En un año donde hemos recibido notables títulos destinados en exclusiva al incomprendido pero increíble Wii U (Splatoon, Super Mario Maker y próximamente Xenoblade Chronicles X, por mencionar algunos), la Gran N aún se guardaba una carta la cual emocionaba a los amantes del terror y, sobre todo, a aquellos que tuvieron pesadillas al visitar la Mansión Himuro, o que se lamentaron por seguir enigmáticas mariposas carmesí. Hablamos de Fatal Frame: Maiden of Black Water.

 
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Después de ocho años de ausencia en América y Europa, finalmente la saga de culto está de vuelta con su más reciente capítulo para hacernos vivir el horror que nos ha acostumbrado desde su nacimiento en PlayStation 2. Maiden of Black Water llega cargado de novedades argumentales, técnicas y jugables con el propósito de cautivar a una nueva generación y a los más fieles seguidores de la marca.

 

Es momento de que te llenes de valor, desempolves tu Wii U y tomes el Gamepad… O mejor dicho, tu Cámara Oscura y te enfrentes cara a cara con el miedo.

 

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La muerte espera en la Montaña Hikami

Fatal Frame: Maiden of Black Water nos sitúa en un mundo donde decenas de personas parecen ser atraídas a la Montaña Hikami, un sitio alejado de la población, poblado de árboles, árboles y por una mansión abandonada cuyos alrededores utilizan para terminar con sus propias vidas. En éste punto conocemos a Miu Hinasaki, la primera protagonista del título, quien aparece en la anteriormente mencionada mansión, haciendo más adelante contacto con tétricas entidades sobrenaturales que dejan a la imaginación el destino de la chica.

 

Superado el prólogo, se introducen al resto del elenco protagonista: Yuuri Kozukata, chica atormentada por sus propios demonios debido a su turbulento pasado relacionado con el suicidio; Hisoka Kurosawa, enigmática mujer con la habilidad de percibir las fuerzas del más allá y quien buscará enseñarle dicho poder a Yuuri; Y finalmente, Ren Hojo, quien está relacionado con algunos acontecimientos extraños ocurridos en la Montaña Hikami, los cuales presenció cuando era niño y que desea recordar.

 

El clímax ocurre cuando una amiga de Miu, preocupada por el paradero de ésta última, le pide a Hisoka utilizar sus destrezas para encontrarla. Ella acepta y su investigación la conduce hasta la decadente mansión de la Montaña Hikami. Desgraciadamente, no regresa. Yuuri entonces, armada únicamente con su Cámara Oscura, saldrá en busca de su maestra. Naturalmente Ren terminará en el mismo sitio. Iniciando así ambos, un descenso al mismo infierno, topándose con entes malignos, locaciones grotescas y un secreto perturbador que podría condenar sus almas para siempre.

 

Uno de los elementos por los cuales Fatal Frame se convirtió en una serie tan aclamada por los usuarios que tuvieron la oportunidad de adentrarse en él, fue sin duda su historia, siempre cargadas de misterio y de un contexto tan cautivador como terrorífico, en gran medida por siempre haber conservado un tono duro, lleno de brutalidad y a veces hasta sanguinario. Y en Maiden of Black Water no es la excepción.

 

Es muy probable que ésta nueva entrega de Zero posea la mejor historia que hayamos visto hasta ahora en la saga, puesto conseguido principalmente por la mayor presencia de largos cutscenes, permitiendo una mayor fluidez a la hora de contar los hechos, a su vez que ésta se desarrolla a través de segmentos episódicos protagonizados ya sea por Yuuri, Miu o Ren. Novedad en la franquicia si tenemos en cuenta que hasta ahora sólo podíamos controlar a un personaje y siempre femeninos, siendo Ren el primer personaje varón que toma un rol no sólo protagonista, sino también jugable.

 

El guion se desarrolla a un ritmo trepidante, diseñado para, en un principio, interesarnos ante los acontecimientos, posteriormente mantenernos al borde de nuestro asiento y, finalmente, presentarnos un giro que nos hará querer continuar inmediatamente con la historia. Al igual como en entregas anteriores, dependiendo de ciertas acciones que tomemos a lo largo de nuestra travesía, desbloquearemos uno de los dos finales que cuenta la obra: Uno bueno y otro malo. A pesar de que se extraña un número más alto de conclusiones alternativas (En Fatal Frame II: Crimson Butterfly hay hasta seis finales disponibles), éstos funcionan muy bien, siendo el par muy satisfactorio a pesar de la marcada diferencia entre ellos.

 

Desgraciadamente no puedo mencionar muchos más detalles acerca de la aventura que nos espera en Fatal Frame: Maiden of Black Water, pero indudablemente ésta ha sido una de las propuestas más originales y arriesgadas del año. Es una pena que, debido a lo denso y crudo de su argumento, ésta no sea para todos, pero si alucinaste en su momento con la trilogía original de la saga o anhelas un título que te inquiete con lo sombrío de los temas que maneja, la obra de Koei Tecmo es para ti. Gran cantidad de detalles, un universo elaborado y complejo, personajes dignos de un profundo análisis y, desde luego, una considerable cantidad de sustos, hacen del guion de Makoto Shibata, Tohru Osawa, y Toshiharu Izuno, un triunfo total.

 

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Agua negra

Técnicamente el programa, lejos de presentar un despliegue asombroso, en Nintendo y Koei Tecmo han hecho un trabajo más que destacado con tal de exprimir el hardware que ofrece el Wii U. Evidentemente el título se ejecuta a una calidad visual menor a lo visto en otras propuestas del género en la presente generación, un caso de ello sería The Evil Within, el cual se ve fantástico en PlayStation 4 y hasta en PS3.

 

A pesar de ello, Fatal Frame: Maiden of Black Water logra presentarnos personajes proporcionados, elegantes y agradables a los ojos. Cada uno contando con el suficiente número de detalles en sus vestimentas que capturan la atención del espectador. El motor gráfico, mismo utilizado por la propia Koei Tecmo en la serie Dead or Alive, ayuda a conseguir rostros con increíbles y bien definidos rasgos faciales. Por otro lado, los gestos de los protagonistas, transmiten temor, miedo y en otros casos, ternura.

 

De igual forma, durante la aventura nos encontramos con ambientes cerrados, descuidados y cargado de objetos y de una dirección artística bárbara que nos transmite, más que a un sitio abandonado e incluso encantado, a otra dimensión en donde reina la oscuridad.

 

Aunque el estudio imprime un correcto trabajo en los escenarios del juego, éstos se quedan muy desfasados en comparación con los logros conseguidos en los personajes jugables del programa. Mientras que, tal como mencionaba en párrafos anteriores, Yuuri y compañía lucen un atractivo diseño donde la ropa, piel y rostro lucen fantásticos, ciertas locaciones presentan objetos de baja resolución en sitios desafortunados que terminan por impedir una inmersión más profunda al jugador dentro del universo del juego. Éstos problemas, no graves pero sí muy notorios, terminan por pasar factura a un aspecto visual que, de haber tenido un poco más de tiempo de desarrollo, habría entregado resultados aún más sorprendentes.

 

Por otro lado, fieles a la esencia de la serie, el apartado musical y sonoro, sin ser magistral o trascendente, hace un trabajo pulcro en transmitirnos las distintas emocionas que supone debemos experimentar en Maiden of Black Water. En la mayor parte de cutscenes, éstas se llevan a cabo sin la presencia de alguna composición musical, siendo principalmente el ambiente y viento los principales elementos que acompañan al suspenso de la historia.

 

En definitiva, el propio silencio termina siendo uno de los puntos fundamentales a la hora de crear un ambiente de tensión a la hora de que nuestros protagonistas estén enfrentándose a lo desconocido, lo cual es un aspecto que siempre ha sabido hacer la serie Fatal Frame mejor que cualquier otra. Jugar el título de Nintendo a altas horas de la noche y disfrutar de su pesada atmósfera roba el aliento y te mantiene alerta a cualquier sonido que provenga al otro lado de una puerta o en el siguiente pasillo. El temor alcanza niveles sobresalientes y envidiables para otros juegos del género.

 

Mención especial tiene el tema de cierra de la obra, el cual corre a cargo de AnJu y que responde al nombre de “Higanbana”. Un tema muy contrastante con respecto a lo que habremos presenciado tras culminar el título, pero que cuenta con las cualidades suficientes para ser aprobado por todos los que terminen el título por lo dulce de su letra y dinámico de su música. Debo confesar que se extrañó la voz de Tsukiko Amano interpretando el tema principal del nuevo Fatal Frame pero el experimento no le ha salido nada mal a Nintendo.

 

De igual forma, el juego nos permite poder escucharlo ya sea con voces en japonés o inglés. No es raro decir que la versión original es claramente superior al doblaje occidental, pero lo cierto es que la dedicación puesta para ésta ocasión en Maiden of Black Water me ha dejado muy buenas sensaciones, gracias a interpretaciones apasionantes y acordes a la personalidad de nuestros protagonistas. No importa cuál elijas, es imposible que no disfrutes de la obra. Los textos en pantalla vienen en inglés, y los subtítulos igualmente en éste último además de francés y alemán. Una lástima que Nintendo no haya sumado nuestro idioma al título, ya que los abundantes detalles argumentales podría confundir o hacer que se pierdan algunos puntos importantes del guion por no dominar la lengua inglesa.

 

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Sacerdotisa

Con tantos aspectos positivos, Fatal Frame: Maiden of Black Water parecía estar destinado a ser una de las obras más completas y excepcionales del año, pero que desgraciadamente falla en donde no debía: Su jugabilidad.

 

A pesar de que desde sus inicios, al saga nos hacía controlar personajes pesados, con poca movilidad y en donde nuestra destreza con la Cámara Oscura y el saber cuándo correr o permanecer de pie, en Maiden of Black Water se olvidaron de éstos conceptos al introducir un esquema de control muy difícil de controlar y más complicado aún de dominar protagonizado por el Gamepad, el cual deberemos utilizar como si se tratara de la peculiar cámara para cazar espectros.

 

Otro punto que se siente desaprovechado es la presencia de tres personajes distintos, elemento que se suponía abriría una alta gama de posibilidades sobre cómo podríamos navegar a través del mundo o incluso cómo enfrentar a los seres fantasmales, pero el estudio no ha querido innovar un poco más la fórmula y nos encontramos con que Yuuri, Miu y Ren se controlan de forma idéntica. Se agradece la incursión de aspectos como el poder finalmente correr por los limitados pasillos que propone el título, pero ello conlleva otro problema: El propio control de la cámara a la hora de jugar en tercera persona, además de que es imposible moverse con fluidez mientras apuntas con la cámara a un ente, lo cual nos llevará a morir en más de una ocasión si nos vemos involucrados en un enfrentamiento intenso.

 

Es una lástima que en Nintendo y Koei Tecmo no hayan sabido como trasladar las bondades del Gamepad de forma satisfactoria a una franquicia como Fatal Frame, ya que las ideas se notan y se antojan muy atractivas pero que no terminaron por cuajar correctamente. Ojalá en alguna futura pueda ajustarse éste aspecto, ya que de ésta manera la experiencia sería mucho más disfrutable. De lo contrario, terminarás por querer lanzar el control hacia la pared. En mi caso, me tomó unas 15 horas terminar la campaña, y en las casi 2 decenas de horas invertidas, no pude dominar completamente la jugabilidad. Me acostumbré y adapté a varios aspectos de la obra, y pude gozar de forma aceptable Maiden of Black Water, pero dudo que todos estén dispuestos a cruzar por tan prolongada línea de aprendizaje.

 

Fuera de ello, encontramos pocas novedades en lo relacionado a la forma de interactuar con el mundo. En más de un momento estaremos navegando en amplios escenarios donde tendremos a nuestra disposición una gran variedad de lugares para visitar, permitiéndonos descubrir zonas secretas y objetos extraños que nos ayudarán durante nuestra partida. Al ingresar a cuartos, el espacio se reduce y aquí será donde se lleva a cabo la acción.

 

A lo largo de los distintos escenarios tendremos que ir muy atentos pues ya sea dentro de muebles o bien escondidos en el sueño, podremos hallar pociones, rollos de cámara, textos para expandir la historia, zonas de guardado y piedras sagradas para mejorar nuestras habilidades que nos permitirá ejercer un daño más potente a los fantasmas o descubrir sitios de interés regularmente ocultos por energías sobrenaturales.

 

La inteligencia artificial, dependiendo si decidimos adentrarnos en dificultad normal o difícil, actúa satisfactoriamente. Los fantasmas son lentos generalmente, aunque algunos manifestarán un comportamiento más agresivo y veloz, invitándonos a actuar con precisión para reducir lo más posible la energía de los seres con ayuda de la Cámara Oscura. Nuestro desempeño será juzgado al finalizar cada capítulo que divide la obra, otorgándonos un rango al final que se guardará y se cargará de forma automática a una tabla de clasificación online que nos invitará a competir con jugadores de todo el mundo para ver quién obtiene la mayor cantidad de puntos en cada capítulo.

 

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Para terminar, podemos decir que Fatal Frame: Maiden of Black Water es una experiencia única en un género en el que cada vez recibe menos propuestas, por lo que el lanzamiento por parte de Nintendo del nuevo episodio de una franquicia como ésta debe ser motivo de regocijo.

 

La pesadilla que vivirán Yuuri, Miu y Ren es un viaje que no defraudará a los aficionados de la franquicia y a los más exigentes amantes del terror. Maiden of Black Water es un título, a pesar de sus fallas jugables, muy recomendable para todo poseedor de un Wii U gracias a sus acertadas bondades técnicas, alta rejugabilidad y una historia enfermiza, brutal y muy satisfactoria.

 

Esperamos mucho tiempo para ver un nuevo Fatal Frame en éste lado del mundo, no temas y adéntrate en uno de los universos más oscuros que podrás encontrar en consolas hoy en día.

 

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