Me sentiría ofendido si a estas alturas no le has entrado a The Flash, la serie del velocista escarlata ha ido en un crecimiento constante tras el final de su primera temporada, incluso desde antes pero hay que darles una entrada a los que no la vieron.
Si bien en un inicio parecía que lo estamos viendo era una especie de calca de su primera fase, los cambios que han estado apareciendo le han dado una personalidad propia a esta segunda temporada. Lo mismo que hemos mencionado en anteriores reviews, los conceptos que incorporan los creativos extraídos del cómic son, muy probablemente, la razón por la cual la serie ha despegado de sus competidores.
Lo anterior se refleja con el personaje que regresa para esta temporada, Firestorm está de vuelta con el mismo concepto que ha estado manejando la serie. El Dr. Stein necesita encontrar a su nuevo complemento y las opciones siguen siendo repercusiones del famoso acelerador de partículas. La incorporación del nuevo Firestorm y un nuevo enemigo, son los agregados más interesantes de este nuevo episodio.
Por otro lado el mundo de The Flash se sigue complementando para todos, desde la relación entre Barry y Patty Spivot o el drama que hay entre la familia West. La variedad de historias que hay dentro de la serie nos ha dejado ver un grupo de personajes que no solo deben lidiar con el aspecto fantástico, sino que hay una enorme cantidad de cosas que vienen arrastrando y que el asunto meta-humano solo complica más y más.
Como es costumbre con DC Comics, la serie sigue avanzando y entre cada nuevo villano o situación, tenemos pequeños destellos de lo que podría pasar en los capítulos finales, no como predicciones o visiones a futuro, sino con pequeños engranes que van desarrollando el conflicto entre The Flash y Zoom. Todo con el humor característico de la serie y un enredado nivel de detalles que tendrá más que satisfecho al lector de cómics e intrigado al que solo ve la serie por diversión.
Sin lugar a dudas adentrarse a Flash parece complicado con todo lo que hay en desarrollo, pero no hay mejor momento para sentarse frente a la TV que éste, en especial cuando las cosas parecen ponerse más complicadas.
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