Una de las características principales de la serie Metro era ese sentimiento de tensión que te hacía sentir el estar siempre encerrado bajo tierra con un montón de monstruos mutantes que querían acabar con lo que quedaba vivo. Rara vez podías salir a tierra firme, y cuando lo hacías, tenías que traer tu mascarilla para que te protegiera contra la radiactividad. Sin embargo, la ayuda de Los Oscuros permitió que la humanidad tuviera una nueva esperanza. Ahora, 4A Games retomó esta esperanza y, junto con Artyom, nos llevó a lugares inimaginables en este universo postapocalíptico y, de paso, renovó la franquicia.
Un nuevo comienzo
Metro Exodus comienza con un Artyom obsesionado con encontrar más gente fuera del Metro. Tal vez haya sido por su conexión con Los Oscuros o tal vez por su instinto de supervivencia, pero el silente protagonista pasa las primeras horas de este nuevo título arriesgándose continuamente a salir a la superficie para prender su señal de radio en busca de otros supervivientes. Su extraño comportamiento empieza a preocupar a Anna, ahora su esposa; a Miller, líder de la Órden; y al resto de la comunidad, quienes continuamente le piden que regrese y que entienda la vida que le tocó vivir. Sin embargo, Artyom nunca se rinde. Y al final, su insistencia da frutos.
El cambio más grande en Metro Exodus consiste es que, durante la mayor parte del juego, dejamos atrás los confinados y oscuros confines del subterráneo. Después de algunos sucesos que no mencionaré para evitar arruinarte el inicio, Artyom, Anna, Miller y algunos personajes más se encuentran en posesión de un mega tren llamado Aurora, el cual los llevará en un viaje por toda Europa en búsqueda de una nueva esperanza, un nuevo lugar para vivir… y sí, ¡en la superficie! Y vaya que los desarrolladores supieron transmitir ese sentimiento de libertad al jugador a través de las mecánicas de juego. Durante las más de 15 horas que dura la campaña, podrás visitar y explorar un puñado de biomas variados e interesantes, desde zonas pantanosas hasta soleados desiertos, vibrantes zonas boscosas y, por supuesto, heladas ciudades radioactivas, para no perder la costumbre.
Explora a tu ritmo, conoce a tu tripulación
Debido a la diferencia fundamental en los espacios del juego, 4A Games también cambió la manera en que el jugador aborda las misiones. En lugar de niveles definidos que inicias y terminas de manera lineal, Metro Exodus tiene un mundo semiabierto (piensa en God of War). Sí, habrá momentos en que el título te tome de la mano y te diga qué hacer y a dónde ir, pero también habrá mucha oportunidad para explorar a fondo la región en la que te encuentras, sin prisas. En estas secciones, algún personaje en particular te señalará los alrededores para que tú puedas decidir qué quieres hacer: ¿explorar? ¿buscar provisiones? ¿platicar con los demás? Una vez que hayas realizado todas las actividades que gustes, empieza la siguiente misión principal para avanzar la historia.
Un punto interesante en esta parte es el grado de inmersión que se logra cuando estás en el mundo moviéndote con libertad, pues todas las herramientas de ayuda que podrías esperar están integradas completamente en la jugabilidad: para revisar los alrededores y puntos de interés no tendrás un mapa flotando en una esquina derecha, sino que tendrás que sacarlo físicamente y en tiempo real. Igualmente, el indicador de oxígeno no es simples números en otra esquina de la pantalla, sino un contador que traes en la muñeca. De esta manera, todas las mecánicas se sienten mucho más interconectadas con este mundo.
Hablando de la historia, este título también tiene un gran giro: ahora, el enfoque principal no son los monstruos mutantes, la difícil supervivencia o los misteriosos extraterrestres, sino las relaciones humanas y las consecuencias psicológicas de la guerra. A través de la partida, podrás conocer a toda la tripulación a bordo del Aurora y ver cómo evolucionan conforme pasan los meses de tu odisea. Además, las regiones que visites estarán habitadas por algunos supervivientes que demuestran psicológicamente cómo afectó al mundo la guerra nuclear. Por ejemplo, una de las primeras civilizaciones que encontrarás es un pequeño grupo de personas híperreligiosas que siguen a un falso profeta que condena la tecnología, demostrando una clara regresión societal. Así, Metro Exodus es el juego más significativo de la franquicia pues no solo se trata de disparar a matar, sino también de formar relaciones con tus compañeros y comprender que una guerra puede causar heridas mucho más profundas que las de una simple bala. El único problema de este nuevo enfoque es que, de nuevo, Artyom es mudo, inexplicablemente. Así, es muy extraño escuchar cómo los demás pasajeros y personajes interactuan contigo, te cuentan cómo va su vida, te hablan por radio… y tú no dices nada. Fuera de algunos soliloquios, solo eres un escucha y nada más. Tal vez en su momento esta decisión de diseño se tomó para que tú te sintieras Artyom, pero a estas alturas simplemente se siente raro.
Ahora que sí solo estás aquí para matar todo lo que se mueva, también tendrás la oportunidad de divertirte mucho con tus armas. Mediante un robusto sistema de looteo y personalización, Metro Exodus te deja encontrar toda clase de armas ya sea al calor de la batalla o en puntos de interés, para después permitirte modificarlas a tu gusto en talleres regados por la región o cuando estás en el campo. Si quieres atacar de lejos, coloca una mirilla de francotirador. Si es de noche, pon un aditamento de visión nocturna. ¿Te estás quedando sin balas? Crea flechas o cuchillos y termina la pelea de manera rudimentaria. Gracias a todas las opciones que tienes para atacar a tu disposición, este juego te permite abordar cada misión de diferentes maneras según tu estilo. Si quieres ser sigiloso puedes hacerlo, si quieres llegar disparando a diestra y siniestra, también. El juego de armas en Metro nunca había sido tan variado ni amplio. Originalmente había algunos problemas con este aspecto de la jugabilidad: Artyom se movía raro y la retícula muy lento y de manera poco precisa, pero esto fue corregido con un parche y ahora todo funciona de maravilla.
¡Es bellísimo!
Visualmente, Metro Exodus es impresionante. A pesar de ser casi destruido por una guerra nuclear, el mundo europeo logró sobrevivir y ofrece algunas vistas increíbles dignas de tomar montones de capturas de pantalla (las cuales puedes perfeccionar con el modo fotografía incluido), además de que cada lugar, objeto y personaje fue trabajado y modelado con sumo cuidado para ser lo más realista posible. Las armas, las caras, las plantas, la iluminación, los fluidos, los objetos… todo se ve muy, muy bien. Lamentablemente, tanto detalle tiene un impacto en el rendimiento, pues las pantallas de carga son bastante largas.
Auditivamente, las pistas sonoras se adecuan perfectamente a cada situación: realmente sientes la presión y tensión cuando estás luchando contra monstruos en el subterráneo o bandidos en el desierto, pero también tienes una sensación de esperanza y libertad cuando caminas por los bosques y los ríos. El doblaje, por el contrario, es regular, pues aunque algunos personajes son convincentes en cada una de sus líneas, otros se sienten un poco acartonados.
A pesar de algunos errores y decisiones de diseño extrañas, Metro Exodus es la muestra de que 4A Games fue capaz de evolucionar la franquicia, añadiendo muchos elementos y expandiendo otros. La narrativa es mejor que nunca y, a través de diálogos y la construcción de este universo, te hace preocuparte por tus amigos y compañeros; y por lo que será de este viejo-nuevo mundo que intenta recuperarse de una guerra nuclear. Si bien quedaron atrás los espacios cerrados del Metro y el enfoque en lo paranormal, este título supera en prácticamente todos los aspectos a sus antecesores y, al igual que Artyom, piensa en el gran futuro que nos espera.
Pros:
+ Divertido y robusto sistema de armas y herramientas
+ Inmersión total
+ Mundo semiabierto que te da libertad de moverte a tu ritmo
+ Enfoque en la narrativa y los personajes
Contras:
– Protagonista silencioso
– Pantallas de carga muy largas