sentido, la reacción del estudiante ante el terrible secreto de Sakura es totalmente indiferente, lo que despierta el interés de la chica para poder compartir el resto de su vida con alguien que no le tiene ningún tipo de consideración a causa de su enfermedad.
Obviamente los clichés no se hacen esperar y en unos cuantos minutos descubrimos que ambos van a la misma escuela; pero él es tan callado que no tiene ni un solo amigo, mientras que ella es una de las más populares del salón. La amistad entre ambos parece imposible, pero la insistencia de Sakura es más poderosa que toda la indiferencia acumulada en el corazón de nuestro protagonista. Obviamente la gran diferencia con historias similares es el poco tiempo que ambos tendrán para convivir.
Ahora, volviendo al punto de la universalidad en las historias del anime, Me Quiero Comer tu Páncreas funciona porque sus personajes tienen ese encanto familiar que nos hace regresar a nuestra época de estudiantes. Los clichés de los populares, el chico aislado, las largas caminatas por la ciudad, las visitas a restaurantes y la enorme libertad que tienen los adolescentes están ahí, envueltas en una historia poco convencional y una emotividad que nos hace fantasear con una vida en Japón.
También está el factor de la sentencia de muerte de Sakura que eleva las emociones con cada minuto que pasa. Y la cinta constantemente nos recuerda este evento para que tramposamente nos sintamos conectados con las decisiones de los protagonistas. Justo ahí es cuando el título de la película cobra un devastador sentido. Si bien el drama no gira en torno a la muerte, sí se vuelve un hilo conductor para toda la trama.
Probablemente lo más interesante de la película está en la narrativa. Todo está contado por el estudiante que se encuentra con el libro de Sakura, con pequeños saltos temporales y una construcción de personajes bastante sólida. Un drama adolescente que va del rosa al negro tan sutilmente que la sonrisa en nuestro rostro solo puede compararse con el nudo en la garganta que tenemos toda la función.
Y como si el tema de una enfermedad terminal no fuera suficiente, la película se toma su tiempo para explorar otros aspectos problemáticos de los adolescentes como la soledad, el bullying o el acoso… todo con ese enfoque japonés que a veces puede ser un tanto ambiguo, pero con suficiente fuerza como para entender el mensaje final. Definitivamente hay mucho más dentro de la película que su evidente y poderoso mensaje inicial.
En México la película llega con doblaje al español latino. La voz de “Él” corre a cargo de Miguel Ángel Ruiz y la de Sakura está en manos de Erika Ugalde, ambos dirigidos por Eduardo Garza. Y el trabajo es bastante bueno, salvo por algunos detalles en el sonido, pero con una excelente selección de voces y una muy buena interpretación por parte de todos los actores involucrados. También vas a poder encontrar la película en japonés con subtítulos, así que no hay pierde este fin de semana.
Sobre eso último, la película solo estará en Cinépolis gracias a Konnichiwa Festival. Lamentablemente solo la podrás encontrar el 31 de mayo y el 1 y 2 de junio, así que te recomendamos estar muy atento a los horarios de tu cine más cercano (aquí puedes consultar horarios y cines). Lleva pañuelos porque los vas a necesitar.