Este viernes se estrena la segunda parte live-action del cuento clásico de La Bella Durmiente, Maléfica: Dueña del Mal, donde podemos ver a la gran “villana” más fuerte y decidida para defender lo que más ama.

Texto: Veronica Ovando

A pesar de la gran expectativa que dejó su antecesora, Maléfica 2 tiene la misma fórmula que la primera parte: la protagonista defendiendo el páramo, humanos queriendo conquistar las riquezas de esas tierras mágicas, y una gran lección de verdadero amor.

Con un bello paraíso mágico lleno de colores y magia, y un lenguaje corporal lleno de mecanismos de defensa y autoridad, tenemos como premisa principal el compromiso matrimonial de Aurora y el príncipe Phillip. Aquí viene el verdadero reto para Maléfica, pues tendrá que socializar con los padres del príncipe y demostrar que puede ser una nueva hada libre de maldad.

En los últimos años Disney nos ha presentado padres de corazón puro que buscan la felicidad de sus hijos a toda costa (La Bella Durmiente, 2017) y madres o reinas guiadas por sus historias de vida que estaban llenas de privilegios y que fueron arrebatadas injustamente para beneficios de otros (La Cenicienta, 2015). Lo interesante aquí es que algunas cosas relacionadas con la familia cambian de forma drástica como la relación entre Maléfica y Aurora,

Lamentablemente el cambio solo se siente fresco por unos instantes, pues todo tiene mucho que ver con la ejecución de la primera cinta y encontrarnos con una mujer como la villana y mente maestra ya no es tan sorprenderte. Los giros que tiene la película pasan sin dejar impactada a la audiencia y en ciertos momentos sientes que hay muchos espacios aburridos y sin chiste en la trama. Lo que termina por quitarle peso a la protagonista y sus acciones.

Esta trama termina siendo predecible y tiene el mismo argumento que Descendientes 3 (historia original de Disney XD), pues también cuenta la historia de la hija de Maléfica, dos reinos separados por la codicia y la ambición de los viejos gobernantes. Claramente la premisa no es mala, pero se espera mucho más de una producción de Hollywood que una historia de Disney XD.

Y claro, para las nuevas generaciones, también hay personajes con ideas para crear una sola comunidad sin prejuicios que tenga bases en la unión y compasión de los unos a los otros, omitiendo las barreras ideológicas, dejando claro el mensaje de que todos podemos hacer un mundo mejor. Pero en pleno 2019 esta parte tampoco es una sorpresa y puede sentirse un tanto forzado, incluso para los más jóvenes en la sala.

El discurso general de la historia está en búsqueda de una escala de grises en los personajes y un tratamiento que no se guarda ninguna referencia respecto a la situación actual en muchas partes del mundo. Pero no todo es político o social, de hecho la  gran pregunta es más humana: ¿Quién es el verdadero villano, nosotros como seres humanos que buscamos explotar nuestro propio planeta o nuestro planeta que se defiende de nosotros? 

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