A pesar de no ser una exclusiva, Dead Rising es una franquicia muy ligada a Xbox. Hace 10 años la aventura de Frank West era el pretexto perfecto, junto a Gears of War, para elegir un Xbox 360 en vez de los recién estrenados PlayStation 3 y Nintendo Wii. La combinación de armas, humor y un mundo –semi- abierto, daban lugar a cierta envidia con la competencia. Una década después, Dead Rising 4 aparece para revivir viejas pesadillas y dejar en claro que su lugar favorito son las consolas de Microsoft.
¡Frank is back!
Tal y como lo hemos visto en la campaña publicitaria del juego, Frank West está de regreso para hacernos sentir como en nuestra Xbox 360, pues además de volver con el protagonista original, la ciudad donde inició el brote zombi también forma parte de la nueva entrega. Tomando como pretexto lo anterior, Capcom Vancouver nos presenta una historia llena de clichés propios del género y un ácido sentido del humor. Igual que en 2006, no se trata del juego perfecto, pero sí de uno de los más divertidos.
En 2021, mucho tiempo después de lo ocurrido en el primer título, Frank ha dejado la locura de los zombis para enfrascarse en un mundo mucho más tranquilo que le permita alimentar su egocentrismo. Siendo un profesor de fotografía, West ha llegado a despertar el hambre por las buenas historias en sus alumnos, lo que terminó por detonar una enorme curiosidad sobre una chica llamada Vick. Ésta alumna empieza a encontrar rastros sobre una nueva organización que experimenta con el virus y todo la lleva de regreso a Willamete.
Tiempo después de sus primeros hallazgos, la ciudad donde inició todo es víctima de la locura por un nuevo brote zombi. La emoción por el Black Friday se transforma rápidamente en un frenesí por salir vivos de las hordas, culminando con una ciudad sitiada por los paramilitares y con un enorme misterio por descubrir. Fugitivo de la ley por ayudar a Vick, Frank West es reclutado por el gobierno para investigar qué está pasando en Willamete. Es hora de tomar la cámara y conseguir un premio Pulitzer por la noticia del siglo.
Una vez que terminamos con el contexto principal hay que detallar algunos elementos de la trama. Dead Rising 4 toma una fórmula de mundo abierto que coincide mucho con el juego original, si bien la ciudad no se tiene que sentir “viva” o realista, los personajes que nos rodean, y prácticamente todo lo que ocurre a nuestro alrededor, son poco atractivos. Ningún otro sobreviviente importa, los enemigos dan igual, se eliminaron a los psicópatas y no hay fuerza en el guión.
Dead Rising 4 opta por dejar a Frank West como el protagonista de todo; lo que nos lleva a tareas aburridas en misiones secundarias y a una linealidad poco atractiva en la historia principal. El fuerte de esta entrega no es la trama… quizá hacia el final sí, pero el camino es muy tedioso. Las más de 10 horas que ofrece el juego, en su campaña principal, definen el concepto de “cantidad sobre calidad”.
OJO: Cuidado en las últimas partes del juego, pues en un momento no podremos regresar al mundo abierto y el resto de la aventura será exclusiva de la campaña.
Eeny, meeny, miny, moe…
Como seguro te imaginas, el verdadero potencial de Dead Rising 4 está en su mundo abierto. Desde la primera entrega la serie ha evolucionado para dar más libertad al jugador, no se trata solo de tener un mundo con miles de zombis, sino de hacerlo divertido y con una amplia variedad de opciones para sacar a nuestro Tallahassee interno. Y sí, si por algo vale la pena el regreso de Frank West es por su libertad.
La ciudad de Willamete, además de estar llena de zombis, parece estar llena de tiendas y objetos extraños. Por suerte para nosotros, no es difícil que los recién convertidos hayan tenido en sus casas katanas, sables de luz, armas de fuego, disfraces, hachas, mazos y un sinfín de objetos útiles para el fin del mundo. Lo anterior en conjunto con el ingenio de Frank West dan como resultado una enorme cantidad de armas combinadas o tradicionales.
Dead Rising 4 no te exige sobrevivir a toda cosa, te invita a divertirte mientras lo haces, ya sea en la dificultad más alta o la normal, el juego te da todas las posibilidades para que domines a las hordas de muertos vivientes. La combinación de armas es incluso más sencilla que en la tercera parte, en ocasiones basta con tener el arma correcta y encontrar el complemento o comprar al comerciante del refugio con los restos que encontramos a lo largo y ancho del mundo abierto.
Al igual que en cualquier película de zombis, ningún objeto dura para siempre, y es ahí donde la invitación debe aceptarse. Si queremos seguir disfrutando de la locura en Willamete, tenemos que buscar armas y la manera más fácil de hacerlo es continuando la campaña. Para esto también tenemos los beneficios de los puntos de experiencia, que ganamos como si nada, para invertir en un árbol de habilidades.
Además, si lo anterior te parece poco atractivo, siempre puedes subirte a un auto último modelo o un vehículo de construcción para deshacerte de todos los caminantes en el camino. Los autos forman parte importante de la locura post-apocalíptica, no estás de adorno y las combinaciones también aplican en ellos para conseguir triciclos rebanadores de tripas o el siempre confiable transporte militar con metralletas y proyectiles.
Las habilidades nos ayudan a tener mayor duración en las armas y vehículos, causar más daño con ellos, conseguir restos al eliminar zombis o aumentar el medidor de salud. Todo Dead Rising 4 está diseñado para divertirnos en el mundo abierto. Claro, la historia pudo –y debió- ser mucho mejor, pero nada te hará sentir el espíritu de la Navidad en estas épocas como eliminar a un zombi con adornos navideños explosivos o una racha de miles de zombis en el árbol de Navidad del centro comercial.
Rule #32: Enjoy the little things
Todo lo relacionado con el gameplay forma parte de otro de los modos de juego que incluye Dead Rising 4. Al estilo de Gears of War, el título tiene un modo horda que nos recuerda las mecánicas contra reloj de otros juegos de la franquicia. En este caso podemos jugar con hasta tres jugadores más por medio de Xbox Live, con todo el arsenal que los comercios de Willamete pueden ofrecer.
Básicamente, nos encontramos con pequeños pedazos de lo que podría ser la historia de los sobrevivientes del centro comercial, con el atractivo de combinar ya no solo armas o vehículos, sino de apoyarnos en un amigo a la hora combatir contra los zombis. Además, antes de la partida veremos objetivos para ganar más puntos de experiencia y subir de nivel en el modo en línea.
¿La desventaja? A una semana de que el juego saliera a la venta, la comunidad ha disminuido de manera notable, lo que se traduce a tiempos de espera muy grandes y poca variedad de amigos. La recomendación es fácil, invita a tus contactos a jugar, pues poco a poco disminuirá más la cantidad de jugadores disponibles… por si te lo preguntabas, a diferencia de Dead Rising 3, en esta entrega la campaña no se puede jugar con un amigo.
Merry Christmas
Dead Rising 4 está lleno de altibajos, así como el mundo abierto es un increíble deleite de sangre y vísceras, la campaña repercute en la sensación final que tenemos sobre el juego. Por ejemplo, la incorporación de la cámara fotográfica para algunos momentos es absurda, no hay que buscar o usarla, solo apuntar a los lugares correctos. Dentro del modo libre tiene un uso más interesante, pero nada comparable a simplemente agregar un modo foto al estilo Forza Horizon.
Otros puntos a tener en cuenta sobre el juego es la cámara que nos sigue para mostrarnos las acciones, misma que en ocasiones se va al lugar equivocado y debemos de ajustar para poder visualizar lo que ocurre a nuestro alrededor. Algunos errores del juego también causan que enemigos queden flotando o en medio de las estructuras, fallos que nos harán perder alguna buena racha de golpes o muertes.
Por último, la cámara y la cantidad de objetos disponibles se combinan para que elijamos el objeto incorrecto del suelo, puede que no sea tan malo, hasta que pierdes tu exosqueleto por no haber podido seleccionar el arma correcta y terminas en un vehículo para niños. Salvo la cámara, el resto del juego puede seguir sin molestarnos, pero con el potencial de un Xbox One, es absurdo que haya tantos errores.
Pasando a aspectos técnicos, el juego parece atrasado un año (quizá un poco más) a lo que vemos en obras como Gears of War 4 o Forza Horizon 3, definitivamente no se la ha dado el mismo tratamiento en lo visual, que, aunque no es malo, no brilla como los juegos mencionados. Por otro lado, en lo que respecta al sonido, el título cuenta con una buena combinación de ruidos ambientales, efectos de zombis y un poco de música para acompañar. De igual manera el doblaje al “español mexicano” se hace notar por su buen trabajo.
Definitivamente Dead Rising 4 no es el juego del año, pero si uno de los más divertidos que he tenido la oportunidad de probar en estos 12 meses. Con aires de película serie B, el regreso de Frank West parece un gusto culposo, pero he pasado la última semana desvelándome en Willamete para probar mis nuevas armas y vehículos, buscando las mejores rachas de muertes y pasando una que otra misión.
Dead Rising 4 podrá no ser la primera opción en tu carta a Santa, pero si te llega, será uno de los juegos que más disfrutes. Al igual que Die Hard, Dead Rising 4 será un juego al que debes regresar después de poner tu arbolito en casa.