Para los gamers Venom tiene un lugar muy especial en nuestro corazón. El famoso #WeAreVenom lo relacionamos -casi- de inmediato con la célebre frase que escuchábamos del personaje en Marvel vs. Capcom, así como en la secuela de éste e incluso en el DLC de Marvel vs Capcom Infinite. Solo por eso nos sentimos obligados a dar una oportunidad al simbionte en su debut individual en el cine.
Por otro lado, Venom es también uno de los personajes más importantes en el canon de Spidey, con una popularidad envidiable en comparación de otros héroes clásicos como Vulture o Electro. Sobra mencionar su aparición en la serie animada de los noventa, así como otros videojuegos de aquellos años y la infame versión de Sam Raimi en 2007. Claro, Venom no es un personaje de culto en los cómics, pero tiene elementos suficientes como para hacer una película decente.
Y bueno… eso es precisamente lo que terminó haciendo Sony Pictures en su primer proyecto con Eddie Brock como protagonista. Sin Spider-Man y con todo en contra, Venom llega a las salas de cine para dejar en claro una cosa: We Are Venom.
Venom brilla con luz propia, pero eso apenas lo salvó esta vez.
Antes de continuar debemos aclarar un par de cosas que pueden ser duras, pero que vale la pena dejar en claro.
- Venom no es tan mala como Fantastic Four (2015)
- Venom no forma parte del MCU
Eddie Brock es un prestigioso reportero de San Francisco que se dedica a llevar la verdad a toda su audiencia sin temor a ser detenido por las personas que deja en evidencia. Su antagonista es completamente lo contrario, un despreciable científico que solo busca conseguir poder a través de experimentos con humanos bajo el pretexto de encontrar la cura para miles de enfermedades: Carlton Drake, dueño de Life Foundation, una compañía con suficientes recursos para enviar una nave espacial y regresar con muestras alienígenas… incluido el famoso simbionte de Venom.
Por desgracia, los simbiontes logran superar a los tripulantes de la nave y ésta cae nuestro mundo. Tres simbiontes quedan bajo el cuidado de Life Foundation, pero uno más se escapa a las afueras de Malasia con un plan para toda su raza. Brock es asignado a cubrir el incidente de Life Foundation, pero su ímpetu por la verdad solo le causa problemas ante Drake, quien con un pequeño movimiento logra acabar con la reputación de Eddiey de paso con su vida personal. En seis meses Carlton logra avances importantes con los simbiontes, mientras que Brock solo puede sobrevivir de un día a otro sin encontrar sentido a su vida… al menos hasta que decide regresar por la revancha.
De entrada la película tarda poco más de media hora en mostrarnos lo que vamos a ver al cine: Venom. Sin embargo, una vez que el simbionte hace su aparición en la pantalla grande, podemos encontrarnos con una historia emocionante y una dualidad divertidísima entre Venom y Eddie Brock. Y es ahí donde la magia de Marvel Comics comienza a hacerse presente, pues a diferencia de los héroes la brújula moral de Brock y Venom no es inquebrantable.
Al principio mencioné que no es la película que la crítica ha condenado a un 27% de frescura… pero tampoco es una obra maestra. En pocas palabras podríamos decir que es una Deadpool poco brillante. No solo por la clasificación -la cual pudo sumar un par de puntos extra a la cinta- sino por su falta de imaginación en el guión. Venom no tiene nada nuevo, solo una divertida relación entre Eddie y su parásito, lo que -sinceramente- logra salvar la cinta de un desastre.
La combinación de humor y acción es la indicada, pero ya no estamos en la primera fase del MCU para depender únicamente de este par de elementos.
El resto de los personajes y situaciones sí son un problema. Solo porque Venom demuestra interés por un par de personajes es como nosotros logramos entender un poco el drama, pero si el simbionte hubiera querido matar a todos y seguir un camino solitario a nadie le hubiera molestado. Con 10 años de películas en el MCU y varias cintas de otras productoras como Fox o Warner Bros. nos hemos dado cuenta de la importancia de personajes como Alfred (The Dark Knight), Luis (Ant-Man) o Vanesa (Deadpool), quienes no solo sirven para apoyar al héroe, sino para hacer que su mundo se sienta real y cercano a su lado más humano.
Venom no solo deja fuera a los personajes de apoyo, sino que también se queda sin un villano con fuerza y carisma, un enemigo que pueda hacer frente a la personalidad que Tom Hardy logra transmitir a Eddie y Venom. Se tomaron demasiado en serio la idea de un Venom individual… y quizá la participación de un Spider-Man pudo haber sido la respuesta perfecta a esta versión de Venom. La combinación de humor y acción es la indicada, pero ya no estamos en la primera fase del MCU para depender únicamente de este par de elementos.
Decir que una clasificación R pudo haber ayudado es absurdo, pues la violencia es suficiente como para mantenernos entretenidos. La idea tampoco es ser violentos de forma absurda como en Deadpool 2, sino de demostrar que esa clasificación puede ser un factor relevante como ocurrió con Logan. Además, la segunda escena post-créditos nos da una idea del porque se conservó el PG-13… mientras que la primera escena post-créditos nos hace desear que la secuela sea Rated R. Y eso nos convendría a todos los fanáticos del simbionte.
Venom puede ser el principio de un gran universo en Sony Pictures… pero no podemos evitar pensar en el crossover de este antihéroe con el Spidey de Tom Holland. Venom brilla con luz propia, pero eso apenas lo salvó esta vez.