Aunque lo jugué más de 10 años después de su lanzamiento, Final Fantasy VII me impresionó por sus sorprendentes valores de producción (para la época en la que fue lanzado). Cloud se convirtió en más que un personaje de Final Fantasy en Kingdom Hearts, y observé que, poco a poco, más juegos y multimedia relacionados a este título en específico estaban siendo lanzados por Square Enix: entre estas propuestas, el que más me llamó la atención en su momento fue Crisis Core Final Fantasy VII, un título precuela protagonizado por Zack Fair, personaje menor pero importante en la historia.
Y aunque llegué a jugar este título hace algunos años, los largos tiempos de carga y para entonces anticuados gráficos me llevaron a abandonar Crisis Core en la bahía de discos de mi PSP: afortunadamente, Square Enix ha lanzado una versión renovada del juego, CRISIS CORE –FINAL FANTASY VII– REUNION, y creo que en esta ocasión la precuela está por mantenerme atrapado en su narrativa, belleza gráfica y sistemas de juego: hoy quiero compartir contigo mis impresiones iniciales de este sorprendente remaster.
Zack Fair es un SOLDIER de segunda clase que trabaja para el enorme conglomerado Shinra, el cual, por no complicar más los términos, reina como un gobierno corporativo sobre Midgar. Esta organización funciona a base de misiones, por lo que el núcleo del juego logra ser bastante coherente narrativa y mecánicamente: conforme avancemos en la historia, obtendremos misiones que, aunque no son obligatorias, llegan a ser necesarias para obtener objetos, accesorios y equipo primordial para triunfar.
Aunque un sistema de misiones normalmente tendría objetivos variados, prácticamente todas se reducen a derrotar a cierto enemigo del otro lado del mapa, encontrando tesoros opcionales alrededor de este mismo espacio: las variables suelen ser el bioma, los enemigos disponibles y la fortaleza de los mismos. La sencillez de estos encargos puede ser un poco monótona, pero personalmente me parece atrapante, incluso adictiva: debido a los tiempos de carga mejorados a comparación del juego original lanzado en PSP, podemos terminar misiones a tal ritmo que parece que el tiempo se pasara volando.
La diversión de las misiones está, por supuesto, en el combate, el cual regresa intacto a grandes rasgos. Aunque no puedo notar las diferencias entre el lanzamiento original y este relanzamiento, también puedo atribuir esto a la falta de tiempo que pasé con la primera versión de Crisis Core: no obstante, puedo reconocer que el combate es altamente fluido y veloz, similar a títulos de Kingdom Hearts de esa época con un poco del ADN que hemos podido observar desde hace dos años con el lanzamiento de Final Fantasy VII Remake.
Este sistema de combate tiene dos partes: el uso de habilidades asignadas a botones determinados y el DMW, una mecánica que podría definirse como una máquina de pachinko que corre a toda máquina mientras combatimos y otorga bonos conforme coincidan imágenes y números: Zack solo puede subir de nivel si obtenemos un 777, y podremos utilizar ataques límite inspirados en las personas que conocemos durante nuestra aventura. Aunque sonaría a que dependemos de la suerte para triunfar, la magia del DMW está en que solo otorga bonos y, para asegurar nuestra diversión, la gran mayoría de los giros del sistema generarán un premio o recompensa.
La base del juego es la misma pero, ¿cómo se ve? ¿cómo corre? Afortunadamente, este es el punto que me ha dejado sorprendido hasta ahora. Jugando en un PlayStation 5, el combate y la narrativa se desarrollan a una excelente resolución 4K, teniendo la gran mayoría del tiempo unos estables 60 cuadros por segundo. Sin embargo, lo impresionante del campo técnico de este remaster está en el cambio de prácticamente todos los elementos artísticos del juego: las texturas, modelos de personaje y animaciones no parecen en lo absoluto de un videojuego convertido del PSP a consolas modernas; parecen de un juego desarrollado de manera nativa para consolas de la anterior generación.
CRISIS CORE –FINAL FANTASY VII– REUNION no es un remake, si no un remaster, pero esta conversión es tal que no es solo una mano nueva de pintura, si no una reestructuración completa del juego que permite un excelente desempeño y vistas sorprendentes para un juego de su origen. No obstante, es importante observar que las cinemáticas FMV que en su momento eran increíbles en el PSP ahora se encuentran escaladas, y aunque posiblemente no se vean mal en una resolución HD o Full HD, se puede notar la edad del trabajo realizado en estas escenas en una pantalla 4K. A pesar de ello, CRISIS CORE –FINAL FANTASY VII– REUNION me tiene definitivamente atrapado, y me emociona el prospecto de al fin ver el desenlace de esta historia que ignoré hace tantos años.