En 2017 se cumplen 10 años de haber dejado atrás a la Segunda Guerra Mundial como escenario principal de los juegos bélicos; lo que terminó por dar un aire de frescura a series como Sniper Elite, que nunca dejó ir a los nazis y que incluso se abanderaba de Hitler para uno de sus contenidos descargables. Siguiendo con la misma línea,

Sniper Elite 4 nos lleva a la Italia de Mussolini, en una trama que parece tener más que contar, pero que nos ha cortado de tajo la aventura.

WW2

Nosotros tomamos el papel de Karl Fairburne, miembro del Servicio de Operaciones Especiales de los Estados Unidos, quien ha sido enviado a Italia para conseguir información que ayude a los Aliados a encontrar un punto débil dentro de uno de los miembros más importantes del Eje. Sin embargo, los italianos traman algo mucho más profundo que lo leído en los libros de historia, un secreto que sirve como principal atractivo en las poco más de 10 horas que nos llevará terminar el juego.

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Aunque históricamente no es tan preciso como podríamos pensar, la libertad argumental ayuda a tener un juego más completo y con un mayor número de posibilidades a la hora de enfrascarse a una nueva misión. Por desgracia, la historia no llega al punto máximo, y al final podemos sentir que no ha valido la pena el tiempo invertido en la campaña. Rebellion sabe contar historias y hacer que se mezclen de manera correcta con los objetivos jugables, pero no logra llegar a un clímax satisfactorio para el jugador.

Deadshot

Por fortuna, el fuerte de Sniper Elite no está en su argumento, sino en su apartado jugable. Desde su nombre podemos darnos una idea a que nos vamos a enfrentar, pero si no estás consciente de ello te explicamos rápido: Karl Fairburne es un francotirador en territorio enemigo, debe ser sigiloso en todo momento y capaz de aniquilar a su enemigo a larga distancia sin dejar rastro alguno de su presencia. Es bueno con otras armas, sí, pero todo el enfoque jugable está destinado a que uses el rifle de francotirador.

Con lo anterior en mente, la cuarta entrega nos permite hacer uso de la mecánica principal de manera efectiva y visualmente asombrosa. En primer lugar, tenemos la posibilidad de despejar por completo nuestro cuerpo para un tiro perfecto, disminuir el pulso cardiaco, colocarnos en el lugar ideal y disparar sin un solo obstáculo al cráneo del nazi más cercano. Un control preciso e intuitivo, con muchas opciones, pero con un sutil control de los objetivos.

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Dominar los disparos a larga distancia puede llegar a ser un reto, desde nuestro pulso hasta la velocidad con que lleguemos a un punto ideal. Por ejemplo, si corremos para alcanzar a un objetivo con un plan de ataque bien pensado, podemos toparnos con la imposibilidad de aguantar la respiración de Karl a la hora de disparar, pues llega agitado a la zona de tiro y no podrá concentrarse hasta que se calme su respiración.

Por otro lado, en muchos momentos los enemigos no presentan un reto para nuestras habilidades, y no solo porque somos la Elite de los francotiradores, sino porque la inteligencia artificial es deficiente y no podrá ver que pasamos a su lado en momentos demasiado obvios. En ocasiones, la IA entra en un conflicto de escucharnos cerca, pero de no actuar en nuestra contra… una oportunidad ideal para usar el cuchillo o un arma diferente de nuestro arsenal.

Ya que nos metimos a los problemas del juego, existe un elemento que no juega en contra de la obra, pero que tampoco la deja despegar al cien por ciento. Los escenarios, aunque cambiantes y con distintos paisajes de fondo, no dan pie a una forma distinta de emplear el gameplay en pro de las misiones, lo que termina por convertirse en algo repetitivo y con poco atractivo para los jugadores. A pesar de que hay formas distintas de ejecutar las misiones, éstas no ayudan a querer experimentar algo más que el sigilo y los tiros a la cabeza.

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Lo anterior, aunque se trata de un punto negativo, es uno de los cimientos de la franquicia. El juego se llama Sniper Elite 4, lo que nos indica que hay tres títulos antes con la misma idea, y que aquí no se va a modificar nunca. Aprovechar las mecánicas de disparo, los distintos puntos de tiro y la cantidad de blancos disponibles, es lo único que podemos hacer a la hora de entrar a la campaña. Incluso dentro de los modos en línea, las opciones son similares y todo es un campo abierto a campers que te acabarán apenas asomes la cabeza.

Fatality

Entrando a los apartados técnicos, Sniper Elite 4 es un juego que se ve increíble en Xbox One. Los paisajes, personajes y animaciones se sienten acorde al momento que vivimos en la generación de consolas. Dicho punto resalta con el sello de la casa: las secuencias de tiros a la cabeza; donde podemos seguir nuestra bala en un tiro perfecto al ojo, garganta, nariz, cien o donde sea que hayamos apuntado con el sniper y “disfrutar” de un buen baño de sesos en alta definición.

Ahora, imagina esa escena combinada con un buen trabajo en el sonido de la bala, el cráneo destrozado y las alertas del enemigo al ver a un soldado caer casi de la nada, pero con un agujero completo donde debería ir uno de sus ojos. Sniper Elite no resalta en gráficos como Gears 4, pero lo que tiene es aprovechado para una experiencia única en nuestra consola. Obviamente, no es un juego para una edad menor a la indicada por la ESRB.

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En conclusión, Sniper Elite 4 cumple de manera perfecta su cometido en las consolas actuales: superar a la tercera entrega en visuales y gameplay, pero sin arriesgar lo suficiente para celebrar con los juegos AAA de corte bélico. Falta historia, personajes entrañables y un multijugador más sólido; la primicia y la ejecución de ésta ya la tienen, pero no la han concretado de manera eficiente y eso es un lujo que no se pueden dar en la actual industria de los videojuegos.

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