En su columna para la revista japonesa Famitsu, Masahiro Sakurai, creador de Kirby y Super Smash Bros., expresó sus condolencias por el lamentable e irreparable deceso de Satoru Iwata, antiguo presidente y director general de Nintendo. El creativo también escribió algunas líneas sobre la personalidad de Iwata, a quien describe como “un hombre virtuoso” y como el “mejor jefe” que ha tenido en su carrera.

 

Era un hombre virtuoso. Una persona normal podría molestarse o enfadarse, [pero él] nunca mostraba ese tipo de actitudes, sino que analizaba la situación y ofrecía ideas. Era alguien que inclinaba la cabeza y pedía perdón por cosas que no eran culpa suya. A menudo, me preocupaba por sus niveles de estrés, sin embargó, él siempre hablaba con una sonrisa.

 

Tenía una mente brillante. Incluso cuando la gente hablaba extensamente y sin un enfoque, era capaz de (…) resumir rápidamente el punto. Tenía el don de ver el corazón de las personas y [la esencia] de las cosas y era un maestro de la abstracción, de manera que cualquiera pudiese entender su perspectiva. De inmediato, podía hacer una llamada para realizar cambios y mejorar [las cosas]. No tengo ninguna duda de salvó a muchas personas gracias a esa cualidad.

 

Era un hombre de esfuerzo. A pesar de que no comenzó [su carrera] en el campo de la administración, leyó numerosos libros de gestión, pidió consejos a la gente necesaria y los recibió con el corazón, hasta que se volvió el presidente de Nintendo. Lo que obtuvo durante sus años como programador fueron muchos proyectos a largo plazo que se convirtieron en un éxito.

 

Era abierto y generoso. Iniciativas como Iwata Ask y Nintendo Direct no eran cosas que requerían que el presidente de Nintendo estuviese al frente. Siempre estaba a merced de la crítica frívola. Y, sin embargo, al ser el portavoz [de la compañía], considero que mostró la importancia de transmitir correctamente sus mensajes al público.

 

Era carismático. Después de que se le nombró presidente de Nintendo, escribía correos electrónicos a todos los empleados, por más duro que esto fuera; tomó la postura de tratar a todos por igual. (…) Nunca tomó la justicia por su propia mano.