Desde su lanzamiento en 1989, para América, Dragon Quest se ha vuelto una de las franquicia más icónicas del género RPG. Su popularidad ha llevado a la serie a incursionar en otros géneros de la industria, sin perder los elementos característicos y la esencia que han acompañado a la franquicia de Square Enix.
Lo anterior aplica para entender la razón de ser de un juego como Dragon Quest Builders, obra de la que inmediatamente podemos pensar que se trata de una copia más de Minecraft. Sin embargo, la obra ilustrada por Akira Toriyama logra salir avante de las comparaciones y deja en claro que su legado puede disfrutarse de cualquier forma.
Construye por diversión
Empecemos por las diferencias. Dragon Quest Builders cuenta con una historia en la que tomamos el control de un legendario builder, mismo que podemos personalizar de manera tradicional en aspectos como el color de pelo, sexo o color de ojos. Nuestro héroe tiene la misión de reconstruir la tierra de Alefgard, un lugar destruido por el temido DragonLord y su pandilla de monstruos que han llenado de oscuridad todo a su paso.
Nosotros poseemos la habilidad de poder construir, romper y reconstruir todo lo que nos venga en gana. Al principio, la historia se puede volver un poco tediosa pues no encontramos con un tutorial en donde se nos explica cómo funciona la mecánica de construcción, la forma en que podemos conseguir armas y artefactos, así como la forma en podremos desarrollar las misiones tanto principales como secundarias.
Construyendo nuevas aventuras
Dragon Quest Builders no pierde la esencia del género RPG, ya que de la misma forma que podemos hacer muebles, casas y un sinfín de cosas dentro de Alefgard, también podemos crear armaduras, armas y escudos, los cuales nos ayudaran en la batalla contra el temible DragonLord. De igual manera, conforme vayamos subiendo de nivel podremos ir obteniendo y creando artefactos e ítems especiales que nos ayudaran dentro de nuestra aventura.
Al principio, puede parecer que el espacio por explorar es muy pequeño, pero conforme avanzamos en la traman del juego iremos descubriendo diferentes islas con enemigos y materiales únicos que nos ayudarán a crear mejores ítems para nuestro constructor. Al igual que los juegos originales de la serie, Builders requiere de una buena cantidad de tiempo invertido para sacar el mayor provecho a la historia y sistema de juego.
Golpe aquí, golpe allá y vayámonos de acá
El sistema de batalla y de obtención de recursos es simple, con solo unos cuantos golpes nos haremos del material o podremos derrotar a los diferentes enemigos de la saga. Claro, en algunas ocasiones debemos usar la imaginación superar a nuestros adversarios, ya sea colocando cargas de dinamita o algún artefacto que nos ayude en la batalla. Incluso en nuestros viajes nos toparemos con hordas de enemigos que querrán volver a destruir todas las construcciones realizadas, lo que termina por revitalizar un poco la monotonía de la aventura.
Continuando con los elementos clásicos, tenemos sobre nosotros dos barras importantes que debemos cuidar muy de cerca. La primera es la ya conocida barra de HP, la cual no podemos dejar que llegue a cero o caeremos muertos y perderemos algunos de los ítems en nuestro inventario. La segunda barra es la de alimentos, ésta disminuirá gradualmente y que en dado caso de que llegue a cero provocará una disminución en nuestra barra de vida, con las mismas consecuencias mencionadas anteriormente.
¡A salvar el mundo!
Otra de los aspectos que no podemos descuidar son las armas, escudos y nuestra armadura; cada que recibamos un golpe, en el caso de las armaduras y escudo, o que demos uno nosotros con algún arma, provocaremos un desgaste y después de un tiempo veremos como se destruyen nuestro armamento, lo que eventualmente podría llevarnos a la muerte. Con respecto a las mesas de creaciones no tienes que preocuparte, siempre llevamos una y tenemos la opción de crear mesas básicas y esparcirlas por todo Alefgard.
El mapeado del control también es muy sencillo y no tendrás que romperte la cabeza para comprenderlo. Con equis interactúas con el escenario y los personajes, triangulo es para atacar, con cuadrado podemos colocar los materiales y circulo provoca que nuestro constructor salte. El único inconveniente en este aspecto es la cámara, ya que a la hora de construir o recolectar materiales puede llegar a ser molesta.
A la vieja escuela
Dentro de su apartado técnico, Builders presenta gráficas que no parecen ser de última generación. Sin embargo, eso no provoca que nos enfrentemos a un mal juego, sino a una experiencia bastante diferente a lo que estamos acostumbrados últimamente. Los diseños evocan al arte clásica de la serie, mientras que se mantiene un trabajo digno de la serie y alejado de su «rival» inmediato.
En el apartado sonoro los personajes carecen de voces y esto es sustituido por largos diálogos entre los personajes, un guiño que los jugadores de hace más de 20 años seguro disfrutarán. Por su parte, el soundtrack es grandioso, muy acertado para cada una de las diferentes islas y momentos del juego. Al final tenemos una increíble mezcla de arte y visuales con tinte clásico y una banda sonora que no nos cansamos de escuchar.
Dragon Quest Builders es un juego que puede gustar tanto a los que son fans de la serie, como a los que no conocen nada de la misma. Un juego que a pesar de palidecer en algunos elementos menores, no podemos dejar pasar durante esta gran oleada de juegos de disparos y mundos abiertos.