Con la creciente popularidad de las adaptaciones cinematográficas en las que vemos a muy variados equipos de héroes y no tan héroes, llega la nueva obra audiovisual de James Gunn, aclamado director que dio vida a los Guardianes de la Galaxia hace unos ayeres. Con el difícil reto de poner al Escuadrón Suicida en el peldaño que se merecen, y arrastrando una terrible película encabezada por David Ayer, ¿podrá hacernos olvidar el mal sabor de boca y destacar con luz propia? Te adelanto que sí.
Por Víctor Sánchez
El Escuadrón Suicida (The Sucide Squad), primero que nada, no es una secuela ni tampoco un reinicio como se manejó con anterioridad; la película logra establecerse en sí misma como un proyecto independiente que no busca ligar historias ni conectar con hechos del pasado, para únicamente centrarse en su propio desarrollo, que a la larga se siente como una misión nueva para este grupo de anti-héroes reunidos gracias a la mente maestra de Amanda Waller, quien sigue dando pie a un montón de nuevas y extravagantes aventuras en compañía de estos deschavetados personajes.
Desde su concepción, James Gunn logra alejarse de la primera cinta de David Ayer, que fuera fuertemente criticada por la prensa y fanáticos, y que hasta el momento sigue enfrascada en un eterno debate sobre las posibilidades creativas que a veces se tienen en producción pero que no agradan del todo al presentarse ante los corporativos que financian el proyecto, como esa ocasión pasó con Warner Bros. Pictures. Para nuestra fortuna, El Escuadrón Suicida goza de muchas más libertades que su “antecesora” y desde los primeros segundos – literalmente – serás partícipe de un carnaval sublime de extravagancia, acción, diversión y todo el gore que solo una cinta como esta podría traer a la gran pantalla.
Nuevamente, Gunn demuestra el dominio y amor que tiene por los personajes traídos desde las historietas, tratándolos con el respeto que se merecen, y dando cátedra de cómo dejar satisfechos a los fanáticos, que ansiosos han buscado una adaptación que nos ofrezca ese tono oscuro característico de DC Comics, sin rayar en lo exagerado, como por ejemplo en cierta cinta que estrenó hace poco en HBO Max. La personalidad del director queda tan marcada, que, a pesar de sentirse claramente familiar, también se despega de anteriores proyectos del mismo, con una puesta en escena fresca que no deja de sorprender en ningún momento.
A pesar de que su guion es muy sencillo y únicamente aporta los hilos necesarios para ir forjando una historia que para nada resulta innovadora, logra conectar de buena manera con el espectador, al traernos una muy buena interpretación de los personajes a quienes vemos en pantalla, encabezados, obviamente, por Margot Robbie, quien junto a Rick Flag, Capitán Bumerang, y Amanda Waller, son los único que repiten del Escuadrón Suicida. No obstante, los añadidos como King Shark, Bloodsport, Peacemaker, Polka Dot y Ratcatcher 2 terminan por formar esos pilares necesarios para sostener un proyecto masivo como The Suicide Squad.
Una de las cosas que más disfruté al ver la película fue Viola Davis, actriz que se puso el traje de Amanda Waller y que le aporta matices sorprendentes a la película que te dejarán frío en cada una de sus participaciones; a base de temple, Davis añade un montón de tensión a sus escenas, donde queda en claro su enorme filmografía, modificando su personalidad de acuerdo al momento que pasa frente a nuestros ojos.
Por otro lado, los villanos restantes, como Starro: El Conquistador, El coronel interpretado por Joaquín Cosío y Gaius Grieves “Thinker”, a quien Peter Capaldi le da vida en la película realizan cada uno su papel satisfactoriamente, podría considerarlos como los puntos más débiles, sin demeritar la labor al incluirles. Mi problema con ellos es que en ocasiones sus diálogos resultan un tanto monótonos y cliché, aunque eso sí, la amenaza que representan pondrá en aprietos a nuestros protagonistas en varias ocasiones.
La mayor fortaleza de El Escuadrón Suicida, es que es un largometraje redondo que cierra círculos de manera casi poética y que nos deja grandes lecciones de vida, por difícil que eso parezca. La visión y cariño con la que fue concebida, además de destacar dentro del género, también se atreve a dar un paso hacia adelante sugiriendo momentos más pasivos en los que juegan con la moralidad que implica el llamado “bien mayor”, el propósito que podemos tener en la vida, y hasta los dilemas colectivos que se deben atropellar en búsqueda de la paz. Todo ello en poco más de dos horas que se te irán volando, pero que seguramente amarás y recordarás por un gran rato.
En conclusión, El Escuadrón Suicida es una de las cintas más redondas que existen actualmente en el llamado “cine de súper héroes”, con una dirección impecable cortesía de James Gunn; momentos divertidos, reflexivos y gore que salpican – literalmente – la gran pantalla de genialidad, creatividad y una rienda que no podía haber estado más suelta, para dar paso a la mejor película que Gunn ha creado y poniendo la vara muy en alto para lo que vendrá en su carrera.