El manga de Ghost in the Shell, creado por Masamune Shirow, no llegó a ser tan importante como la cinta animada inspirada en éste, dirigida por Masanori Ota; el primero enfocado principalmente en las aventuras policíacas de un grupo de fuerzas especiales en un futuro estilo Blade Runner, mientras que el segundo tomó dicho escenario para profundizar en la existencia del ser dentro de una máquina, y la búsqueda por la conciencia propia dentro de una nueva existencia.
La Vigilante del Futuro, como también se le conoce en México, optó por seguir los pasos del anime, haciendo de la cinta un viaje personal por un tema recurrente en la actualidad: la tecnología en nuestra vida diaria. Simplificando muchos elementos, y centrándose únicamente en dicho viaje, la cinta protagonizada por Scarlett Johansson, logra sobreponerse a las absurdas criticas raciales, para dar un primer paso importante en futuras adaptaciones cinematográficas.
La Mayor (Scarlett Johansson) fue rescata de un terrible accidente que ha tenido consecuencias fatales en su cuerpo. Por suerte, los avances tecnológicos han logrado mantenerla con vida por medio de un cuerpo artificial, siendo su cerebro y su ghost, lo único que queda de su antigua vida. La combinación perfecta de un ser vivo con una máquina, un logro tecnológico, pero una vida perdida.
Como un cíborg, la Mayor dirige un grupo de operaciones especiales contra el ciberterrorismo llamado Sección 9. En una de sus misiones, la Mayor deberá enfrentar a un hacker que busca apoderarse de información privilegiada, y de paso asesinar a los dueños de ésta, en Hanka Robotics, la misma empresa que se encargó de salvar su vida un año atrás.
A diferencia de lo que se podría pensar, Ghost in the Shell no es una cinta de acción. Más allá de los increíbles visuales que nos sumergen a la atmósfera cyberpunk, de la misma forma que la cinta animada, el escenario busca que desarrollar empatía por la protagonista. Un mundo dominado por la tecnología, en donde uno de sus más grandes logros añora la simplicidad de un ser humano, sus emociones y valor de una identidad única.
La primera mitad de la cinta apuesta por explorar un contexto más completo de lo que ocurre con la Mayor, el mundo que habita y las personas que la rodean; cómo la tecnología influye de manera directa en cada aspecto del día a día, para bien y para mal. Lamentablemente ésta parte es poco dinámica en diálogos y desarrollo, al grado de no dejarte en claro muchas de las motivaciones que posteriormente se vuelven importantes.
Para la segunda parte el viaje se hace más personal. La búsqueda del pasado, así como por una identidad, conectan de manera efectiva con el mundo presentado, más no con las decisiones de la protagonista. Se percibe que el avance tecnológico nos ha dejado solos, pero no hay una conexión bien lograda con los personajes que apoyan a la Mayor, al menos no con la mayoría.
Sobre las secuencias de acción, Ghost in the Shell cumple, aunque no son su mayor logro. Lo anterior no es del todo malo, simplemente tiene más peso el desarrollo del personaje dentro de éste mundo. La Mayor me recordó, a muy grandes rasgos, a Rick Deckard de Blade Runner; no solo por esa intensa búsqueda en un mundo dominado por los avances tecnológicos, sino por el conflicto entre hombre – máquina que existe dentro de ellos.
Al final del día, la cinta funciona mejor para quienes no conocen el anime, generando interés suficiente para regresar al material original o para que nuestra cabeza de vueltas con los conflictos tecnológicos a los que nos enfrentamos ¿Vale la pena? Por supuesto, el viaje de la protagonista es suficiente para justificar el boleto. Además de dejar abiertas las posibilidades para otro tipo de historias dentro de éste mundo.
La Vigilante del Futuro aporta más al género de la ciencia ficción de lo que podemos ver de manera superficial. Con una buena taquilla, los estudios podrían voltear a Japón y presentar adaptaciones interesantes de obras similares a la que se estrena el próximo viernes (31/03). Claro, hace falta afinar algunos detalles en cuanto al ritmo y mejores escenas de acción, pero el primer paso importante lo ha dado Ghost in the Shell.