La primera familia de superhéroes regresa a la pantalla grande después de 8 años sin alzar la voz y con un panorama completamente distinto sobre cómo llevar al cine todos los conceptos que han brillado en las viñetas por más de 50 años. Lamentablemente las esperanzas de Los 4 Fantásticos terminan por sucumbir ante una pésima producción que deja en claro lo frágil que puede ser el género que ha estado alimentando a Hollywood durante los últimos años.
La premisa de la nueva cinta es sencilla y hasta familiar para quienes vieron las películas anteriores o conocen un poco del equipo. Reed Richards ha descubierto el viaje dimensional por accidente; su descubrimiento y sus habilidades científicas lo llevaran a formar un equipo para hacer de su hallazgo la solución a los problemas que enfrenta nuestro planeta. Todo va bien hasta que por experimentar con su nuevo juguete el Dr. Richards, Susan y Johnny Storm, Ben Grimm y Victor Von Doom, terminan alterados por la energía del espacio lo que termina por brindarles sus fantásticas habilidades.
Los 4 Fantásticos es seguramente el equipo de Marvel menos conocido en la actualidad, por lo que abordar un reboot es una tarea complicada y hasta cierto punto tediosa para el espectador. La primera parte de la película logra de buena manera una rápida presentación de los personajes, por lo menos de Reed Richards y Ben Grimm, sin embargo, conforme avanza la trama se pierde el ritmo de las acciones y el desarrollo de los protagonistas se deja completamente de lado.
El mayor atractivo de Los 4 Fantásticos es la relación como familia del equipo, incluso con su villano principal, elemento que vemos vagamente en la película: un destello entre Sue y Johnny, que aquí no son hermanos de sangre; la relación de Johnny con su padre, de la cual sabemos muy poco; la amistad de Reed y Ben, que es muy fuerte pero se rompe fácilmente y se vuelve a armar como si nada, y lo peor, el «odio» que de repente le surgió a Doom por Reed… eso sin contar que no sabemos por qué al principio de la película el Sr. Von Doom vivía en una bodega o por qué el Dr. Franklin Storm quería tanto a Victor y a Reed cuando apenas los conocía y le han causado tantos problemas.
A lo anterior sumemos que la película es muy corta y todos los acontecimientos parecen desarrollarse al vapor, sin que las acciones de los personajes terminen por convencernos o sin incluir otros elementos caracteristicos del cómic como el triángulo amoroso entre Reed, Sue y Victor, o por lo menos establecer que a Reed le gusta Sue… si es que eso existe en este universo. Ni siquiera hay un momento en que veamos al equipo unido, no hay humor entre ellos, el uso de sus poderes es poco creativo y los diálogos que comparten no tienen nada de carisma, intención o algo que haga sentir al espectador ante el equipo que dio vida al universo Marvel.
La cinta termina por aburrir y no hay una mejora en los sucesos de la trama que logren atrapar a la audiencia, las secuencias de acción son aburridas, lentas y sin chiste. La llegada a la nueva dimensión es como caer en la etapa más prehistórica de la tierra, nada que ver con la Zona Negativa que tanto se nos ha mostrado en los cómics, la pelea final que tiene lugar ahí se resuelve en dos minutos con el peor uso de los poderes fantásticos que obtuvieron los protagonistas. Ni siquiera terminan de aprovechar el aire de asesino que le dio Doom contra todos aquellos sin poderes, parecía que la pelea seria interesante y después no paso nada.
Claro, también hay elementos que sobresalen de la cinta, los efectos especiales en los poderes, en especial con la Antorcha Humana, lucen muy bien; la ya mencionada relación entre Reed y Ben durante su niñez es muy especial. Incluso el Dr. Doom, al menos la parte que nos explica su comportamiento, tiene indicios de ser el villano que tenemos en los cómics, pero es la falta de intención en los diálogos y el pobre desarrollo de los personajes lo que termina por eliminar cualquier atractivo que emerja de todo el producto final.
Fantastic Four podría terminar siendo la decepción del verano cinematográfico y una gran advertencia a las próximas películas de superhéroes o personajes basados en cómics. La formula de reiniciar un héroe o equipo deja de funcionar al momento en que se olvida el desarrollo de elementos cruciales en la vida de los personajes, en especial cuando se trata de la familia que forjó una nueva era en el noveno arte y que es tan representativa para los lectores y seguidores de Marvel.