La demanda colectiva por supuesta publicidad engañosa en Aliens: Colonial Marines se llevó hasta un tribunal del distrito de California, donde se considerará la aprobación del acuerdo prejudicial el día 17 de Agosto y en caso de ser aceptada, sega deberá responsabilizarse Sega de los cargos presentados.

 

La compañía ha ofrecido un pago de 1.250.000 dólares para indemnizar los «daños, de los cuales 312.500 dólares cubrirían los gastos legales de los demandantes, 200.000 para costes administrativos, 2.500 para los propios demandantes y el resto del pago servirá como reembolso para «clientes elegibles» que hayan comprado el juego antes del 13 de febrero de 2013, en ningún caso excediendo el importe pagado por el título.

 

El acuerdo que ofrece Sega no incluye a la desarrolladora: Gearbox Software (quienes también fueron demandados. Gearbox presentó a cambio, una solicitud para evadir su implicación en el caso, alegando que la editora se había encargado por sí sola de la campaña de marketing de Colonial Marines.

 

«A cambio del desembolso descrito arriba, Sega – pero no Gearbox – se verá libre de todas las reclamaciones relacionadas con Aliens: Colonial Marines, incluyendo reclamaciones sobre el diseño, marketing, operación de, o garantías suministradas en conexión con el juego», reza la solicitud. «Muy importante, el acuerdo solo elimina las reclamaciones contra Sega – no Gearbox – por lo que el litigio continuará para el acusado sobre la perspectiva de compensación posterior».

 

La demanda fue presentada hace un años por Roger Damion Perrine y John Locke en representación de todo un colectivo de «afectados», quienes alegan que Sega y Gearbox publicitaron el título FPS mediante tráilers que ofrecían un un juego que no se parecía en nada al producto final.

 

«Se supone que cada una de las demostraciones de ‘gameplay real’ enseñaban a los consumidores exactamente lo que comprarían: Un videojuego de vanguardia con características y cualidades muy específicas», reza la demanda. «Desgraciadamente para sus fans, los acusados nunca le dijeron a nadie […] que su campaña publicitaria con demostraciones de ‘gameplay real’ guardaba poca relación con el producto terminado, que en última instancia se vendería a una gran comunidad de compradores inconscientes».