Es probable que nos encontremos ante el momento más importante de Marvel en su historia. Las películas inspiradas en los personajes de la “casa de las ideas” se han convertido en estandartes de una nueva generación de cinéfilos, lectores de cómics y, por supuesto, videojuegadores. La cuarta entrega de Marvel vs Capcom se volvió entonces en un evento que nadie debería perderse… aunque la primera impresión no fuera del todo buena.
Infinity Gauntlet
Capcom aprovecha la popularidad del Marvel Cinematic Universe para mostrar una nueva línea de personajes, historias y movimientos en el crossover más importante y constante de los juegos de peleas. Básicamente nos encontramos ante una mezcla de Age of Ultron e Infinity Gauntlet (historias de Marvel cómics) y Street Fighter V. Si bien las ideas más visuales son tomadas de la pantalla grande, el origen de la trama y el gameplay tienen más que ver con los cómics y los videojuegos que con otro medio.
Cuando nosotros llegamos a Infinite nos encontramos 80 días después de la convergencia de los universos de Marvel y Capcom. Dos de los villanos más temibles de ambos lados se unieron para acabar con la vida orgánica y dejar sobre la tierra únicamente hombres de metal. Si bien la narrativa no es el mayor logro de esta entrega, sí aporta un punto importante que no habíamos visto antes en la serie: hay un pretexto más allá de solo ponerse a pelear entre todos.
Conforme avanzamos en la trama encontramos más detalles sobre el Sigma Virus, las Gemas del Infinito, la destrucción del mundo y los guiños relacionados con la serie. Por ejemplo, la clásica autopista del primer nivel de Mega Man X está unida con Asgard, el mundo del Dios del Trueno o una de nuestras favoritas: Umbrella de Resident Evil trabajando con A.I.M. de M.O.D.O.K. para combinar el T-Virus con el simbiote de Venom. Extrañamente Marvel no apoyó esta entrega con algún cómic especial… lo que nos deja con ganas de conocer más sobre este mundo.
Sabemos que la historia no es el principal elemento a seguir en este tipo de juegos, pero ayuda mucho que podamos encontrarnos con algo más que “un simple juego de peleas”. Lamentablemente la campaña también muestra algunas deficiencias relacionadas con los diseños de los personajes, los escenarios poco imaginativos y un guión que parece de caricatura de Canal 5.
Shoryuken!
El gameplay definitivamente es un punto muy independiente al apartado técnico de la obra. En un inicio deberás desactivar todas las ayudas disponibles para poder encontrarte ante movimientos más interesantes de ejecutar que simplemente presionar X o Cuadrado hasta que el dedo se te caiga. Obviamente depende del tipo de jugador que llegue a Marvel vs Capcom; que bien podría no estar interesado más que en jugar con los personajes que vio en Avengers o en Guardians of the Galaxy. ¿Su culpa? No, definitivamente la industria sigue creciendo… aunque eso nos cause algunos problemas de identidad.
Una vez que entendemos los movimientos básicos podemos empezar a diferenciar Infinite de las entregas anteriores. El primer y más evidente cambio es la velocidad. MvsC: Infinite es más pesado a la hora de realizar movimientos. Si bien hay acciones como el permanecer por encima del escenario por medio de saltos y ataques especiales, el ritmo es menos dinámico e improvisado. Lo anterior tiene que ver con la posibilidad de elegir solamente a dos personajes, a diferencia de los tres del juego pasado, por lo que los cambios rápidos y los combos triples ya no existen.
Al final del día Marvel vs Capcom: Infinite cumple con lo que promete, pero queda muy lejos de lo que sus antecesores aportaron a la industria.
El cambio de velocidad afecta, hasta cierto punto, la forma en que cambiamos de personaje o ejecutamos acciones. Definitivamente hay que acostumbrarse al nuevo sistema y eso cuesta un poco de trabajo cuando venimos de jugar tres entregas que son populares por sus movimientos veloces y combos que parecían salir de la nada. Y es por ello que se incluyeron las Gemas del Infinito.
Alma, Poder, Tiempo, Realidad, Mente y Espacio. Las Gemas del Infinito sirven para que los dos personajes que seleccionemos tengan un poco de ayuda a lo largo del combate. ¿Cómo funciona eso? La verdad es que de forma un tanto extraña, pero conveniente cuando llegamos a un punto de equilibrio entre personajes y habilidades. Cada gema tiene dos formas de ayudar en combate; la de Gema del Alma puede robar vida al enemigo o hacer que nuestro compañero reviva de la muerte o la Gema del Tiempo que -literalmente- pone el “tiempo” a nuestro favor al volvernos más rápidos o reducir de velocidad a los enemigos.
Las gemas y movimientos especiales terminan jugando un papel más importante que la ayuda del asistente, el uso de cada elemento dentro del juego es fundamental para el desarrollo de movimientos más poderosos o de un mayor reto a la hora de pasar al competitivo. Definitivamente no llegamos a la perfección de un Marvel vs. Capcom 2, pero si podemos encontrarnos ante un título con suficientes elementos para que los jugadores competitivos encuentren una oportunidad y, más importante aún, un juego accesible para todos aquellos que llegan por cómics, películas o caricaturas.
El último punto a contemplar son los personajes y aunque la lista final se siente un tanto limitada, hay una variedad importante de opciones. Ryu y Spidey para que puedas enfrentar de forma balanceada a cualquier rival; Dante y Ultron para combates más rápidos y una estrategia más apegada a los combos sin entrar al apartado de las gemas; Rocket y Arthur para molestar a tu amigo; y Hulk y Thanos para que prácticamente ganes sin mucho esfuerzo.
Para mi sorpresa los ninjas del juego (Strider y Gamora) se convirtieron en mis favoritos por sus movimientos rápidos, ataques cercanos y especiales que van de un lado a otro de la pantalla. Dominar las gemas y combinarlas con tus personajes es lo más complicado, pues puede que necesites más velocidad con alguna combinación o que aproveches la fuerza extra para acabar más rápido con el rival.
¿Infinite?
Es evidente que el apartado artístico de Marvel vs Capcom: Infinite no tiene el mismo sentimiento de cómics que tenían las anteriores entregas. Personajes como el Capitán América nos recuerdan los horribles dibujos de Rob Liefeld, mientras que la imitación digital de Robert Downey Jr. para Iron Man no fue la mejor del mundo. Aun así, Spidey y Captain Marvel nos dejan ver que había buenas ideas… al menos hasta que empezamos a ver a los personajes de Capcom.
Ryu parece que no pudo componer su nariz luego de enfrentarse a Akuma. Dante se deformó la cara en un accidente y bueno, ¿por qué Chris Redfield se sigue vistiendo como en Resident 5? La parte de Capcom es la que peor tratamiento recibió… y eso que sí hubo mejoras evidentes como el caso de Chun-Li. Además de los diseños, el menú, las animaciones y los escenarios son apenas destacables… y eso porque ya mencionamos que las ideas lucen increíbles en videojuego, pero no dejan de existir las deficiencias.
La música y las voces sufren un problema similar; están bien pero el tema de Infinite no se quedará grabado en nuestras mentes como el de la primera y segunda entrega y ni siquiera hay una voz tan impactante como la del menú de selección de MvsC 3. El concepto de Marvel vs Capcom sigue siendo importante en la industria, como lo mencioné al inicio, pero errores como la música o el simple menú nos hacen pensar en las decisiones que Marvel y Capcom están tomando. Y sí, el referente inmediato es Injustice 2.
Al final del día Marvel vs Capcom: Infinite cumple con lo que promete, pero queda muy lejos de lo que sus antecesores aportaron a la industria. Ni siquiera queremos entrar ante la evidente falta de los X-Men, que por más explicaciones que pudiéramos tener, sigue siendo un elemento importante que ha quedado fuera del juego. Infinite es un título que aquellos que lleguen por inercia de otros medios van a disfrutar en grande… pero que el resto de los jugadores soportaran con el fin de encontrarse en el futuro con una entrega igual de buena que la primera que jugaron.