El primer System Shock es considerado por muchos como el precursor del simulador inmersivo, un género que nunca ha sido un participante mayoritario en la industria, pero que sí alberga a muchos de los mejores títulos de todos los tiempos. A pesar de ello, también es cierto que la innovación que demostró para el año en el que fue lanzado es demasiado notable: al ser un juego que precedió a múltiples estándares de la industria, sus mecánicas y elementos estructurales no lograron del todo sobrevivir al paso del tiempo.
Afortunadamente, y gracias a Nightdive Studios, maestros de la remasterización, ahora System Shock llega actualizado y renovado a computadoras modernas, con un remake que logra equilibrar la línea entre tradición y modernidad, creando un título que, para bien o para mal, conserva los elementos que lo hicieron reconocido en su círculo, mientras también añade elementos que serán bien recibidos por veteranos e interesantes para jugadores curiosos por conocer la historia del abuelo de Bioshock.
Una noche en Citadel
System Shock es un juego que fue lanzado hace casi 30 años, por lo que su premisa e ideas fueron desarrolladas en un momento parteaguas para la industria; como referencia, el título original salió menos de un año después que la primera entrega de DOOM.
La presentación de la narrativa es sencilla: en un futuro no tan lejano, un hacker es capturado y llevado a una estación espacial, la Citadel, para que elimine múltiples barreras morales de SHODAN, la Inteligencia Artificial a cargo de la estación. A cambio, el hacker recibiría un implante militar de última generación, siendo operado en la estación y pasando seis meses en un coma de recuperación.
Después de este tiempo, el hacker despierta para encontrar una estación desierta, reinada por máquinas y mutantes: detrás de todo se encuentra SHODAN, quien ahora tiene un semblante macabro, y amenaza a la tierra con armamento dentro de la estación Citadel. Después de ser contactado por agentes de TriOptimum, el hacker ahora cuenta con una misión: destruir a SHODAN para poder ser rescatado de la estación espacial.
Toda esta historia permanece en el remake: de hecho, se encuentra nutrida por la inclusión de grabaciones de audio adicionales, así como, por supuesto, por una infinitamente mayor calidad gráfica para permitir la creación de una atmósfera creíble y realista. No por nada System Shock 2 fue la inspiración para Bioshock: System Shock es el abuelo del famoso juego de Ken Levine, y este remake saca a relucir sus fortalezas a la luz.
Re-hecho pero re-conocible
Muchos trailers previos al lanzamiento de este remake me hicieron ver la calidad gráfica de los diversos elementos de la estación Citadel. Sin embargo, noté que los requerimientos de hardware no eran tan elevados: esto me sorprendió, pues al enfocarme en los objetos que podemos encontrar en el mundo las texturas tenían una estética “semi-retro”, con caras pixeladas al acercarnos. Particularmente, y como alguien que no jugó el título original, esto me hizo sentir que el juego lograba respetar sus raíces pero también renueva elementos que hoy en día solo pueden considerarse como anticuados.
En ese sentido, el remake de System Shock adapta elementos de la secuela, añadiendo un inventario para nuestro personaje y un sistema de vaporización, el cual puede convertir basura en créditos, que a su vez pueden mejorar nuestras armas. De hecho, siento un parecido en el sistema de inventario de este remake con el de Resident Evil 4, teniendo que reacomodar armas, municiones, objetos curativos y basura en un solo espacio cuadriculado.
Todo lo antes descrito puede sonar como una diferencia sustancial, pero también es cierto que el juego alberga demasiadas similitudes con el título original: inicialmente Nightdive buscó reinventar la historia de System Shock, pero en su lugar ha creado una recreación fiel de la estación Citadel, al grado de que incluso hay objetos menores ubicados en exactamente los mismos espacios.
Sin embargo, esta fidelidad al juego original no significa que no haya cambios: de hecho, creo que ahora el juego es mejor mostrando su intención original, generando cambios en las pequeñas cosas. Además de que los enemigos ahora son más que sprites 2D y tienen modelos tridimensionales, algunos cuentan con ataques adicionales, haciendo a ciertos mutantes más mortíferos o convirtiendo a algunos robots inofensivos en pequeñas máquinas mortíferas.
Por otro lado, la inclusión de más grabaciones de audio ayuda a que la atmósfera se sienta mucho más realista: las actuaciones de los antiguos habitantes de la estación y las diatribas dementes de SHODAN son capaces de erizarte la piel y dejarte completamente aterrado; esto se ve enormemente beneficiado por el nuevo y renovado soundtrack, el cual al fin se siente como algo creado para un juego que, aunque cuenta con elementos de acción, es básicamente un survival horror de ciencia ficción.
Entre los cambios notables del juego también están las secciones del Ciberespacio, las cuales fueron modificadas gráficamente de una forma impresionante: cuando antes estos espacios eran burdas estructuras alámbricas, ahora se sienten como lugares alucinantes, y verdaderamente se siente como el interior de una computadora ultra-futurista.
System Shock ahora logra ser más que un artefacto histórico de su época, pues sus elementos artísticos ahora se encuentran al nivel de sus sistemas de juego, los cuales también fueron cambiados para sobrevivir a la actualidad: no obstante, también hay ciertas cosas que pueden sentirse fuera de lugar tantos años después.
Los débiles SHODAN, los fuertes sobreviven
Mis primeras horas con System Shock fueron las más frustrantes del juego, y con buena razón: esto es algo típico del género de survival horror, en el cual es necesario acostumbrarse a un juego para poder sobrevivir en el mundo en el cual somos soltados.
Sin embargo, esto es particularmente difícil cuando elementos como las armas o la historia en segundo plano son actualizados a nuestra época sin también adaptar sistemas como el autoguardado. El remake de System Shock sí cuenta con autoguardado, pero tiene una forma anticuada de funcionar, pues solo guarda después de ciertos momentos clave: esto puede terminar en algo como lo que me sucedió en mi primera sesión de juego, en la que no hubo un solo autoguardado en una hora, llevando a que aprendiera una dura lección con mi muerte… el guardado rápido es tu amigo.
Esto en realidad solo es cruel al inicio, pues survival horror (no es broma, Bioshock en verdad toma mucho de estos juegos, y con buena razón). No obstante, creo que la introducción a un juego es el momento más difícil y que más debe cuidarse de parte del desarrollador, pues es aquí donde se define si el juego nos convence o detrae.
Todos estos elementos, para bien o para mal, crean una experiencia extremadamente entretenida. Entre los elementos originales quiero destacar particularmente la dificultad personalizable en cuatro niveles y secciones, algo que estaba extremadamente adelantado a sus tiempos, habiendo títulos creados hoy en día que ni siquiera permiten esto.
El juego tiene un esquema de niveles disfrazado a través de la estación espacial donde se desarrolla la historia, pero la posibilidad de regresar a niveles previos para poder encontrar más objetos, armas y mejoras es un elemento que añade mucha rejugabilidad, en especial por las opciones que tenemos a nuestra disposición. System Shock fue hace todos esos años un juego sorprendente, permitiendo diferentes estilos de juego y distintas ideologías para pasar del punto A al punto B: puedo ver el ADN de este juego en clásicos como Deus Ex, pero también en títulos modernos como Prey o Deathloop.
Aún cuando muchos de los elementos que lo hacen frustrante permanecen, este remake es ahora una introducción más accesible a una serie que hoy en día sigue siendo un referente, ya sea a través de sus sistemas de juego o de sus influencias. Porque sí, SHODAN es la madre de GLaDOS, y este juego es el abuelo de Bioshock: aún así, modernizado y renovado, System Shock sigue siendo una experiencia que vale la pena, casi 30 años después de su primer lanzamiento.
Pros:
+Recreación fiel al juego original
+Nuevas mecánicas nutren la experiencia
+Atmósfera revitalizada gracias a nuevos gráficos, música y audio
Contras:
-Recreación demasiado fiel al juego original
-Falta de implementación de mecánicas modernas