Es normal que una reseña comience con el preámbulo del juego y las expectativas que se tenían sobre éste antes de jugarlo. Pero es aún más importante saber que, si vas a jugar Nioh, estarás por enfrentarte a una experiencia realmente compleja. A través de su estructurado combate inspirado en Dark Souls, enseñará a quien se aventure, la virtud de la paciencia y la creación de estrategias precisas. Con cada muerte, no sólo aprendes acerca del enemigo, el personaje o el juego, sino de ti mismo y tu capacidad para enfrentar los retos de esta entrega de acción que premia generosamente al jugador táctico que comprende en plenitud lo que es encarar retos que van más allá de fuerza bruta.
La nueva producción de Team Ninja, se encuentra ambientada en una época de gran conflicto social en la tierra del sol naciente, y aunque es de esperarse que mueras en el intento una y otra (y otra) vez, Nioh está lo suficientemente bien estructurado como para abastecer al jugador de soluciones oportunas que le ayudarán a superar cualquier obstáculo mientras se abre camino por el tumultuoso período de Sengoku.
Así, Nioh se convierte en un RPG de acción en el que controlamos a William Adams -inspirado en el mito del primer samurái occidental-, un británico que logra escapar de la Torre de Londres y se embarca a una versión oscura y lúgubre de Japón. Conforme avanzas, notarás que la trama se explica a través de increíbles cinemáticas que, infortunadamente lucen sobradas con respecto al resto de las gráficas del juego, sin embargo, logran parcialmente su objetivo: narrar la historia de forma coherente aunque a veces, de manera confusa.
Rey benévolo
Team Ninja tiene el gusto de presentar a William Adams, quien para bien o para mal luce como el “Geralt de Rivia de los años 1600”. Mientras aún era un niño, perdió a sus padres en la guerra con Inglaterra, pero también conoció a su espíritu guardián: Saoirse; Los dos han sido inseparables. Desde entonces, William creció para ser un joven fuerte y que, con la ayuda de Saoirse, localizaba piedras espirituales de Amrita para aventajarse como pirata, no obstante, todo se vino abajo cuando descubrió un proyecto militar secreto en el que la Amrita, era el elemento principal. Así, en su afán de restaurar el orden, Adams se ve obligado a sacrificar mucho de lo que le era preciado, pero siempre manteniéndose firme y decidido a construir un mundo sin guerra.
Con este preámbulo, nos adentramos a la historia de Nioh, misma que encadena personajes reales que, aunque no seas un estudioso de la historia antigua, reconocerás inmediatamente. Para hacer frente a William, llega una fantástica recreación del alquimista inglés e investigador de lo oculto, Edward Kelley, quien se convierte en el yokai principal del juego al que evidentemente debes destruir; de igual forma, encontrarás en tu camino a figuras que complementarán la historia, tales como Tokugawa Ieyasu, primer shōgun del shogunato Tokugawa de Japón o el mítico Hattori Hanzo, temido y reconocido por todos debido a sus grandes técnicas de combate desarrolladas en el campo.
Menos Ninja Gaiden, más Dark Souls
Desde un principio, la intención de Team Ninja era la de crear un RPG destinado a correr en PlayStation 3; la fecha de lanzamiento estaba prevista para el verano de 2006, sin embargo, no fue sino hasta el Tokyo Game Show de 2015 cuando el equipo anunció de forma inesperada que Nioh estaba en progreso. El largo proceso de desarrollo que le tomó al equipo para tener un juego que diera a la crítica de qué hablar y a los jugadores, un gran reto, no pudo evitar el retomar durante su trayecto la clara influencia de juegos como Ninja Gaiden o Dark Souls.
A pesar de que lo ya mencionado suena a una combinación que resta originalidad y autenticidad al título, resulta ser todo lo contrario; es decir, si tuviéramos que posicionar a Nioh en un punto comparativo entre franquicias, diría que éste nuevo RPG se encuentra en algún lugar en el medio de ambas: Por un lado, su sistema de combate no se centra en la complejidad de los combos pero sí en la velocidad y dificultad de un Ninja Gaiden. Por otro, no es tan metódico, pero su diseño de niveles y el concepto, sin duda toman como base lo visto en Dark Souls.
Eso sin mencionar la mejora de las estadísticas individuales, el upgrade del equipo basado en tus stats, el diseño de escenarios lineales con puntos de acceso desbloqueables para rutas alternativas que te regresen a un punto seguro del juego… en fin, Nioh es la abstracción de lo mejor de ambas franquicias y el claro ejemplo de cómo debe ser un RPG bien equilibrado.
En cuanto a las exigencias y desafíos de combate cuerpo a cuerpo, en Nioh dependes mayormente de tu astucia. Suponiendo que el nivel de tu personaje no sea significativamente superior al nivel recomendado para una misión determinada -ya que algunos enemigos pueden acabar contigo de un solo golpe-, siempre existe la posibilidad, aunque parezca poco probable, de pasar un escenario sin un solo rasguño. En este punto, buscó resaltar un contraste muy particular con respecto a la inteligencia artificial del juego, ya que, aunque cada nivel se vea repleto de soldados y enemigos, puedes abrirte paso a una ridícula distancia de ellos sin que noten tu presencia; si lo hacen, puedes correr hasta un punto (no muy lejos) fuera de su rango de visión y dejarán de acecharte al instante. La única razón por la cual no deberías prescindir de estos mini-enfrentamientos, es que gracias a ellos obtienes elementos que serán útiles durante el juego y por supuesto, para crecer como personaje.
Otra cosa muy distinta sucede cuando te enfrentas a jefes o NPC de mayor nivel pues, aunque existen patrones de ataque, te enfrascas en un combate imprevisible; como si no se tratara de enfrentar una IA. Justo cuando crees que el juego no es un reto, aparecen tipos duros que te enseñan, a la mala, que debes tenerles respeto. Si hay algo que siempre reconforta a un jugador al momento de hacer frente a peligros así, es identificar el patrón de ataque del oponente, pero otra cosa resulta cuando éste es capaz cambiar su táctica ofensiva, por lo que no importa qué tanto estudies el enfrentamiento o qué tanto creas saber sobre el enemigo, jamás será suficiente.
A toda medida, contramedida
La verdadera clave de la supervivencia en Nioh es mantener una distancia cercana a tu enemigo en todo momento y observar los niveles de resistencia (o Ki), pues ella determina con qué frecuencia hilaran los ataques. Más vale que aprendas eso, porque es la regla básica del juego; siempre habrá soluciones potenciales y armas específicas que aumentarán tu recuperación y fortaleza mientras te encargas de esquivar los ataques y cansar al enemigo. Como tú, ellos también son limitados por su ki, por lo que tu debilidad, se convierte en la debilidad del oponente y por supuesto en tu mejor estrategia.
Al igual que los enemigos, tienes la posibilidad de equiparte con elementos que se extienden más allá del combate cuerpo a cuerpo, pues existe una gran variedad de consumibles que darán un extra a tus estadísticas gracias a los diversos efectos especiales que puedes combinar con tus armas.
Comprender el sistema de combate de Nioh, es primordial, ya que si sabes cómo conducirte por los diferentes escenarios, encontrarás que una sola arma te será suficiente para acabar hasta con una docena de enemigos, siempre y cuando te familiarices con los tipos de ataque y sepas administrar tu ki con cada uno de ellos. Por supuesto, elegir al espíritu guardián correcto, será un plus muy necesario en tu trayectoria.
Una de tus mayores ventajas, es que William cuenta con tres distintas posiciones de batalla (baja, media y alta) y dos tipos de ataque por cada posición; cada una es más letal que la otra. Éstas, a su vez, combinan su efectividad con cualquiera de las cinco armas de combate cuerpo a cuerpo que existen en el juego. Tu tasa de daño aumentará significativamente si a esto sumamos el poderío de tu arsenal de armas de fuego. Intercalar estas opciones de forma fluida determinarán si vives o mueres en el clímax del enfrentamiento.
Una vez que hayas superado cualquier nivel del juego, puedes tomarte tu tiempo para pulir las tácticas del personaje antes de avanzar al capítulo siguiente de la historia. Incluso si lo que tienes aún no te es suficiente, podrás repetir escenarios una y otra vez, con una mayor dificultad.
Al final, no importa cómo elijas progresar, la inmensa variedad de entornos se ven reflejados en el ritmo de un juego que puede ascender hasta las 80 horas. Nioh es un altibajo de emociones, pues no aumenta su dificultad con cada capítulo, sino que lo hace progresivamente, es decir en cada uno de ellos existe un flujo rítmico a medida que avanzas en la historia. Así, después de un agotador enfrentamiento, volverás a retomar un camino menos exigente que gradualmente volverá a aumentar su intensidad.
Finalmente, la parte técnica del juego resulta impecable ya que, para evitar caídas en el frame rate, tú mismo puedes configurar la tasa de estabilidad que requieres para disfrutar plenamente del juego; así, puedes elegir entre los 60 cuadros a 720p o 30 en 1080p. Por supuesto, si eres de los afortunados que poseen un Playstation 4 PRO disfrutarás de esta aventura en Full HD o 4K.