“Toda una generación creciendo y jugando Xbox. Conociendo a Xbox desde niños”.
Es parte de la respuesta que dio Phil Spencer, Head of Xbox, al ser cuestionado sobre la razón por la que Xbox tiene gran relevancia en México (Xbox Fan Fest 2016). Entre otras cosas, el ejecutivo destacó la importancia de los jugadores mexicanos para la marca y el esfuerzo conjunto de todo el equipo detrás de ésta, en EEUU y México, al momento de enfocarse en los jugadores y sus necesidades como consumidores.
El próximo 15 de noviembre el primer Xbox cumple 17 años de haber sido lanzado en Norte América, y el párrafo anterior es un ejemplo de lo que Microsoft buscó al momento de unirse a la industria de los videojuegos. La primer consola de los de Redmond podría no haber conseguido el éxito inmediato, pero sí logró invitar a los jugadores a conocer una nueva opción de entretenimiento, ayudó a la propia industria a crecer y dejó buenos cimientos para los próximos lanzamientos de la marca.
Más de 15 años en el mercado, tres generaciones de consolas y una buena cantidad de títulos después, Xbox ha logrado dejar su huella en una industria sumamente competida. Pero más importante aún, logró posicionarse en la mente de los jugadores mexicanos de una manera muy especial; desde la primer consola lanzada por los creadores de Windows, las mamás de los gamers mexicanos dejaron de llamarle a todo “Nintendo” para adoptar la palabra “Xbox” en su día a día, comenzaron los chistes sobre poner pausa en el juego en línea y en los cuartos los niños “hablaban solos” a través de Xbox Live.
La misma impresión que muchos tuvieron con el Nintendo de finales de los ochenta o PlayStation a mediados de los noventa, fue la que yo tuve al recibir mi Xbox en diciembre de 2005. A pesar de que el Xbox 360 ya tenía un mes en las tiendas de Estados Unidos, el primer Xbox seguía siendo una opción bastante cómoda para las familias mexicanas y, aunque a muchos no les guste, la comunidad de jugadores de dicha consola en México era -y sigue siendo- bastante grande.
Xbox y GTA
En 2005 los videojuegos no tenían la relevancia que hoy en día tienen en mi vida diaria. La carrera que escogí, los amigos que tengo y el trabajo que conseguí son el resultado de haber recibido mi primer consola casera… no era de mi papá o de un primo, era mía. A pesar de haber tenido un Game Boy Color y disfrutar de Pokémon Blue o que tres de mis juegos favoritos de toda la vida los haya conocido en el primer PlayStation, fue en Xbox donde conocí mi pasión por lo videojuegos, todo gracias a la obra que volvería loca a mi generación (en algunos casos de manera literal, o eso dicen por ahí): Grand Theft Auto.
Una de las ventajas de vivir en México es que las regulaciones le dan igual a la mayoría de la gente, en algunos casos con consecuencias menos agradables que otras. Lo anterior permitió que cuando mi mamá entró a una tienda de videojuegos a preguntar por un juego para su hijo, el sujeto la tienda le recomendó Grand Theft Auto: San Andreas. El resto, al igual que con todos mis compañeros de clase con un Xbox en primero de secundaria, es historia.
San Andreas me hizo amar los videojuegos y la saga de Rockstar Games por las mismas razones que a toda mi generación: la libertad, personajes, historia y situaciones –poco adecuadas para menores de 17 años-, pero más importante aún, la noche que puse ese disco en mi consola, los videojuegos reunieron a mi familia alrededor de la televisión sin ningún tipo de complejo ante lo que pasaba, sin regaños o enojos, solo diversión. Ese Xbox con GTA, hizo lo que a muchos gamers les ha costado sangre, sudor y lágrimas: que los videojuegos no sean vistos como una pérdida de tiempo.
¿Por qué? No lo sé. Los planetas se alinearon para que nadie odiará los videojuegos en mi familia. Claro, el Xbox se desconectaba cuando bajaba a calificaciones menores a 8, pero nunca se destruyeron discos o encerraron consolas. “Xbox” y “San Andres” se volvieron palabras comunes en mi casa y mi pasión por la industria había encontrado el camino correcto. Podía comprar videojuegos sin problemas ni restricciones –salvo las económicas-. FIFA y GTA se volvieron mi día a día, el dinero del receso se me iba en revistas de videojuegos y la computadora servía para buscar imágenes, noticias de próximos lanzamientos, trucos o curiosidades sobre mis los juegos que iba adquiriendo.
Por poco más de dos años, ese primer Xbox me ayudó a conocer la industria de los videojuegos, las noticias que ocurren alrededor de ésta y los protagonistas de la misma. Empecé a ver los videojuegos como obras de arte, me sumergí en sus historias y alabé cada detalle que tenían con sus usuarios. No me interesaba ser el mejor jugador de Halo o FIFA, ni siquiera me gustaba la idea de dedicarme a hacer un videojuego. Pero, hablar de ellos con mis amigos me apasionaba, ese era mi camino, no criticar los juegos o pensar en hacerlos mejor, solo hablar de ellos, discutir sobre lo que podemos hacer en esos mundos y la diversión que nos producen.
Es gracias a ese Xbox que estoy escribiendo esto. Es gracias a ese Xbox que conocí la Revista Oficial de Xbox en México. Es gracias a ese Xbox que inicie un blog en WordPress sobre videojuegos. Es gracias a ese Xbox que conocí grandes amigos. Es gracias a ese Xbox que estudié Ciencias de la Comunicación para escribir sobre videojuegos de manera profesional. Es Gracias a ese Xbox que durante el #XboxFanFest 2016 conocí a Phil Spencer.
Yo soy parte de esa generación que creció jugando Xbox, la que disfruta de Halo, Gears y Forza, y que paga su membresía Gold de Xbox Live. Soy un fan de Xbox desde hace 13 años y no podría estar más agradecido con la marca por todo lo que me ha dado. Felicidades Xbox y gracias por todo.