Antes de decir que las «mujeres están equivocadas» te invitamos a leer todo el estudio sobre la sexualización en los videojuegos.
Desde hace años existen estudios sobre la influencia que tienen los videojuegos en el comportamiento de los jugadores; principalmente en el tema de la violencia explícita y sus efectos en menores de edad. Sin embargo, los estudios también han buscado respuestas para temas más recientes como el acoso sexual.
Luego de que en Hollywood fueran descubiertos un montón de casos relacionados con acoso sexual (principalmente hacia mujeres), muchas ramas del entretenimiento han abierto la conversación con el fin de ponerle fin a estas terribles prácticas. Entre estos movimientos nos encontramos con el estudio de Jonathan Burnay (Universidad de Lieja), Brad J. Bushman (Universidad Estatal de Ohio) y Frank Laroi (Universidad de Bergen) titulado: Effects of sexualized video games on online sexual harassment.
Éste tiene como particularidad investigar los efectos de usar personajes sexualizados en los videojuegos entre los jugadores (hombres y mujeres). Obviamente la muestra de 211 candidatos no deja en claro una postura para bien o para mal, pero los resultados pueden ser tratados de forma en que se pueda medir la «necesidad» de usar personajes completamente desnudos o con trajes fuera de contexto en videojuegos como Street Fighter, Tekken o Soul Calibur.
¿Existe la sexualización en los videojuegos?
Para el estudio una parte de los candidatos jugó a Ultra Street Fighter IV con los personajes sexualizados por culpa de los mods y otra jugó con los personajes usando los atuendos oficiales de Capcom… suponemos que los menos atrevidos. Después de la sesión se les pidió a ambos grupos enviar mensajes sexualizados a su pareja; la predicción inicial suponía que aquellos que jugaron con los mods de desnudo enviarían bromas sexistas, al menos con más entusiasmo que aquellos que jugaron la versión normal.
Los resultados no sólo comprobaron que los gamers que jugaron con mods enviaron más bromas sexistas que aquellos que jugaron con los trajes originales. Mientras que las mujeres fueron fueron las que mayor cantidad de «bromas» enviaron a sus parejas y por consecuencia hubo más hombres afectados por el resultado.
Evidentemente se trata de apenas un pequeña muestra, pero al menos entre este grupo de jugadores la cosificación en línea se disparó después de una sesión de juego que dejaba en evidencia no solo desnudos entre los personajes, sino también violencia física, implícita en el juego, pero usada como parte de la prueba. Puedes conocer más del estudio aquí.
Nos queda claro que la experiencia alrededor de los videojuegos puede tener respuestas más interesantes y peligrosas que un simple pasatiempo. No se trata de juzgar por un solo estudio y mucho menos de satanizar en favor o en contra, sino de entender el potencial de la industria y construir un pensamiento crítico con el fin de mejorar como sociedad. Si los videojuegos no son el problema, entonces no demuestres lo contrario.