El blackjack es un juego sencillo, ¿verdad? Eso, para mi desagrado, suele convertirlo en el juego de azar menos representado en los videojuegos.
Afortunadamente, Dungeons & Degenerate Gamblers, un nuevo roguelike que busca jueguificar el clásico juego de cartas, cambia las cosas de tal manera que sentirás que estás jugando al Blackjack y a algo totalmente distinto al mismo tiempo.
Y aunque sí, tiene sus problemas, el tiempo que pasé con este juego me ha llevado a concluir una muy buena noticia: creo que encontrarás muchos puntos convincentes a favor del blackjack como un juego en este nuevo e interesante roguelike.
Las Reglas del Juego
El blackjack es un juego sencillo: robar cartas y alcanzar el número más cercano a 21 sin sobrepasar el límite. Cuando se juega contra un casino, el repartidor para en un número determinado, normalmente el 17.
Dungeons & Degenerate Gamblers se basa en este juego básico de casino, pero lo convierte en una batalla entre jugadores: la mano ganadora inflige la diferencia de números como daño – el primer jugador que llegue a 0 puntos de vida pierde.
El objetivo principal del juego consiste en alcanzar el último piso de dos rutas diferentes: suena sencillo, ¿verdad? En concepto, lo es, pero luego adquiere complejidad y se vuelve más divertido.
Con el trasfondo de una aventura a través de una taberna, en la cual todos sus habitantes están jugando blackjack, y cuya superficie real parece extenderse a lugares recónditos o que sobrepasen las leyes de la metafísica, Dungeons & Degenerate Gamblers muestra su metafórica mano rápidamente, y te demuestra que este no es un juego cualquiera de blackjack.
Mazo Mezclado
El juego tutorializa tu experiencia entregándote una baraja de naipes de corazón para tu primer intento: para que el juego vaya más rápido, cada jugador empieza con una baraja de 13 cartas, con sólo cartas de un palo específico, desde el As hasta el Rey. Lograr el blackjack (21) en una mano te da una bonificación que depende del palo de la baraja: salud para los corazones, daño para los tréboles, fichas para los diamantes y blindaje para las picas.
Además de este primer beneficio implícito, ganar rondas te da la posibilidad de obtener cartas especiales con habilidades: con ellas puedes quemar otras cartas, descartar las jugadas, sumar o restar valores a tu mano; incluso puedes usar cartas que redondean tu número total sólo hasta que te termines de añadir naipes a tu mano. Estas habilidades, por supuesto, son solo algunas de las más básicas: describir cada una me tomaría demasiado tiempo, y es una de las grandes aventuras de este título.
Por ejemplo, ganar cada piso te da la oportunidad de obtener una carta especial del tarot: estas pueden cambiar el juego, ya que tienen habilidades que pueden cambiar las tornas de una carrera con la construcción correcta.
Durante cada partida, puedes activar ciertas habilidades a través de los puntos de ventaja, que se obtienen en función de una ficha especial elegida al principio de la partida: puedes acumularlos de forma pasiva, o incluso sufrir daño o perder dinero para obtenerlos, creando el camino para construcciones de mazo extremadamente interesantes.
En cuanto a la variedad de opciones de cartas, no dejé de encontrar nuevos naipes para añadir a mi colección, algunos con sutiles referencias y otros que aluden de forma descarada pero encantadora a juegos de cartas como Yu-Gi-Oh! o Magic: The Gathering.
Cuando al bucle de jugabilidad añadimos los minijuegos que segmentan cada «combate», a través de los cuales podemos añadir todavía más cartas, clonarlas o incluso jugar a máquinas tragamonedas y retos de coordinación ocular, solo me queda concluir que Dungeons & Degenerate Gamblers es un juego bastante divertido: está repleto de contenido, lo cual ha hecho que ningún intento se sienta igual. También es desafiante, y añade aún más dificultad a través de dos mazos extras especialmente únicos y niveles de dificultad que se desbloquean tras superar el nivel de dificultad anterior.
Lamentablemente, aquí es donde debería empezar a delinear mis quejas con el juego, ya que es un punto inevitable con el que todos los jugadores se toparán: la dificultad me ha parecido, y me perdonarás la ironía, difícil de abordar.
Dividiendo las Apuestas
Los intentos que tenemos en este roguelike a veces no se sienten difíciles, pero sí desafortunados. El blackjack es un juego que se basa principalmente en la suerte, así que Dungeons & Degenerate Gamblers no es la excepción a la regla. Esta situación hace que las partidas dependan mucho de las decisiones que se tomen al principio para asegurar la victoria: esta situación en particular provocó que haya pasado la mayor parte de mi tiempo en el primer estrato del juego, aunque las barajas que lograran superan el segundo jefe tenían casi garantizado llegar hasta el final.
A pesar de ello, puedo decir que Dungeons & Degenerate Gamblers tiene éxito: ¿por qué? Porque, incluso cuando me sentía tan frustrado que reiniciaba mi partida tras un mal primer encuentro, seguía reiniciando e intentándolo de nuevo.
Dicho esto, agradecería profundamente una mayor variedad en los enemigos, especialmente en la primera sección del juego, ya que es la única constante de cada partida: esto desaparece al llegar a la segunda zona, donde la variedad de barajas empieza a abrirse paso a través de la jugabilidad «normal» del blackjack y el juego establece un bucle de jugabilidad más fluido.
Todo o Nada
A diferencia de otros roguelikes que parecen juegos de azar pero solo lo aparentan, creo que Dungeons & Degenerate Gamblers es, al menos durante sus primeras secciones, un verdadero juego de azar. Y aunque pasé por algunos momentos frustrantes al intentar superar la curva de aprendizaje, me encuentro volviendo a este juego una y otra vez.
Una de las fortalezas más grandes de títulos así es que pueden obtener actualizaciones velozmente, revitalizando o reinventando un juego que solo necesitaba una pequeña chispa para causar el metafórico incendio de éxito que merece. Actualmente, el desarrollador ha reforzado que estará arreglando algunos errores de programación (de los cuales no encontré nada que destruyera mi experiencia) y generará más oportunidades en el juego temprano para obtener cartas contundentes para el armado de mazos interesantes desde los primeros momentos posibles.
Porque, aunque Dungeons & Degenerate Gamblers tiene sus problemas, superar la curva de aprendizaje de este título me llevó a descubrir un nuevo roguelike que invadirá mis noches con sesiones de juego espontáneas: si tuviera cinco centavos por cada roguelike basado en un juego de azar lanzado en 2024 tendría diez centavos, lo cual no es mucho, pero es raro (y apreciado) que haya pasado dos veces.
El juego te invita a iniciar un viaje a través de una taberna, como si de una campaña de Calabozos y Dragones se tratase: la aventura podrá seguir siendo la misma, pero yo no voy a parar hasta dominar todos los campos de este juego. Con un interesante giro sobre un clásico juego de azar, Dungeons & Degenerate Gamblers será capaz de capturar tus días y tus noches a pesar de algunos contratiempos en su jugabilidad.
Pros:
+Divertida variedad de sistemas
+Adictivo bucle de jugabilidad roguelike
+Interesante giro en un juego “tradicional”
Contras:
-Curva de aprendizaje pronunciada
-Alta dependencia en el azar