Nueve años han pasado desde el lanzamiento de una de las series más espectaculares de la pasada generación, que no solo terminaría por definir estándares dentro de su género, sino que consolidaría al Xbox 360 en el gusto de la gente a la que no le interesaba la plataforma. De la mano de Epic Games el primer Gears of War atrajo las miradas por su increíble estilo visual, su inmesurada violencia y, particularmente en nuestro país, por su increíble trabajo en el doblaje. Nueve años han pasado y aunque podemos decir que el juego original ha envejecido de gran manera, ahora tenemos la oportunidad de jugar la versión definitiva de la obra concebida por Cliff Bleszinski, Rod Fergusson y el equipo de Epic Games: Gears of War: Ultimate Edition.
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14 años después del Día E
La historia de Gears podría manejarse como un mero pretexto para adentrarnos a un mundo en donde las sierras y la sangre son el pan de cada día. Sin embargo, los jugadores que han acompañado al Equipo Delta saben que Gears of War es más que un baño de sangre. Para empezar no estamos en la tierra, nos encontramos en un planeta llamado Sera que ha vivido una lucha interminable por el combustible conocido como Inmulsion; la pelea entre la raza humana ha sido la ocasión perfecta para que los habitantes del planeta surjan de la tierra y comiencen una verdadera guerra, lejana a cualquier conflicto humano y con consecuencias extremas para los habitantes de Sera.
El inicio del juego se da 14 años después del «Día de la Emergencia», y tomamos el control del sargento Marcus Fenix, quien por razones que desconocemos ha estado en prisión los últimos cuatro años hasta que es recatado por Dominic Santiago. Evidentemente este par de personajes serán los principales en toda nuestra campaña, la cual resulta increíblemente satisfactoria, pues como lo mencionaba arriba Gears es más que balazos y muertos, hay historias que motivan a cada personaje a enfrentar su día a día, incluso la interacción entre Marcus y Dom, y posteriormente su relación con Bird y Cole, hacen del juego algo muy divertido y con lo que es fácil conectarse.
Por otro lado tenemos una buena cantidad de misteriosos sin respuestas en el juego: Las Guerras del Péndulo, el Día de la Emergencia, la traición de Fenix y los misterios con su padre; todo envuelto, ahora sí, en un juego donde apuntar, disparar, serruchar, correr, esconderse y maldecir, lo hacemos de manera tan natural como descansar o comer. Definitivamente la historia de Gears no tiene la trama de un Metal Gear pero si tiene elementos suficientes como para pasarla de principio a fin de una sola sentada, incluso si eres nostálgico puedes hacerlo a pantalla dividida con un amigo, la experiencia cooperativa de Gears of War es uno de sus más grandes logros.
Cabe destacar que para la Ultimate Edition toda la campaña de Gears of War se mantiene intacta, salvo las cinemáticas que han sido mejoradas para Xbox One y que incluso muestran pequeñas escenas nuevas y algunos cambios, nada drásticos, pero que terminan siendo un excelente fan service. Eso sí, a la campaña se le agregaron 5 capítulos incluidos en el episodio 5, estos fueron extraídos de la versión de PC y tienen como mayor atractivo el enfrentamiento contra un Brumak. Lo anterior tiene dos puntos muy importantes, el primero es que dichos capítulos son los más difíciles de todo el juego con una diferencia notable en relación al resto, por otro lado también son los que más bugs presentan en la campaña, pero de eso hablaremos más abajo.
¡Come mierda y muere!
El gameplay de Gears of War: Ultimate Edition es trasladado casi por completo a esta nueva entrega y los cambios son tan sutiles como una mira en las armas más estable o un sistema de coberturas mejorado y parecido a Gears of War 3. El resto de factores que influyen en el juego se sigue manteniendo en su versión de Xbox One: personajes pesados y lentos, una variedad de armas interesante para diversas situaciones con las clásicas: escopetas, rifles de asalta y francotirador, y, por supuesto, una buena cantidad de enemigos que harán del juego un reto divertido pero no frustrante, eso sí, estos últimos son un poco torpes en las dificultades más sencillas.
Si nunca has jugado a Gears of War te toparas con algo muy diferente a un Halo o Call of Duty; sí, hay balas y sí, hay soldados, pero no se juega de la misma forma. La base de todo Gears está en su sistema de coberturas, casi cualquier barrera que pueda cubrirte agachado será útil a lo largo del juego y dependerás de ellas en momentos donde la cantidad de enemigos sea abrumadora. Otro punto a destacar es la mira sobre el hombro, hace 9 años era un concepto novedoso ahora es una constante y es gracias al primer Gears of War. La mira te ayudará a visualizar mejor al enemigo y su localización, además de hacer más atractivo el título en el apartado visual.
La campaña de Ultimate Edition deberá alcanzar a cubrir 10 horas en su máxima dificultad, por lo que el resto del tiempo lo tienes que pasar en el multijugador. La variante en línea desarrollada por Epic sigue siendo tan fresca como la primera vez, y los cambios realizados por The Coalition terminan por entregar una mejorada experiencia que definitivamente hacía falta en Xbox One.
En total tenemos 7 modos distintos de juego con 19 mapas para enfrentarnos a nuestros amigos por medio de Xbox Live. Gears 1 no fue mi entrada a los juegos en línea, eso fue hasta la segunda entrega, por lo que no podría profundizar en los cambios dentro de los servidores o partidas. Sin embargo, la experiencia que tuve con el juego me dejo en claro el potencial de la franquicia y una tranquilidad sobre los nuevos encargados de ella; no he encontrado lag en las sesiones de juego, los servidores funcionan sin problemas, no es difícil encontrar partidas y la división de jugadores (social, competitivo y privado) hacen más sencilla la elección de los compañeros y la forma de juego.
A diferencia de Halo, Gears of War no busca que sus modos en línea sean individualistas y competitivos, sino que más bien tenemos una marcada orientación al cooperativo y al trabajo en equipo. Nada de marchar solo a la «Rambo», es mejor acompañarnos de nuestros compañeros y buscar derribar al enemigo entre todos. Es más, las nuevas implementaciones como Duelo a Muerte por Equipos o Rey de la Colina, van completamente orilladas a que pasemos tiempo en equipo.
Un punto que me parece desaprovechado por The Coalition es la falta de modos presentados en las secuelas de Gears of War, básicamente el Modo Horda. Desde Gears 2 los jugadores hemos tenido más contenido en el apartado online y el debut en Xbox One nos deja con menos, entiendo que es una reedición de la primera entrega, pero sí ya se arriesgaron con nuevos agregados por qué no incluir, por lo menos, las hordas. Lamentablemente tenemos más elementos para personalizar armas que otro tipo de contenidos.
¡¿Es todo lo que tienes?!
Definitivamente el punto más destacable de Gears of War: Ultimate Edition es su apartado técnico que como referencia esta al mismo nivel de lo visto en Halo 2 el año pasado dentro de la Master Chief Collection. Visualmente el juego luce increíble, texturas, personajes, escenarios, luces, sombras, partículas y la nueva paleta de colores hacen más vistosos cada uno de los rincones que tenemos a nuestro alrededor. Lo anterior le quita notablemente el tono oscuro del primer juego, que como muchos recordarán era más parecido a un survival horror que a un juego de disparos. Sin embargo, tiene más puntos a favor el hecho de ver escenarios más detallados y que lucen al nivel que se le puede pedir a Xbox One.
En cuanto a la fluidez no hay nada que objetar, el juego correo a 30FPS en la campaña y a 60FPS en los modos en línea, y en ninguno de los dos hay caídas u otros desperfectos que afecten el juego. Un punto que no me gustó es que al jugar la campaña en cooperativo la pantalla se recorta y hay bordes negros a los lados, seguramente es para que no haya ninguno de los problemas mencionados, pero se siente horrible jugar así un título de esta envergadura.
El apartado sonoro brilla por si solo dentro de todo el juego; en primer lugar el soundtrack sigue siendo tan emocionante como hace nueve años, las escenas de acción se aderezan por completo con las melodías del juego en los momentos de batalla y tensión. Y por supuesto, el doblaje para nuestro país es igual de increíble que la primera vez que lo escuchamos, definitivamente no apto para menores; por suerte no le cambiaron nada y eso hace que nos emocionemos más para la cuarta entrega.
Lamentablemente la reedición de Gears of War para Xbox One no es perfecta y tiene algunos detalles que parecen no ser muy importantes, pero que pueden llegar a ser frustrantes en algunas secuencias. En primer lugar la sierra no funciona de la misma manera que en el primer juego, hay momentos donde no la puedes usar porque no se acciona correctamente. Siguiendo con la sierra la animación de eliminar desgraciados con ella es pésima y nunca le «atinas» al enemigo. Además de lo anterior el juego tiene una buena cantidad de errores: enemigos que aparecen de la nada u otros que se quedan atorados y escondidos y evitan que la acción continué, errores en momentos críticos como morir casi de inmediato que revives a un compañero lo que ocasiona el final de la partida.
Ahora, imaginen todo lo anterior en niveles que son nuevos como los capítulos de la versión de PC; la nueva parte de la campaña parece haber sido trabajada por un estudio diferente ya que abundan los bugs, al grado de morir o pasar más rato del calculado en una escena por enemigos que nunca aparecen y cuando lo hacen nos serruchan por la espalda. Matar desgraciados debería ser fácil con la sierra pero si esta no se activa correctamente pasaras un rato desagradable, y así sucesivamente. Disfrute enormemente todo el juego pero los errores en esas secuencias me hicieron odiar un poco el título. Incluso, por lo menos mi versión, no inicia de manera correcta y debo ejecutarla desde la tienda de Xbox Live.
Al final del día, Gears of War: Ultimate Edition es un buen primer vistazo a todo lo que nos ha ofrecido la serie en Xbox 360 ahora en Xbox One. Los más veteranos podrán regresar a jugar en los mapas y con los personajes que los hicieron quedarse en Xbox, mientras que los nuevos jugadores podrán adentrarse a una serie que difícilmente un gamer actual podría rechazar. En cuanto al contenido, hubiésemos preferido una colección con los tres juegos principales, pero no por eso Ultimate Edition es un mal juego, al contrario, el título mejora en casi todos los sentidos lo visto hace 9 años y a pesar de sus detalles es la mejor opción para quienes extrañan la franquicia de Epic Games. Gears of War nos hacía falta en Xbox One y por fin lo tenemos en casa.