Basada en el atentado terrorista del Maratón de Boston en 2013, Patriots Day busca presentar la superación de los sobrevivientes, de toda una ciudad y de cada una de las fuerzas del orden involucradas; más allá del morbo por conocer a los atacantes o la forma en que fueron capturados. La cinta evoca más al aprendizaje que a la venganza por lo sucedido.
El 15 de abril de 2013 los hermanos Dzhokhar (Alex Wolff) y Tamerlan Tsarnaev (Themo Melikidze) perpetraron un ataque terrorista cerca de la línea de meta del Maratón de Boston, ocasionando la muerte de tres personas y dejando a múltiples heridos. Así, la cinta nos coloca desde unas horas antes del ataque, hasta el momento en que Dzhokhar se rinde ante las autoridades al ser encontrado dentro de un bote en Watertown.
A lo largo de la película seguimos a varios de los personajes involucrados en diferentes etapas de la investigación o que tuvieron que ver directamente con los eventos reales. Sin embargo, la mayor parte del tiempo vemos la historia del Sargento Tommy Saunders (Mark Wahlberg), quien representa a la policía de Boston dentro de la trama, al mismo tiempo que nos logra involucrar en la crudeza del atentado y su posterior entendimiento de forma más personal.
Y es precisamente esa mezcla la que hace funcionar a la cinta, cada personaje demuestra reacciones diferentes sobre los atentados. Desde la indiferencia por lo sucedido, en un sentido más de lejanía que de nula preocupación, hasta un constante estado de alerta. Como mencionamos, no se trata únicamente de la búsqueda de los culpables, sino de cómo un atentado transformó la forma de vivir de toda una ciudad.
Con un peso menor al de Wahlberg, pero el cast de Día del Atentado (como se lo conoce en México) ayuda a que la historia se desenvuelva con un mejor ritmo. John Goodman y Kevin Bacon, quienes interpretan al Comisionado de Policía en Boston y al Agente Especial del FBI encargado de la investigación, respectivamente, son quienes mayor aportación tienen en la trama, al presentar el lado policíaco del evento. Desde la recreación de los hechos, hasta la decisión de revelar las imágenes de los sospechosos; con menos tiempo a cuadro, pero con una certera actuación por parte de ambos.
Otro de los nombres que destaca en el póster es el de J. K. Simmons, que incluso parece desaprovechado, pero que, debido a la situación real, no tiene una participación constante en los sucesos de la cinta. Aunque de igual manera que los ya mencionados Goodman y Bacon, logra integrarnos en la trama, siendo parte importante de una de las secuencias más importantes -y menos realistas- de todo el filme, al grado de aportar algo de sentido del humor en sus diálogos.
Realizada como un thriller, Patriots Day consigue llevarnos de la mano por hechos bastante recientes, que incluso podemos asociar de manera sencilla con lo que pasaba en nuestras vidas, de manera que sentimos miedo por lo que va a suceder y angustia por los personajes involucrados. Y, por supuesto, un sentimiento de alivió al reencontrarnos con el final, al mismo tiempo que conocemos a las personas reales y su sentir después de tres años del incidente.
Precisamente para dar más énfasis a la parte del thriller, la cinta cuenta con material real de noticieros, cámaras de seguridad y videos de celulares, con los que logra mezclar los acontecimientos de la cinta con lo que realmente pasaba durante las horas posteriores al ataque. De manera rápida nos involucra con los ocurrido, entre imágenes que ya conocemos y la nueva perspectiva de la historia.
Claro, la cinta no es una calca de los acontecimientos reales. Varias de las acciones que se llevaron a cabo después del atentado por parte de los perpetradores quedaron fuera del filme para establecer de forma más fuerte al enemigo. De igual manera no se hace mención de la fuerza utilizada por las autoridades a la hora de buscar a Dzhokhar en Watertown, dejando a las autoridades intactas ante los espectadores.
Entre los acontecimientos reales, el ritmo de la historia, y las sensaciones que provoca el filme, Patriots Day es una película compleja, que aparenta llevarnos por una reacción superficial de los acontecimientos para luego continuar en el camino de la superación de cualquier adversidad de forma simple, pero atinada para el momento en que se revela.