A pesar de que hace 10 años ya estaba estudiando la prepa (si es que en donde estudie le puedo llamar prepa y a lo que hacía en clases le puede llamar estudiar) mi papá todavía me regalaba videojuegos de vez en cuando. Y es que al menos en mi Wii no tenía otra forma de comprar videojuegos que no fueran originales. En aquellos días de 2009 tenía mi Xbox 360, PSP y DS con “chip” o lo que fuera necesario para correr -lo que en los foros de la scene nos gusta (bueno, a mí no) llamar- copias de seguridad.
Para haber recibido mi Wii en septiembre de 2008, la realidad es que mi galería de juegos disponibles en la consola de Nintendo era bastante interesante: Mario Galaxy, Mario Kart Wii, Super Smash Bros. Brawl, Wii Play, Wii Sports y Metroid Prime 3. Tampoco tenía mucho que buscar, pues era mi primera consola casera de Nintendo y estaba descubriendo sus bondades con todo lo que iba desbloqueando en el Smash y lo que leía en Club Nintendo. Sin embargo, había un juego por ahí siempre había querido tener… y no precisamente por llevar en el título la palabra “Zelda”.
Wii queremos jugar
Una noche de febrero de 2009 mi papá me habla y me dice que anda en Game Planet y que le diga que juego quiero. No era mi cumpleaños ni nada parecido, solo tengo un papá muy chingón y, ahora que lo recuerdo, ese también sería el último juego de Wii que me regalaría. Entonces le respondo: Zelda Twilight Princess. A pesar de las mil razones súper válidas que podría tener para querer dicho juego, la verdad es que yo ansiaba tener ese Zelda por una cosa llamada: Twilight Hack.
Como ya mencioné, mi Nintendo DS podía correr copias de seguridad, esto gracias a un dispositivo llamado flashcard; una tarjeta del mismo tamaño de un cartucho de DS que incluye una ranura mini SD para colocar ahí las roms de los juegos de dicha consola, así como otros programas para emular desde el Atari 2600 hasta el Game Boy Advance, éste último con los aditamentos o accesorios necesarios. Casi todos conocemos estos cartuchos piratas como R4, pero la mía es una TTDS… o sea es mejor.
Conseguí mi DS en julio de 2008 -según recuerdo- y desde el primer día me la pasé buscando la forma de explotar ese cartucho pirata y recuperar el tiempo perdido con los juegos que no había podido jugar. La última consola portátil que había tenido era un Game Boy Color y yo soy muy fan de Pokémon, por lo que además de las bondades de la scene, en ese DS me la pase días enteros jugando Pokémon Pearl con la ayuda de la Nintendo Wi-Fi Connection y el Pokésav.exe. Lo siento. Como sea. En la página web donde encontré el Pokésav y los emuladores para mi TTDS, también encontré una nota dedicada al Twilight Hack.
El sitio en cuestión se llama nds.scenebeta.com y tenía apartados para Wii, PSP y PC (con el paso de los años hasta Android y iOS forman parte de su colección de sitios). Lo interesante de esta página, así como de muchas otras que conocí después, es que los tutoriales te invitaban a tener todo perfecto y listo para no matar tu consola. Es por ello que en muchas de las primeras entradas que vi en la parte de Wii te pedían que tuvieras el Twilight Hack instalado y posteriormente siguieras los pasos para conseguir la aplicación que querías.
Antes de seguir les dejo la descripción del Twilight Hack desde Wii Bew:
El Twilight Hack fue la primera forma de habilitar el homebrew en una Wii sin modificación de hardware. Fue descubierto en 2008. El Twilight Hack puede ser utilizado a partir de una copia de The Legend of Zelda: Twilight Princess; la aplicación se ejecuta desde una tarjeta SD. El Twilight Hack fue creado por Team Twiizers .
Con el paso del tiempo, y tras descubrir la importancia de The Legend of Zelda para Nintendo e incluso la relevancia de Twilight Princess para Wii, me pareció un tan irónico que esa primera exclusiva de la consola fuera la entrada más fácil para piratear la plataforma. Después podríamos encontrar otros métodos para “hackear” el Wii, pero el más popular, sin lugar a duda, fue el Twilight Hack. Por suerte existe una explicación científica a la coincidencia de Zelda y el Twilight Hack.
El hack explota un error de desbordamiento de búfer. Causado por la carga de un archivo guardado especialmente diseñado para Twilight Princess. El archivo guardado almacena un nombre personalizado para Epona, el caballo de Link, que es mucho más largo de lo que el juego normalmente permitiría; incluso contiene un pequeño programa.
Si bien el juego no te permite ingresar manualmente un nombre tan grande, éste no verifica el nombre en el archivo de guardado. Cuando el juego intenta cargar el nombre en la memoria, deja caer inadvertidamente el pequeño programa en la memoria, llenando no solo el búfer del «nombre del caballo» sino también los adyacentes. En una ronda, estas regiones de memoria se designarán como la siguiente región que la consola debería ejecutar. El archivo guardado está especialmente diseñado. Una vez que se carga el código, se ejecuta un archivo «boot.elf» o «boot.dol» desde la raíz de la tarjeta SD.
Seguramente recuerdas que en Twilight Princess podemos nombrar a nuestro caballo o dejarle el nombre predeterminado de Epona. Bueno, pues ese detalle dentro del título hace que se desencadene una serie de errores y se abran puertas de desarrollo para los usuarios externos a Nintendo o los estudios autorizados para desarrollar en Wii. Lo que los usuarios de aquellos días bajábamos era un “save” alterado de Twilight Princess que al ingresar en la partida nos daba la posibilidad de instalar el tan preciado Homebrew Channel, entre otras cosas.
No es que necesitáramos hacer grandes cosas con el juego, pues este lo usábamos una vez y nunca más lo volveríamos a ocupar para instalar algún emulador, juego o homebrew. Pero era hipermeganecesario para el primer paso de la scene. Y por eso aquel día de febrero le respondí a mi papá que quería Zelda: Twilight Princess.
forums/wii-scene/
¿Y luego? Pues las posibilidades eran infinitas. Debo admitir que una de las cosas que más recuerdo de mi Wii es haber pasado días enteros viendo tutoriales en YouTube y explorando los foros de Emudesc para instalar pendejadas en mi consola: Loaders (para cargar copias de seguridad de Wii), USB Loaders (para cargar copias de seguridad de Wii desde un disco duro USB), Wads (en ese formato estaban los juegos de la Consola Virtual y WiiWare), DIOS MIOS (no sé bien que sea, pero permitía cargar copias de seguridad de Game Cube en disco o por USB).
Obviamente Nintendo intentó poner un alto… pero las cosas no salieron nada bien. Según Zeldapedia nunca se detuvo del todo el Twilight Hack.
El 16 de junio de 2008, Nintendo lanzó la actualización del Menú de Wii 3.3, que elimina y evita automáticamente el almacenamiento adicional de los archivos de guardado no autorizados. Sin embargo, dentro de las ocho horas posteriores al lanzamiento de la actualización, los miembros de la comunidad encontraron dos errores en la actualización que, en conjunto, pueden permitir que funcione un hack de Twilight ligeramente modificado y se ha lanzado una nueva versión del hack que funcionará en máquinas que se han actualizado a la versión 3.3.
No es que me sienta orgulloso de hackear mi consola (bueno un poco), pero en aquellos días era más como un reto y me sentía como en el meme de “hackerman” y por eso me pasaba todo el día jugando a hackear el Wii. De hecho, mi Wii todavía tiene un disco duro y una SD llena de juegos descargados de la internet. Hasta me compre mi control de Game Cube y mi memoria de la misma consola para jugar tanto los títulos del “cubo” como los de la Virtual Console.
Y claro, tenía un montón de copias de mi NAND. Tampoco sé muy bien que sea eso, pero decían las personitas de los foros que hiciera una copia de mi NAND para que en caso de que mi Wii se “brickeara” pudiera recuperarla. Lo cagado es que en 2010 a mi Wii le dio un brick al intentar instalar un USB Loader. Por suerte todavía entró en garantía con Nintendo y ellos me la repararon… pero esa historia después se las cuento junto con una similar de mi Xbox 360.
Para qué quería contar esto… ya me acordé. En primer lugar se trata de mi décimo aniversario con The Legend of Zelda: Twilight Princess, juego que con el paso de los años se ha convertido en mi The Legend of Zelda favorito. Más allá de ser un juego lleno de momentos increíbles, una historia bellísima y un soundtrack impresionante, también se trata del primer Zelda que terminé (por ahí del 2011-2012) y aunque ustedes no lo crean, la versión que terminé fue la de Game Cube (toda pirata y en español con ayuda de DIOS MIOS). La versión de Wii me da mucha hueva por el control.
Adiós, Homebrew Channel…
A lo que quiero llegar es que la piratería es mala. MUY MALA. Está culero que nos robemos el trabajo de otros por medio de algo tan maravilloso como lo es el internet. Pero si en aquellos días yo no hubiera hecho eso no creo que los videojuegos nunca hubieran tenido la misma fuerza en mi vida que la que tienen hoy en día. Yo sé que tenía edad para trabajar y hacer las cosas bien, pero no iba a pasar, porque no me iban a dejar trabajar y ya tenía años pirateando. Lo siento. Lo recuerdo con cariño y no me arrepiento. Pero no está nada chido seguir haciéndolo.
Hoy en día ninguna de mis consolas está pirateada. Y eso que me muero de ganas por ver qué puedo hacer en mi Switch con la scene, pero no lo voy a hacer. Aprendía respetar la industria que me ha dado -de forma indirecta o directa según lo veamos- trabajo, amigos y momentos increíbles. Verga, hasta pagó mi Word y Photoshop. Incluso mis videojuegos viejos los intento conseguir en original o en alguna recopilación. Y también creó que el tema de la piratería está en medio de un limbo moral bien difícil de tratar, en especial en un país como México.
Intentaré tocar este tema con otros puntos de vista. Pero primero quería dejar mi experiencia. No creo que muchos de los que practicamos la scene en aquellos días hoy tengamos la misma postura sobre si es buena o mala, pero es interesante conocer cómo puede trascender más allá de simplemente robarse un juego del internet y perjudicar a la industria. Y sí, seguramente la razón por la que The Legend of Zelda: Twilight Princess es mi Zelda favorito va mucho -pero mucho- más allá de lo que ocurrió en Hyrule con Link, Midna y la princesa Zelda.
Después les cuento que onda con Twilight Princess en un estricto sentido de su aportación a la industria de los videojuegos y su importancia en mi vida como gamer.