Regresar al legendario Jurassic Park es más que emocionante para aquellos que crecimos fascinados con la primera entrega, y lo es aún más cuando te topas con una cinta como Jurassic World, que en vez de tirar todo por la borda y empezar de cero, nos da una continuación sobresaliente de la trama principal de la película que lo inició todo.
Jurassic World es otro de esos estrenos de verano que tanto nos gusta; un protagonista carismático, del que se enamoran las mujeres e imitan los hombres, escenas de acción con grandes efectos visuales y una historia que te mantiene entretenido por poco más de dos horas. Salir insatisfecho de la sala es algo que me cuesta trabajo imaginar.
La historia de esta nueva entrega no es un reboot sino una continuación que ocurre 20 años después de los sucesos del primer filme. Por primera vez podemos ver en todo su esplendor el Parque Jurásico o como ahora se le conoce: Mundo Jurásico; el parque esta abierto y es justo como lo imaginábamos: atracciones para niños, demostraciones de los dinosaurios más poderosos, exploración en las zonas más pacificas y un sin fin de tiendas con recuerdos y memorabilia.
Por suerte la cinta no solo recrea el parque de nuestros sueños sino que además nos brinda una perspectiva diferente de lo que se planteaba en un inicio. Desde una trama militar hasta traición empresarial que, aunque tocados superficialmente y dejando abierto el camino a nuevas cintas, aderezan de gran manera la historia principal que podría parecer muy sencilla para los más exigentes.
La historia gira entorno a la necesidad de aumentar las atracciones en el parque, lo que lleva a los genetistas, quienes ya se encargaron de revivir a los dinosaurios, a crear una nueva especie que sirva para atraer nuevo público a Jurassic World. La nueva atracción, Indominus Rex, es creada con el ADN de diversas especies logrando así una mezcla imparable en cuanto a capacidades físicas y rencorosa por el tiempo que ha estado en cautiverio.
Evidentemente el resto de la trama sigue la linea de sus antecesoras: el dinosaurio se escapa y hay que buscar la manera de detenerlo. Lo anterior no es para nada un punto negativo para la cinta, pues los nuevos protagonistas y la manera en que ocurren los acontecimientos son lo suficientemente atractivos y emocionantes como para estar atento a cada paso que dan los personajes en pantalla.
El rol principal de las acciones lo toma Owen Grady, interpretado por Chris Pratt, un entrenador de velociraptors que tendrá que ir a lo largo y ancho de la Isla Nublar para salvar a los sobrinos de Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) quien es la encargada del parque y una de las principales responsables de la creación de Indominus Rex. La relación entre ambos personajes a lo largo de los 124 minutos de película es uno de los puntos más fuertes de la cuarta entrega pues la química entre ambos actores se nota fresca y amena para el espectador y brindan divertidos momentos que relajan de la acción que vemos en pantalla.
Evidentemente uno de los puntos más sobresalientes de la película son los efectos especiales. La recreación de los dinosaurios y sus ambientes así como las peleas que tienen las enormes bestias entre ellas, son el plato fuerte de toda la cinta, en especial durante las escenas donde las vemos atacar el parque y sus visitantes; el temor que siempre tuvieron los dueños de Jurassic World se hace realidad en un solo día.
En general, y creo que ya lo he mencionado, Jurassic World es una película por demás sobresaliente. Los guiños a la primera Jurassic Park, desde la música de John Williams hasta elementos en la trama, las actuaciones de los protagonistas, la Indominus Rex, las tramas que deja abiertas, ver el parque abierto, y la increíble pelea final, son elementos suficientes para darle una oportunidad a la nueva entrega de la serie. El parque esta abierto y no puedes dejar de visitarlo.