Oppenheimer, la última película de Christopher Nolan, ha generado una enorme expectativa similar a la que rodea a los éxitos de Marvel y las películas oscareables.
En Oppenheimer, la trama se centra en la vida del científico J. Robert Oppenheimer, conocido como el «padre de la bomba atómica», y su participación en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial. Nolan utiliza su estilo característico de narrativa no lineal para contar la historia desde dos perspectivas: la del propio Oppenheimer y la del Almirante Lewis Strauss.
La película se destaca por su enfoque en el desarrollo del protagonista tanto a nivel científico como personal. Oppenheimer es retratado como un genio complejo con problemas humanos y consecuencias personales, lo que permite que los espectadores se conecten emocionalmente con él. Las actuaciones de Cillian Murphy y Robert Downey Jr., en los roles principales, son de las mejores que podrás encontrar este verano en el cine.
Aunque Oppenheimer tiene escenas espectaculares, su género principal es el drama, lo que lo diferencia de otras obras de Nolan que son más conocidas por su acción. Aunque la experiencia de verla en IMAX puede ser impactante, la película se sostiene gracias a su sólido guion y las convincentes actuaciones de los protagonistas.
Sin embargo, consideramos que el último acto no alcanza el nivel del resto de la película. La trama política y el extenso reparto mantienen el interés en la historia, aunque algunos momentos pueden resultar confusos debido a la complejidad de las líneas temporales y la cantidad de personajes involucrados.
Oppenheimer es una película que requiere atención y no es un blockbuster convencional. Algunos momentos pueden resultar confusos debido a la complejidad de las líneas temporales, pero a pesar de esto, es una obra que vale la pena disfrutar en la gran pantalla para apreciar el enfoque del director en el drama y su habilidad para contar historias complejas.