Disfrutar The Order: 1886 tras haber leído una gran cantidad de críticas negativas no fue algo sencillo, pero conforme avanzaba en el juego me daba cuenta que se había cometido una injusticia muy seria sobre el juego, una injusticia fundamentada en el hype creado por la prensa y los propios jugadores que esperaban el título con ansias. The Order: 1886 no es una perfección, pero tampoco es esa obra pésima que muchos describen por la red, nos encontramos con un buen producto que poseé un margen de mejora para futuras entregas y además una nueva propiedad intelectual que nos deja ver gran parte del potencial técnico disponible en el PlayStation 4. Me gustó The Order, mucho, ¿pero por qué?
El primer apartado a tratar es la historia de The Order (sin mencionar spoilers que arruinen tu experiencia), no es un guión muy elaborado pero logra engancharte poco después de comenzar el juego. Nos encontramos en el año 1886, en una ciudad de Londres infestada por diversos problemas, rebeldes, licántropos y conspiraciones secretas que serán capaces de dar giros radicales al argumento principal en diversos momentos. Nosotros tomamos posesión de Greyson, mejor conocido como Sir Galahad, siendo el tercer caballero en llevar tan importante nombre dentro de la organización británica. ¿Tercer caballero con un mismo nombre? Sí, la orden fue creada por el Rey Arturo siglos antes del momento en que nos situamos, y varios de sus integrantes actuales heredaron el nombre de algún caballero tras su muerte después de varias décadas o siglos de vida. No, los caballeros de The Order no son inmortales como tal, pero están cerca de serlo, todo gracias al Agua Negra.
Este legendario líquido está sólo a disposición de los caballeros miembros de la orden, pero no es cualquier cosa, a lo largo del juego nos permite curar nuestras heridas y regresar al campo de acción sin dejar rastro de la muerte que nos acechaba segundos antes. Ya que hemos entrado al campo de lo sobrenatural, no podemos dejar de lado a los licántropos, esas criaturas que están lejos de extinguirse en el país británico y que en más de una ocasión deberemos enfrentarlos en batallas que, por desgracia, se antojan un poco más complicadas para lo que realmente son en su mayoría. The Order: 1886 en su desarrollo nos deja ver que los hombres lobo que aparecen tienen un trasfondo más allá del que creíamos en un principio, es aquí cuando la intriga se hace presente y el interés en la historia no hace más que crecer; hay causas por las que estas criaturas siguen mezcladas entre nosotros, nuestro objetivo principal será averiguar el por qué, claro, con sus respectivas consecuencias por culpa de la curiosidad.
Los personajes de The Order: 1886 tienen su propia personalidad, muy distinta entre cada uno de ellos por cierto, en algunos momentos esto ocasionará que no concuerden en su forma de pensar o analizar la situación, las acciones de los que nos rodean incluso pueden llegar a desesperarnos en el buen sentido, ¿realmente están siendo de ayuda? La campaña dará varios giros inesperados donde nuestros aliados serán protagonistas, la confianza no existe en una ciudad de Londres llena de oscuridad. El contexto histórico también permitió que se integre uno de los genios más importantes en la historia de la humanidad, Nikola Tesla, quien fuera matemático, físico e inventor de las primeras bases para consolidar la corriente alterna. Tesla es el encargado de proporcionar a la orden todo tipo de tecnología que ayude a cumplir sus propósitos, con armas de los más extrañas pero con un poderío letal capaz de desintegrar el cuerpo humano, algo que en siglo XIX estuvo lejos de existir. El armamento en The Order: 1886 es variado, hay diseños realmente impresionantes y muy creativos, tanto en su aspecto como en funcionamiento.
Ready At Dawn y Sony nos habían dejado claro que The Order: 1886 sería también una experiencia cinemática, y con esa idea me dispuse a disfrutar el juego desde el primer instante. Sí, hay muchas secuencias de este tipo en donde tenemos muy poca interacción, es cuestión únicamente de presionar los botones de forma correcta o de lo contrario, el juego responde mostrando otra escena donde en la mayoría de las veces veremos la cruel muerte de nuestro protagonista. Los momentos de más interacción con este tipo de gameplay es cuando debemos localizar ciertos puntos débiles de los enemigos o buscar objetos del entorno que nos ayuden a salir del apuro en que nos encontramos. Si bien es cierto que las cinemáticas aparecerán en prácticamente todos los capítulos del juego, tampoco puedo afirmar que sean el pilar del mismo, pues siempre habrá más momentos en donde nos desenvolvemos dentro de un apartado jugable como en cualquier otro shooter: acción y explosiones por doquier.
En cuanto a mecánicas de gameplay nos encontramos con un título que ha incorporado las bases jugables de los Third Person Shooter más populares de la industria. Si haz jugado Gears Of War te sentirás familiarizado con algunas mecánicas, como el sistema de coberturas o el sprint del personaje, donde la cámara toma un enfoque distinto al que nos tiene acostumbrados cuando vamos a una velocidad normal. The Order nos permite hacer uso de cuatro diferentes armas que podemos intercambiarlas en cualquier momento por otras de su misma clase. Tenemos desde la clásica pistola de mano hasta el impresionante lanzador de impulsos eléctricos, capaz de fulminar a nuestros enemigos de un sólo tiro. También nos dan acceso a un rifle francotirador para eliminar a la distancia. Existen dos slots para llevar granadas de fragmentación y de humo, estas últimas son de mucha ayuda cuando los rebeldes se encuentran a nuestro alrededor en grandes cantidades y necesitamos movernos a un punto más seguro. Durante la campaña nos encontraremos con dos distintas mecánicas de hackeo relacionadas con la apertura de puertas, la primera funciona con un dispostivo de presión de aire, donde debemos mover uno de los sticks del Dualshock 4 hasta sentir una vibración intensa que nos dé la señal para presionar un botón. La segunda funciona gracias a un aparato eléctrico proporcionado por Nikola Tesla, que se encarga de abrir las puertas cerradas por magnetismo y donde debemos coordinar nuestras pulsaciones en los sticks L3 y R3, minijuegos que sinceramente no brillan por su diseño.
Algunas misiones nos obligarán a utilizar técnicas de sigilo para no alertar al resto de enemigos presentes en el escenario, todas las ejecuciones de este tipo las realizamos con el cuchillo, y bastará con acercarnos poco a poco al rival hasta que en pantalla vemos un indicador que nos invita a presionar el botón Δ en el momento justo, pero cuidado, de fallar no tendremos otra oportunidad o seremos eliminados. No hace falta demasiada habilidad para pasar desapercibidos en una zona infestada de rebeldes, estos no se alertarán al menos que los tengamos justo de frente. En este apartado hubiera sido ideal que se agregaran más animaciones corporales para las ejecuciones con cuchillo, pues únicamente veremos una animación durante todo el juego.
La duración de The Order: 1886 es sin duda su elemento más criticado, pero también es necesario mencionar que depende en gran medida de nuestro estilo de juego. Si eres de aquellos que sólo se enfocan en disparar y pasar a lo siguiente, sin poner atención a otro tipo de detalles como los impresionantes entornos, entonces no esperes una experiencia superior a las seis horas, pero olvídate incluso de culminar el juego comprendiendo totalmente su historia, en ese tiempo no sacarás nada de provecho y no te lo recomiendo. Mi experiencia personal con la obra fue superior a las nueve horas, en las que traté de exprimir hasta el último elemento presente en el juego como observar el increíble detalle visual que exponían cada uno de sus escenarios hasta la búsqueda de coleccionables -que puedes leer en la sección “Archivo” que se encuentra disponible en el menú de pausa-. En varios de los escritos encontrarás información interesante sobre los lugares en que te encuentras, y más de alguna anécdota que te ayuda a comprender de mejor forma el contexto histórico que estás viviendo. Son pocos los objetos con los que puedes interactuar a lo largo de la campaña, algunos nos darán información valiosa para proseguir con nuestros objetivos y otras simplemente no aportan nada relevante para la historia, simples datos curiosos sobre la ciudad de Londres y su población.
Por supuesto la dificultad también puede condicionar las horas que nos lleva culminar el juego, si decides emprender la campaña en “Difícil” seguro sumarás un poco más a tu experiencia con The Order, pues algunos niveles serán auténticos retos, ya que la artillería enemiga complicará bastante las cosas. No esperes enfrentarte a una Inteligencia Artificial (IA) muy sofisticada, los enemigos no muestran la naturalidad que nos hubiera gustado ver, sólo los que portan escopeta parecen estar totalmente convencidos de que deben terminar con nuestra vida cueste lo que cueste, este tipo de personajes nos dará más de algún dolor de cabeza por lo atrevidos y dañinos que resultan. En cuanto a la IA presente en los licántropos, como ya mencionamos en anteriores párrafos, esperábamos que las criaturas fueran un verdadero reto, son extremadamente genéricos en sus movimientos y después de estudiarlos unos cuantos minutos, tendremos la fórmula exacta para derrotarlos, incluso cuando en el nivel se encuentran involucrados varios de ellos. Para evadirlos sólo bastarán con presionar el botón ◯. Después de esto huirán por unos momentos y será en ese instante cuando debamos disparar. Posterior a eso no hay nada interesante y novedoso en las batallas con estas criaturas, exceptuando los enfrentamientos con “Jefes finales” donde la experiencias es, por desgracia, enteramente cinemática.
Olvídate de tener plena libertad en The Order: 1886, el juego es extremedamente líneal y nunca podremos elegir entre diferentes caminos para llegar a un mismo punto, lo que limita de gran forma la posible rejugabilidad del título, pues siempre nos toparemos con lo mismo. ¿Esto afecta al título? La verdad es que no, la historia fue constituida para que nosotros como usuarios únicamente experimentáramos un sólo camino sin variación en ningún momento, probablemente en algunos momentos se podría haber introducido un sistema de elección de escenarios a superar, aquellos donde nos acompañaban los miembros de nuestro escuadrón y se dividían para despejar una determinada zona.
The Order: 1886 es de lejos la mejor experiencia visual que haya podido vivir en una consola de videojuegos, el equipo artístico y técnico de Ready At Dawn ha hecho un trabajo fenomenal en cada rincón del juego. El nivel de gráficos es sorprendente en cualquier escenario donde nos encontremos, sea interior o exterior, la gran atención al detalle rosa lo absurdo en el buen sentido, algo que agradecemos bastante. La iluminación causa gran impacto dependiendo del terreno donde estamos, si prestamos atención podemos ver como cada material refleja de distinta forma los impactos de la luz. El modelado de personajes está muy logrado, sus animaciones faciales transmiten con total naturalidad la sensación y sentimientos que llevan dentro en ese momento, eso sí, esto únicamente lo veremos en los protagonistas de la historia. Las animaciones de los enemigos, sean rebeldes o licántropos, son excelentes, no esperábamos menos después de contar con un número muy limitado en este tipo de personajes.
El estudio logró plasmar de forma perfecta la época victoriana en la capital británica, las personas en las calles portan prendas distintivas de aquellos tiempos, tanto mujeres como hombres. En algunas ocasiones podrás ver zeppelins sobrevolando el cielo londinense, máquinas increíbles en las que podrás adentrarte en un momento determinado de la campaña y de quienes los personajes reciben ayuda en diversos momentos. Recordemos que la resolución del juego es 1920×800 para darle un toque más cinemático, una característica técnica que ojalá descarten en futuros títulos de la franquicia. No hay duda de que la ambientación y el buen trabajo de los artistas logran crear en conjunto un apartado visual más que sobresaliente. Respecto al sonido, la banda sonora original es bastante atractiva para el oído, iniciando y terminando en el momento ideal según la situación del juego. Por otro lado el sonido de explosiones y detonación de armas está realizado de forma impecable, sobre todo con el armamento inventado por el gran Tesla.
Ready At Dawn creó un buen producto que por desgracia quedó infravalorado también por cuestiones ajenas al trabajo del propio estudio, el hype estuvo por los cielos y ese fue el criterio para evaluarlo en muchos sitios. Ciertamente el juego tiene un margen de mejora considerable que sin duda será cubierto en próximas entregas, en caso de que terminen llegando, claro. Para ser el debut de una nueva propiedad intelectual, no está nada mal, no es un juego perfecto pero cumple en todos los apartados, sobre todo en el técnico. The Order tiene una historia que puede ser aprovechada de gran forma en los próximos años, incluso ambientada en diferentes locaciones y con otros personajes, pero no podemos negar que aquellos que disfrutamos el juego de buena forma ya logramos sentirnos identificados con el caballero Sir Galahad. Bienvenidos a la oscura Londres del siglo XIX, bienvenidos a La Orden.