Sand Land es un nombre que posiblemente no habías escuchado en el pasado a menos que seas un fan de hueso colorado de Akira Toriyama. Lanzado entre mayo y agosto de 2000 en Shonen Jump, este manga es una historia sencilla pero divertida, contando la historia de un príncipe demoníaco por encontrar un poco de esperanza para sus sirvientes.

Recientemente, Bandai Namco lanzó una iniciativa para crear adaptaciones de Sand Land, siendo una de ellas un sorprendente videojuego, desarrollado por el equipo de ILCA. Y aunque no revoluciona a la industria con mecánicas sorprendentes o  una narrativa tempestiva, Sand Land es una excelente adaptación del trabajo de Toriyama, creando una versión interesante del manga, la cual se ve apoyada por trabajos recientes del proyecto interdisciplinario de Bandai Namco.

Un tesoro olvidado de Toriyama

Sand Land cuenta una historia post-apocalíptica bastante interesante, reminiscente a relatos sobre la Tercera Guerra Mundial de hace 20 años. Tras sufrir múltiples desastres naturales y guerras, el mundo se quedó sin su principal fuente de agua, y el río que abastece de agua a Sand Land se secó después de esto.

El protagonista de la historia, el príncipe demonio Beelzebub, recibe una visita del Sheriff Rao, un humano con un pasado interesante, esto ya que tiene pruebas de la existencia de un supuesto Manantial Legendario, el cual podría resolver los problemas de sequía por los cuales pasan tanto humanos como demonios. Planteando entonces una tregua poco común, Beelzebub, su sirviente Thief y Rao se unen para encontrar el supuesto Manantial, esperando cambiar el futuro de Sand Land para todos.

Esta es la historia del manga original, y el juego la sigue con bastante fidelidad, a excepción de un personaje nuevo: Ann, una chica que complementa el grupo para crear un escuadrón de personajes diversos e interesantes. La razón de este nuevo personaje es un secreto mal guardado de Bandai Namco ya que, como parte de su proyecto, Sand Land fue adaptado a una película y una temporada de anime, la cual incluye un arco completamente nuevo, con narrativa y personajes diseñados por Akira Toriyama previo a su muerte: Ann es un personaje clave para el arco de Forest Land, en el cual se desarrolla la segunda mitad del título.

La narrativa de Sand Land no es su punto fuerte, pero creo que la manera en la que el videojuego logra capturar el espíritu del trabajo original son una fortaleza enorme: Toriyama inició su carrera como un mangaka cómico, y Sand Land es una excelente manera de demostrar ese lado que tomó un papel secundario después del éxito de Dragon Ball.

Un equipo dispar

La aventura de Beelzebub y sus compañeros toma lugar a través de un mundo bastante amplio y lleno de peligros, lo cual lleva a que tengamos que defendernos de la fauna local y bandidos. El sistema de combate a pie es relativamente sencillo: puedes usar ataques ligeros y pesados en combinación, así como ataques especiales tras cargar una barra especial; también se pueden utilizar ataques especiales diferentes de acuerdo al compañero que escojamos para ampliar su árbol de habilidades. Mientras que Rao se enfoca en movimientos agresivos, Thief potencializa la habilidad de Beelzebub de encontrar materiales en el campo, lo cual es un beneficio inmenso para la mejora de vehículos; Ann, en cambio, cuenta con habilidades enfocadas en la recuperación de vida, ya sea de Beelzebub o de sus vehículos.

Aunque el combate es relativamente sencillo, es una manera divertida de generar encuentros diversos alrededor de Sand Land: ya sea contra dinosaurios, bandidos, cobras o escorpiones, Beelzebub no saldrá ileso del inmenso desierto. Igualmente, la posibilidad de potenciar el ataque o defensa de nuestro personaje con objetos, así como asignar habilidades diferentes de acuerdo a la situación, genera un poco de estrategia inesperada.

Sin embargo, también es importante poner todas las cartas sobre la mesa: si algún elemento de Sand Land es particularmente débil, este es el combate cuerpo a cuerpo, ya que reduce mayormente en moler tus oponentes a golpes con ataques ligeros. Afortunadamente, esta modalidad de combate no es el protagonista mecánico del juego: esos son los tanques y vehículos que podemos crear y mejorar a través de la aventura.

Corceles de Acero

Aunque Rao cuenta con un coche para moverse a través de Sand Land, el grupo de Beelzebub encuentra dificultades para rebelarse contra el gobierno y así encontrar el supuesto Manantial: esto lleva a que el príncipe demonio tome prestado un tanque, revelando el combate vehicular, la espina medular de la experiencia de Sand Land.

El juego cambia enormemente cuando abordas un tanque, ya que empiezas a sentir mucho más poder contra tus oponentes: entre soldados, tanques, bestias gigantes y una que otra sorpresa, Beelzebub requiere de este tanque, así como otros vehículos, para triunfar en su misión.

El tanque es el arma principal, teniendo una buena armadura y armamento de largo alcance y potencia: sin embargo, hay otros vehículos, como robots saltarines, motocicletas e incluso coches flotantes, los cuales cuentan con distintos esquemas de control y armas para desmantelar al enemigo.

Personalmente, encontré mucha satisfacción en utilizar el tanque para demoler enemigos grandes, la moto para derrotar a los dinosaurios pequeños, así como el exotraje, desbloqueado en el último tercio del juego, para destruir a enemigos con una extensión gigante del poder de Beelzebub.

Todos estos vehículos requieren de materiales para la creación y mejora de partes, y es aquí donde encuentro el contenido más interesante de Sand Land.

Puede que se reduzca un poco a ver el número crecer con cada mejora, pero la variedad de armas y vehículos, así como motores, sistemas de apoyo y chips especiales lleva a que cada persona pueda crear su propia experiencia de combate: si quieres un tanque que se quede fijo para amplificar su potencia o una motocicleta que pueda arrollar a sus enemigos con llamas ten por seguro que vas a poder encontrar la respuesta a tus deseos.

La exploración también puede personalizarse, gracias a opciones que permiten cambiar los controles de nuestros vehículos: aunque el juego tiene controles de tanque al estilo de Halo, también es posible utilizar opciones más similares a juegos tradicionales de carreras. Adicionalmente, la implementación de un piloto automático hace que tengamos más oportunidades de descubrir secretos al no enfocarnos completamente en nuestra conducción. 

Por otro lado, es posible desbloquear opciones de personalización cosmética para los vehículos, y aunque es la cereza en el pastel, creo que esto le da a Sand Land el bucle de jugabilidad que necesita un título así: creación de vehículos, mejora de partes, personalización e incluso actualización con modelos más modernos, todo con tal de tener la flota perfecta para enfrentar cada situación.

Arena y aventura  (Ciudad, vivienda, navegación por el mundo)

Gran parte de las mejoras realizadas en vehículos se vuelven realidad gracias a Spino, el centro de operaciones de nuestro equipo en Sand Land.

Una ciudad que empieza como un punto en medio de la nada, Spino poco a poco va adquiriendo importancia al terminar misiones opcionales conforme avanza la aventura. Tras completar dichas misiones, los personajes empezarán a mudarse a Spino, levantando tiendas, talleres e incluso restaurantes o una casa propia, dando vida a un lugar inesperado.

El mundo de Sand Land cuenta, además de estas misiones secundarias, con torres de radio que muestran todos los elementos del mapa como buen juego de mundo abierto, así como formaciones rocosas con tesoros en su pico, carreras, calabozos opcionales, ruinas con tesoros especiales, cuevas con minerales e incluso misiones de rescate que surgen de forma orgánica.

Lamentablemente, es aquí donde encuentro mis problemas con el juego.Curiosamente, mis dos inconvenientes están relacionados, pues me refiero a la repetitividad de sus misiones y de su audio: aunque la banda sonora es excelente y logra armonizar la aventura de Beelzebub, las grabaciones de audio en el momento a momento son pocas en cantidad pero se repiten constantemente, llevando a que un mismo clip de audio pueda escucharse hasta 10 veces en un solo minuto.

Si contemplamos que estamos haciendo misiones similares y escuchamos las mismas frases una y otra vez, seguramente pensarás lo mismo que yo: eso suena a que puede hartar a un jugador rápidamente. Afortunadamente, el juego, incluso siendo una aventura de mundo abierto, no es una odisea titánica, pues toma poco más de 25 horas llegar a la conclusión de la historia, esto dependiendo de la cantidad de contenido adicional que decidas abarcar.

En general, Sand Land representa una mezcla curiosa de elementos: una historia sencilla pero concreta, con personajes agradables y un excelente sentido de comedia, el cual logra sacar a relucir el espíritu de su creador original. Aunque no sea exactamente la mejor adaptación de un manga o anime a un videojuego, Sand Land es, definitivamente, una aventura divertida y que cualquier fan de Akira Toriyama va a poder disfrutar de una forma u otra.

Pros:

+Divertido sistema de combate y personalización

+Personajes divertidos y buen sentido del humor

Contras:

-Contenido repetitivo